Un ingeniero de Tijarafe revoluciona el sistema de alumbrado público

Adán Rodríguez crea una lámpara con tecnología LED, homologada por el IAC y que genera un ahorro del 60%
Adán Rodríguez Rocha
Adán Rodríguez Rocha
Adán Rodríguez Rocha con la lámpara que creó. | D. S.

Santa Cruz de La Palma fue la primera ciudad en Canarias en tener luz eléctrica. En la línea sucesoria de aquellos audaces emprendedores palmeros que a finales del siglo XIX lograron generar electricidad en el barranco del Río, hay que situar a Adán Rodríguez Rocha, un ingeniero de Tijarafe, de 33 años de edad, que ha desarrollado en la Isla una lámpara para el alumbrado público que supone toda una revolución en el sector. Adaptada a la estricta normativa de la Ley del Cielo que protege el firmamento de la Isla Bonita de la contaminación lumínica, con tecnología LED, esta bombilla ofrece un ahorro como mínimo del 60% con respecto al sistema que se venía empleando hasta ahora.

La idea nació “por casualidad”, cuando un técnico del Ayuntamiento de Tijarafe le pidió que buscara una lámpara que se adaptara a las farolas alimentadas por energía fotovoltaica, ya que las que se estaban empleando, de vapor de sodio, no estaban diseñadas para este sistema y causaban problemas de mantenimiento. En el mercado, después de analizarlo de arriba a abajo, no encontró nada que ofreciera una solución. Entonces, recuerda, “vi claro lo que había que hacer y me puse a investigar”.

Para salvar el problema que presentaban estas luminarias, la única manera era pasar a tecnología LED. Tras un intenso trabajo de investigación, desarrollo, pruebas, mediciones, logra sacar un prototipo y el certificado del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que garantiza el cumplimiento de la Ley del Cielo, condición necesaria para instalar cualquier alumbrado público en la Isla Bonita.

En la actualidad, la empresa de Adán Rodríguez, Wave Técnica Canarias, ha instalado esta lámpara en los municipios de Tijarafe, Puntagorda y está haciendo pruebas en San Andrés y Sauces. Un paso importante es la próxima realización de una instalación de este sistema en un ramal entero, de algo más de un kilómetro, en Tijarafe, que una empresa especializada en certificación energética va a auditar el ahorro que genera. “Tenemos una estimación de un 60% con sólo cambiar el bombillo, pero sabemos que el ahorro está por encima”, señala.

Adán Rodríguez, con su creación, ha logrado meter la cabeza en un sector que ha estado dominado las últimas décadas por una sola marca, Philips. “Las 18.000 lámparas que hay en La Palma son de ese proveedor”. “Nosotros ahora damos más vida útil a estos productos, que pueden ahorrar un 60%, con una lámpara LED, un índice de reproducción cromática cero, que el IAC tiene en cuenta y ofrece la misma calidad de iluminación”, subraya. Además, la lámpara tiene una garantía de 5 años, lo que le lleva al convencimiento de que cambiando el vapor de sodio por este sistema, “el cliente va a pagar el producto dentro de la garantía con el ahorro que produce”.

CUIDADO DEL CIELO

Junto con el beneficio que ofrece este nuevo sistema, para el ingeniero palmero es vital en estos momentos divulgar la Ley del Cielo, incluso antes que el producto. La experiencia de casi 30 años en La Palma aplicando esta legislación, que ha traído “buenos resultados”, es en lo que “somos más competitivos que los demás”. “Son los beneficios que ha tenido en La Palma lo que queremos aplicar en otros sitios con alto valor medioambiental, garantizando el ahorro y la protección del cielo a la vez”, recalca.

En este sentido, Rodríguez Rocha apuesta por defender el “ecosistema lumínico”. “Sabemos que los LED blancos tienen el problema de la onda corta, que produce efectos en el sueño, la fauna, por eso vamos a este tipo de longitudes de onda más saludables”.

La empresa, que está asociada a la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma, está empezando a dar sus primeros pasos fuera de la Isla y ya tiene programada una prueba en El Hierro y otra en Lanzarote. En la Isla del Meridiano, donde van a trabajar el próximo año en eficiencia energética, Rodríguez Rocha aspira a que “valoren la adaptación de la iluminación de la Isla a la Ley del Cielo”.

En La Palma se abre, desde luego, unas perspectiva importante también a través del proyecto de eficiencia energética, que persigue unificar la gestión del alumbrado público de la Isla. Adán Rodríguez se ha mostrado crítico en algún aspecto de este proyecto, como la intención inicial de que durante 20 años, tiempo de la concesión, el alumbra público “se quedara en manos de una empresa de servicios energéticos”. En este sentido, subraya la necesidad de que previamente es necesario “estudiar bien los números y hacer auditorías”. En cualquier caso, está dispuesto a concursar en este proyecto “si tengo los números claros y cuento con el apoyo de los instaladores de La Palma, que son los que se han hecho cargo del mantenimiento en la Isla”.

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Imagen de la antigua y la nueva lámpara. | DA

RETO Y FUTURO

Trabajar en tecnología de vanguardia en una isla periférica no es nada fácil, pero de alguna manera endurece y da una fortaleza especial para afrontar nuevos retos, a tenor de su experiencia. “Yo sabía que si era capaz de sacar adelante este producto en La Palma, lo podría hacer en cualquier otra parte, porque aquí se dan las condiciones más extremas de todo: logísticas, aduanas, proveedores, el tipo de iluminación”. Confiesa que el trabajo desarrollado durante estos tres últimos años le ha dado la experiencia profesional para otro tipo de proyectos en los que ahora está trabajando, que también tienen que ver con el mundo de la energía.

De hecho ya tiene el prototipo de un nuevo tipo de luminaria, desconectada de los cables eléctricos, que se alimenta de energía solar, con una batería de litio (como la de los teléfonos móviles) y totalmente independiente, es decir, que no requiere de hacer ninguna obra. Un producto que confía sacar al mercado este mismo año, con la misma certificación sobre la Ley del Cielo.

Este proyecto también está ideado para los espacios públicos. “Estoy hablando de no pagar por la luz”, recalca, al tiempo que señala que “cada farola que hay en el país le cuesta a cada español 82 euros”, lo que permite hacerse una idea del ahorro que supondría implementar este sistema.

Este ingeniero palmero ha optado por la vía del desarrollo energético en el ámbito público, donde señala que “no ha habido tanta innovación” como el privado. Así, al talento tecnológico ha sumado el empresarial, entrando en un terreno con un mayor interés competitivo.

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