La central de Endesa en Las Caletillas cumple 50 años

Impulsó la electrificación de Tenerife y a día de hoy su disponibilidad es imprescindible para dar energía a las zonas más pobladas de la Isla

La central de Endesa de Candelaria-Las Caletillas cumplió el sábado medio siglo al servicio de la demanda energética de Tenerife y, para celebrarlo, sus empleados acudieron a una jornada de puertas abiertas con sus familiares en la central que permitió avances considerables en la electrificación de Tenerife. Actualmente sigue siendo una instalación vital para garantizar el suministro energético de la Isla, debido a que se encuentra en el principal nudo de transporte de energía eléctrica y cercana a los núcleos de población con mayor consumo.

Desde su inauguración, la central de Candelaria ha sido un punto neurálgico del sistema eléctrico de Tenerife. Durante tres decenios fue la infraestructura eléctrica de base de la Isla, hasta la inauguración de la central de Granadilla. Las obras de Las Caletillas comenzaron en 1963, época en la que los cortes de luz eran frecuentes y la mayor parte de la Isla no había sido electrificada. La principal central se encontraba en Santa Cruz, apoyada por pequeños grupos en Güímar, La Orotava e Icod, y otros puntos de generación.

Sin embargo, la demanda experimentó un pronunciado incremento debido principalmente al aumento demográfico, la expansión del turismo y el mayor consumo de los hogares por el uso de electrodomésticos. Ante esta situación, unida a la escasa capacidad de los grupos de generación y saltos de agua, se impuso la necesidad de una central capaz de cubrir la creciente demanda y dar estabilidad al sistema eléctrico. Así, la central de Candelaria se inauguró en 1967 con dos grupos de vapor de 22 MW, que jugaron un papel fundamental para el desarrollo económico de Tenerife.

En la actualidad, la central cuenta con dos grupos de vapor de 40 MW, dos turbinas de gas de 37 MW y una de 17 MW. De forma directa e indirecta emplea a más de 200 trabajadores y genera una significativa actividad económica a través de la contratación de trabajos con las empresas de servicios de mantenimiento, apoyo y aprovisionamiento.

La central de Candelaria realiza constantes adaptaciones para adelantarse a las exigencias de la normativa medioambiental y mejorar la eficiencia en sus procesos. En los últimos años se han adoptado medidas de este tipo tanto en los grupos de gas, con la insonorización e inyección de agua para disminuir las emisiones, como en los grupos de vapor, a través del uso de fuel con bajo índice de azufre, la instalación de quemadores de baja generación de óxidos de nitrógeno y precipitadores electrostáticos.

Estas actuaciones de Endesa han servido a la central para acceder al certificado medioambiental EMAS, el más exigente de los estándares europeos en esta materia, haciendo públicos los resultados sobre su comportamiento ambiental de forma rigurosa y verificados por un organismo independiente. Además, la instalación ostenta la certificación ISO 14.001, que establece que el sistema de gestión ambiental (SGA) forma parte de las operaciones habituales de la central.

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