Hagamos un ejercicio de sinceridad: ¿Quién no ha orinado en la ducha en algún momento de su vida? Sea por comodidad, por ahorrar tiempo o, en ocasiones, por un completo accidente, este hábito es más común de lo que podríamos admitir. Aunque la mayoría lo consideramos una especie de secreto inofensivo, varios médicos advierten que podría tener efectos más serios de lo que imaginamos para nuestra salud en general.
La Dra. Teresa Irwin, ginecóloga, es la voz detrás de esta advertencia. Aclara que en el caso de las mujeres, orinar en la ducha no es necesariamente problemático, siempre y cuando no se convierta en una rutina diaria. En un video compartido en su cuenta de TikTok, la Dra. Irwin señala que el acto de orinar de pie, como ocurre en la ducha, puede en realidad ser beneficioso para las mujeres, ya que esta posición permite que la vejiga se vacíe por completo, sin restricciones de posición.
Sin embargo, el mensaje principal que quiere transmitir es que no debemos llevar esta práctica a una frecuencia habitual, ya que esto podría desencadenar una serie de problemas en nuestra relación con el acto de orinar. La médica explica que el cerebro puede asociar el sonido del agua corriendo en la ducha con la necesidad de orinar, generando un desencadenante que nos haga sentir la urgencia de ir al baño cada vez que escuchamos el agua. Esto podría expandirse más allá de la ducha, incluso al lavar los platos o simplemente abrir un grifo.
La Dra. Irwin aclara con detalle: «Orinar en la ducha es en realidad una forma adecuada de orinar para las mujeres porque les permite vaciar su vejiga completamente. Lo que puede causar orinar constantemente en la ducha es que puede convertirse en un desencadenante, de modo que cada vez que escuchas agua, ya sea lavando los platos, el fregadero o la ducha, eso puede provocar que quieras orinar porque se vuelve un desencadenante. Eso es si lo haces todo el tiempo. Si solo lo haces ocasionalmente, normalmente no será un problema. La otra cosa es que tu flujo probablemente será un poco más lento cuando estés en la ducha. Pero eso no es dañino. De hecho, es bueno porque no te causa mucho estrés ni tensión. [refiriéndose a uno mismo] cuando orinas con fuerza.»
Los comentarios de la publicación agradecieron a la Dra. Irwin por compartir esta información, ya que muchos de ellos desconocían por completo las implicaciones detrás de esta práctica. Algunos expresaron gratitud por conocer estos detalles, mientras otros admitieron que este conocimiento tenía mucho más sentido de lo que imaginaban. En última instancia, lo que parece ser un simple hábito cotidiano puede, de hecho, tener repercusiones sorprendentemente profundas en nuestra relación con la necesidad fisiológica más básica.