En lo profundo del remoto desierto argentino de nuestro mundo, a más de 12.000 pies sobre el nivel del mar, un equipo de científicos ha descubierto un mundo exótico que desafía todas las expectativas. En medio de las llanuras de sal blanca en la cima de la meseta de la Puna de Atacama, se encuentran lagunas verdosas que albergan comunidades bacterianas únicas conocidas como estromatolitos. Estos microorganismos crean montículos en capas a medida que se desarrollan, ofreciendo una visión fascinante de cómo podría haber sido la Tierra hace miles de millones de años, en los albores de la vida en nuestro planeta.
El geólogo Brian Hynek, parte del equipo de investigación que hizo este descubrimiento, lo describe como algo fuera de lo común. En palabras del propio Hynek, «Esta laguna podría ser uno de los mejores ejemplos modernos de los primeros signos de vida en la Tierra». De hecho, su asombro ante este ecosistema recién encontrado es compartido por la comunidad científica en general. «Es simplemente sorprendente que todavía se puedan encontrar cosas indocumentadas como esas en nuestro planeta», añadió Hynek, que además es profesor en la Universidad de Colorado en Boulder.
«Esta laguna podría ser uno de los mejores ejemplos modernos de los primeros signos de vida en la Tierra», dijo en un comunicado el geólogo Brian Hynek, uno de los científicos que encontró este esquivo ecosistema . «No se parece a nada que haya visto jamás o, en realidad, a nada que haya visto ningún científico».
Las imágenes captadas por drones revelan la belleza y la singularidad de estas lagunas misteriosas y la vida que albergan. Los estromatolitos, aunque desconocidos para muchos, tienen un papel crucial en la historia de la Tierra. Algunos de los vestigios más antiguos de vida terrestre son precisamente estos montículos conservados, como los encontrados en Marble Bar, Australia Occidental, datados en 3.450 millones de años. En aquel entonces, las cianobacterias, unos microbios fotosintetizadores, eran los responsables de su formación. La producción de oxígeno por parte de estas bacterias es un acontecimiento fundamental en la historia de nuestro planeta, que ocurrió hace unos 2.500 millones de años.
Las lagunas misteriosas en Argentina descubiertas por científicos en nuestro mundo
Este nuevo ecosistema descubierto en Argentina también podría arrojar luz sobre el pasado de Marte, ese mundo desértico que alguna vez pudo haber sido templado y acuoso, con lagos y ríos. Los científicos especulan que si alguna vez existió vida en Marte, los fósiles podrían haberse conservado de manera similar a los estromatolitos encontrados en la Tierra. Este paralelismo entre ambos mundos ofrece una perspectiva intrigante sobre la posibilidad de vida más allá de nuestro planeta.
El acceso a estas lagunas en nuestro mundo no fue tarea fácil para el equipo de científicos. Ubicadas en una región remota y deshabitada, las lagunas permanecieron ocultas hasta que fueron detectadas en imágenes de satélite. Desde una pequeña aldea en lo alto del desierto, con apenas 35 habitantes, los investigadores emprendieron la expedición hacia este enclave desconocido. Después de llegar hasta donde lo permitía el camino, tuvieron que continuar a pie, atravesando terrenos difíciles hasta alcanzar finalmente las lagunas verdosas.
«Si la vida alguna vez evolucionó en Marte hasta el nivel de los fósiles, habría sido así», dijo Hynek. «Comprender estas comunidades modernas en la Tierra podría informarnos sobre lo que debemos buscar cuando buscamos características similares en las rocas marcianas».
La experiencia de llegar hasta estas lagunas no estuvo exenta de desafíos. Como relata Hynek, en ciertos puntos del camino se encontraron con lodo salado que les llegaba hasta las rodillas. Sin embargo, los obstáculos no hicieron más que aumentar su determinación por desentrañar los misterios de este singular ecosistema.
En resumen, el descubrimiento de estas lagunas y sus habitantes microscópicos no solo amplía nuestro conocimiento sobre la vida en la Tierra, sino que también nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de vida en otros rincones del universo. Este oasis escondido en el corazón del desierto argentino nos recuerda la capacidad de la naturaleza para sorprendernos y revelarnos nuevos secretos, incluso en lugares aparentemente inhóspitos y remotos.