Así son las especies exóticas que invaden Canarias

Siempre de la mano del hombre, voluntariamente o no, suponen un peligro para la fauna y flora autóctona de las Islas; en algún caso se logró erradicar, pero muchas llegaron para quedarse

Siempre de la mano del hombre, unas lo hicieron por su voluntad y otras no, pero su llegada a las Islas tiene consecuencias para la fauna y flora local. Son las especies exóticas que han invadido o invaden Canarias, unas con éxito y otras no. De la mano de los especialistas de la Fundación Neotrópico, repasemos cómo vinieron, qué efecto tuvieron y cuáles son.

Hay dos etapas fundamentales, explica Jaime de Urioste, presidente de Neotrópico: la colonización humana del Archipiélago y la surgida tras la conquista hispánica. Con los primeros habitantes de las Islas llegaron cabras, ovejas, cerdos, perros y gatos, pero también se coló un invasor: el ratón. A partir del siglo XV aparecen ciervos, conejos, erizos, ardillas, gamos, muflones, arruís, musarañas, ratas, dromedarios, vacas, burros y caballos, entre otros. Las causas son diversas: desde ayuda al agricultor hasta ganado, pasando por polizones, piezas de cacerías o mascotas y fugados de zoológicos.

[su_pullquote]Tórtolas turcas en el parque, boas en la piscina del hotel, hurones silvestres en la palma… La lista es tan larga como complejo el problema [/su_pullquote]

Cualquiera de las especies citadas, sin control, supone un grave peligro para las formas de vida propias de Canarias. Y es que compiten con las mismas de muchas maneras. Compiten en el espacio al ocupar las mismas zonas de asentamiento, nidificación, refugios… Compiten en la alimentación, ya sea en presas y otro tipo de sustancias nutritivas, pero también pueden convertirse en depredadores. Asimismo, alteran el hábitat de tal modo que pueden hacerlo inapropiado para las especies originarias. Otro problema es el parasitario, ya que pueden transmitirlo o convertirse ellos mismos en parásito. Y, obviamente, pueden transmitir enfermedades, incluso al ser humano. Por último queda la hibridación, que puede conducir a la desaparición de la especie originaria afectada.
A pesar de todo ello, no se trata de abandonar esta lectura y dedicarse al inmediato exterminio de las especies exóticas invasoras, porque podríamos causar daños aún peores. Lo mejor es prevenir, y en caso de ya estar causado el daño, proceder a su relevo de forma gradual y con el asesoramiento de los especialistas.

El muflón llegó a Tenerife con fines cinegéticos y aún sigue; también hubo ciervos en La Gomera y gamos en Anaga. / DA
El muflón llegó a Tenerife con fines cinegéticos y aún sigue; también hubo ciervos en La Gomera y gamos en Anaga. / DA

Sin ánimo enciclopédico, este es un buen resumen de las especies exóticas invasoras de Canarias, que pueden encontrarse en cualquier parque como las tórtolas turcas (Streptopelia risoria), las palomas (Columba livia), las cotorras de Kramer (Psittacula krameri) o de pecho gris (Myiopsitta monachus). También en ciudades y mucho más llamativas, mascotas como las iguanas verdes (Iguana iguana). Bellas al comprarlas, luego crecen, dan coletazos, muerden… y aparecen en jardines. En piscinas de hoteles han aparecido boas matavenados (Boa constrictor) y otras mascotas luego abandonadas o fugadas, como pitones reales reales (Python regius) o diferentes especies de culebras como la del maizal (Pantherophis guttatus).
Más pequeño pero tan temible o más es el cangrejo rojo de río americano (Procambarus clarkii), un peligro para invertebrados acuáticos y vegetación autóctona por su destructiva costumbre de excavar galerías.

[su_pullquote align=”right”]Las especies domésticas sin control resultan un peligro para las especies vegetales del Archipiélago, como ahora ocurre en Gran Canaria[/su_pullquote]

Hoy es noticia una especie doméstica fuera de control: las cabras (Capra hircus) de Gran Canaria. Si pastan sin control son un riesgo en las especies vegetales del Archipiélago. Lo mismo pasa con los dromedarios (Camelus dromedarius), burros (Equus asinus) u ovejas (Ovis aries).

Hay otro tipo de importaciones. En 1965 llegaron como mascotas desde Sidi Ifni a Fuerteventura unos ejemplares de ardilla moruna (Atlantoxerus getulus). Hoy están por toda la isla y se han visto ejemplares en Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife. En esta isla se detectó en 1994 el miná común (Acridotheres tristis), ya erradicado gracias a un programa de control de esta perniciosa ave por parte del Cabildo. Gracias a la Corporación insular también se considera erradicado un fugado del zoo como es el murciélago egipcio de la fruta (Rousettus aegyptiacus), letal para los locales y los cultivos. Del que no se sabe si quedan ejemplares es del erizo moruno (Atelerix algirus), llegado en 1892 desde Cabo Juby a tierras majoreras.
Un caso singular: especie autóctona que torna en invasora al cambiar de isla. Ello ocurre con el lagarto gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlini), ahora en Fuerteventura, Tenerife o La Palma. Lo mismo pasa con el lagarto de Tenerife (Gallotia galloti), ya en El Hierro y Fuerteventura.

Introducidos en el siglo XV con fines cinegéticos, en La Gomera llegaron a haber hasta 1.000 ejemplares de ciervo común (Cervus elaphus). Desaparecidos en el XIX. En los años 70, el antiguo Icona introdujo gamos (Dama dama), también con fines cinegéticos, en Anaga, pero la caza furtiva y los atropellos acabaron con ellos. Muy similar es el caso de los muflones (Ovis aries orientalis), de los que aún sobrevive una importante población en cumbres tinerfeñas. También en los años 70 se liberaron arruís (Ammotragus lervia) en la Caldera de Taburiente. Acabaron con una planta endémica, el Helianthemum cirae.
Más recientes aún: en 2007 se descubrió una hembra de hurón (Mustela putorius furo) asilvestrada y con crías en la Caldera de Taburiente; ya se reproduce en libertad por toda La Palma. La salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus) está hoy en los muelles de Santa Cruz de Tenerife y de Las Palmas de Gran Canaria. En la misma zona tinerfeña repite el escorpión Caribeño de las cortezas (Centruroides gracilis).
Más conocido es el caso de la culebra rey de California (Lampropeltis getula californiae), en Gran Canaria desde 1998 y hoy se estima que hay unos 20.000 ejemplares. Desde 2004, tanto en Gran Canaria como en Tenerife se ha detectado a la culebra ciega de las macetas (Indotyphlops braminu).

[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]El capricho de las mascotas eleva el catálogo de forma preocupante
No es un fenómeno nuevo, pero no disminuye. Las nuevas estrellas son zorros del desierto, mangostas suricata, falangeros de la miel o petauros, tarántulas, escorpiones, dragones barbudos australianos, varias especies de serpientes venenosas, culebras como la del maizal o falsas corales, o híbridos de gatos domésticos y felinos silvestres[/su_note]

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