Un amigo con peligros inesperados

Los estudios alertan del riesgo de la automedicación con fármacos como el ibuprofeno, el paracetamol o las aspirinas

ibuprofeno

Por Verónica Pavés

Dentro de nuestras casas tenemos un amigo que no esperamos que nos pueda traicionar. En un pequeño rincón donde se guardan todos los medicamentos, se encuentran algunos fármacos que nunca pensaríamos que pudieran hacernos daño. Y claro que no pueden, los pobrecillos no eligen cuándo los tomas. Es cada persona individualmente quien decide si esos medicamentos se convertirán o no en unos de sus enemigos. El abuso de estos compañeros de viaje, que soportan nuestros dolores de cabeza, nuestras hinchazones musculares y nuestra fiebre alta, pueden acabar en un final inesperado. Ya que son los únicos que pueden aguantar todas nuestras dolencias, ¿no deberíamos darles un respiro?

La automedicación en España y en muchos países desarrollados está a la orden del día. No se trata de medicamentos a priori peligrosos, pero su consumo desregulado y en grandes cantidades pueden originar problemas. Se ha puesto en tela de juicio los beneficios frente a los perjuicios que pueden causar los AINE o antiinflamatorios no esteroideos. En esta rama se encuentran medicamentos tan conocidos como el ibuprofeno, el paracetamol o las aspirinas. Aunque particularmente, uno de los más nocivos sería el diclofenaco, que se usa para tratar el dolor crónico asociado con el cáncer, especialmente si hay presencia de inflamación. Cada año más del 15% de la población en los países occidentales acude a los AINE cada vez que padece algún dolor leve.

Según una reciente investigación danesa, publicada en el European Heart Journal, el tratamiento con este tipo de fármacos podría llevar consigo graves efectos colaterales, que incluye el riesgo de que se produzcan úlceras y que se incremente la presión sanguínea. Este estudio se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de 14 universidades europeas y hospitales, incluyendo un gran número de especialistas europeos cardiacos. La teoría no es “descabellada”, según argumenta Estrella Pavés Lorenzo, enfermera de atención primaria del Servicio Canario de Salud (SCS). Sin embargo, avisa que “habría que valorar este estudio porque muchas veces se encuentran sesgados”.

“Se sabe que los nuevos tipos de antiinflamatorios pueden incrementar el riesgo de ataques al corazón”

Este estudio complementaría, con nuevas evidencias clínicas, investigaciones anteriores sobre la misma temática. Según Sandra Dévora Gutiérrez, farmacéutica y profesora de farmacología en la Universidad de la Laguna, “este asunto viene de lejos, pues en nuestro país ya se han publicado anteriormente notas informativas al respecto”. Dévora Gutiérrez afirma que estos estudios anteriores no solo han remarcado sus efectos secundarios cardiovasculares, sino también otros efectos “muy importantes a nivel gastrointestinal e incluso cutáneo.” Morten Schmidt, doctor en medicina y principal autor del proyecto de investigación confirma que “desde hace años se sabe que los nuevos tipos de AINE, conocidos como inhibidores COX2 pueden incrementar el riesgo de ataques al corazón”. Según Schmidt, muchos de estos medicamentos se han retirado del mercado debido a los riesgos que llevan consigo. “Ahora podemos ver que algunos viejos tipos de AINE, particularmente el diclofenaco, están también asociados a padecer un ataque al corazón y al parecer, en la misma medida que muchos otros tipos que ya no están a la venta”, asegura el doctor.

El estudio danés sugiere que se controle la venta sin prescripción de estos medicamentos. Según la investigación, si hubiera una prescripción obligatoria de estos fármacos, serían los doctores los que podrían evaluar los riesgos de complicaciones cardiacas y sangrado de cada caso individual. Según Christian TorpPedersen, profesor en cardiología y coautor del estudio, “los AINE no deberían usarse en pacientes que tienen o están en un riesgo alto de tener enfermedades cardiovasculares”.

Por otro lado, existen estudios que avalan que una dosis de ibuprofeno de hasta 1.200 miligramos al día, generalmente utilizadas como analgésico/antiinflamatorio ocasional o antitérmico, no se asocian a un incremento de riesgo cardiovascular. “El mayor riesgo de trombosis arterial se asocia a dosis altas de ibuprofeno, es decir, iguales o mayores a 2.400 miligramos al día”, explica Sandra Dévora Gutiérrez. La pauta posológica normal – la que establece el régimen de distribución de las dosis, el horario de tomas, el momento adecuado para hacerlo y la duración del tratamiento – es de una dosis cada 8 horas.

Lo que significa que en un día se podrán consumir tres dosis, cuyo resultado es de 1.200 miligramos de ibuprofeno al día. En algunos casos concretos, se puede subirse la posología a una dosis para tomarla cada 6 horas, es decir, cuatro veces al día (1.600 mg de ibuprofeno/día). Pero como afirma la farmacóloga Dévora Gutiérrez, “en ninguno de los casos se alcanza la dosis de 2.400 miligramos al día que conlleva mayor riesgo cardiovascular”. Para llevar a cabo estas medidas en España, habría que tener en cuenta que nuestro país consta de un modelo de farmacia diferente al de algunos países de la Unión Europea como Dinamarca. Y es que el modelo danés permite que determinados medicamentos sin prescripción puedan encontrarse fuera de las oficinas de farmacias, donde también se incluye la venta a distancia de medicamentos, con y sin prescripción. En nuestro país, por el contrario, cualquier medicamento, sea con o sin prescripción médica, se debe adquirir en alguna oficina de farmacia. Esto conlleva a que siempre se dispense el medicamento bajo supervisión de un farmacéutico.

“Cada año más del 15% de la población acude a los AINE contra el dolor leve”

Por esta razón, y según Dévora Gutiérrez, “no se puede comparar nuestro modelo farmacéutico al danés donde el paciente puede adquirir los medicamentos sin tener ningún tipo de conocimiento sobre sus principios activos”. Sandra Dévora Gutiérrez recuerda que deben tener especial cuidado los “pacientes que ya presentan una patología cardiovascular previa o algún factor de riesgo cardiovascular, como por ejemplo, un diabético”, pues para ellos resulta más fácil que los AINE se conviertan en uno de sus peores enemigos. Pero no hay que olvidar, según asevera Estrella Pavés Lorenzo, que “el uso no indiscriminado de estos fármacos para determinadas patologías, siempre controlada por un médico, mejora el dolor y la inflamación.” Tratar con respeto a estos camaradas es la base en la que se sustenta el estudio. Usar indiscriminado un AINE “lo hará igual una persona tenga o no receta”, asegura la enfermera. Por tanto, lo importante es que cada uno utilice con responsabilidad a estos pequeños amigos

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