La escena da a entender que está todo bien organizado. Tres mujeres entran en una tienda de Middletown, en Nueva Jersey, Estados Unidos, mientras parecen mirar carritos para bebé. Cada una llevaba a su hijo e iban haciendo preguntas al dependiente con el fin de distraerlo, hasta que una de ellas lleva a cabo su verdadero propósito: robar uno de los cochitos.
El caso es que una de ellas se marcha de la tienda con el carro robado, hasta que se da cuenta de un pequeño detalle: se ha dejado dentro a su hijo.
La mujer, al volver a recogerlo, fue identificada por las cámaras del comercio, dando parte a la policía.