Rodrigo, presente y futuro

El base aurinegro aplicó sus estudios superiores para poder fundar una marca de ron que ya comercializa en países como Dinamarca o Italia
El base gestiona la empresa junto a su mujer y su cuñado| ANDRÉS GUTIÉRREZ
El base gestiona la empresa junto a su mujer y su cuñado| ANDRÉS GUTIÉRREZ

El paso que tiene que dar un deportista profesional para integrarse a la vida laboral una vez se retira es complicado. Muy complicado. A pesar de haberse puesto en marcha algunos programas con dicho fin, lo cierto es que, en multitud de ocasiones, esos deportistas se encuentran con que, tras una trayectoria profesional relativamente corta, tienen que buscar un trabajo sin tener experiencia laboral anterior. Hay muchos casos así, y también están ejemplos como la aventura en la que se embarcó hace tres años Rodrigo San Miguel, base del CB Canarias.

Ocean’s Rum es el nombre de la marca de ron que, con una pequeña empresa familiar fundada por él, San Miguel se dedica a fabricar y distribuir con el fin de luego exportarla a varios países europeos. Lo primero que puede llamar la atención es que un deportista tenga un negocio de bebidas alcohólicas, pero Rodrigo lo ve con la normalidad de haber podido tener “un restaurante o una cafetería”. “Es verdad que llama mucho la atención, es raro, porque es un mundo diferente al que te mueves y porque yo no conozco a ningún otro jugador de baloncesto que se dedique a esto”, señala con naturalidad.

Así, de la mano de su mujer, su cuñado y un cuarto socio que luego dejaría la empresa, el jugador canarista, que por aquel entonces contaba 27 años de edad, decidió ponerse manos a la obra: “Mi pareja es economista, mi cuñado es ingeniero, pero hizo un MBA, con idea de enfocarse hacia el mundo de la empresa y llevábamos unos cuatro años dándole vueltas a ver qué podíamos montar hasta que surgió esta posibilidad”.

Pero, además de la idea, la intención era la de poder generar algo distinto en el mercado: “Nosotros traemos el ron del Caribe, en España, concretamente en Jijona, es donde hacemos una mezcla con varios tipos de ron, que es algo que no hacen las grandes marcas, luego lo embotellamos y lo etiquetamos para poder exportar”.

La Palma podía haber sido el lugar donde fuera destilada la bebida, pero los altos costes, especialmente derivados del transporte y los trámites aduaneros, desecharon una posibilidad que San Miguel barajó seriamente.

A día de hoy el jugador no se ocupa del “día a día” de la empresa, aunque sí está presente “a la hora de tomar decisiones o tratar con los clientes” que, especialmente, son de Dinamarca e Italia: “Es cierto que allí tenemos dos muy buenos compradores y que toda nuestra producción va para esos lugares. No descartamos poder comercializarlo en España, pero lo cierto es que no hacemos aún grandes producciones, sino que prácticamente es según los pedidos que nos realicen”.

Y, ¿el futuro? ¿se ve dedicado exclusivamente a su empresa una vez dejado el deporte de élite? En un primer momento San Miguel quiere “seguir ligado al baloncesto” porque es lo que le gusta “hacer de verdad”, pero tener una posible salida profesional es siempre un alivio y supone una dosis de seguridad importante cuando deje de ganarse la vida entre balones y canastas: “Lo cierto es que esto empezó como algo pequeño y ha ido creciendo poco a poco. Cada vez nos quita más tiempo, le dedicamos más horas y le hemos dado viabilidad en unos tiempos muy complicados para todas las empresas. Conforme vas acudiendo a ferias y conociendo personas te vas metiendo más en este mundo. Si cuando acabe de jugar no hay opción de seguir ligado al deporte, ¿por qué no? Claro que lo haría”.

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