De la edad de oro al declive

Una nueva guía muestra los cambios que sufrió el turismo en la ciudad desde sus inicios, en 1886, hasta la década de los 70 del pasado siglo, y que dañaron la calidad de los visitantes

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El turismo es el ADN de Puerto de la Cruz, la ciudad en la que 130 años atrás nació oficialmente el turismo en España. Y quien diga lo contrario niega una realidad que desde hace más de un siglo hasta la actualidad se mantiene con variantes: la industria turística es la principal fuente de ingresos de la ciudad.

Y aunque queda lejos el paisaje de Martiánez que encantó a miles de turistas alemanes, ingleses y fundamentalmente suecos, es en esta zona donde comenzó el turismo en Canarias y en España, ya que allí se abrió el 1 de septiembre de 1886 el primer hotel de la ciudad con el nombre de Orotava Grand Hotel o Sanatorium, inaugurado once días después.

Dada su escasa capacidad alojativa, la compañía de Hoteles y Sanatorium del Valle de La Orotava, que se creó en el Puerto en abril de ese mismo año, arrendó la llamada Casa Zamora (futuro hotel Monopol); en 1887 las casas de Tomás Fidel Cólogan (hotel Marquesa) y la casa de Luis Marina Lavaggi, situada en la calle Independencia (actualmente Cólogan) y que se llamaría hotel Buenavista, donde se encuentra el Hospital de la Inmaculada.

Las instalaciones hoteleras jugaron así un papel clave en la transformación de la industria turística de la ciudad. La guía Puerto de la Cruz: historia, turismo y patrimonio, editada por Le Canarien y cuyo autor es Nicolás González Lemus, permite descubrir y conocer los encantos de muchos inmuebles durante las edades de oro del turismo. La primera abarca entre 1880 y 1930, comienza en la plaza Viera y Clavijo y continúa por las calles Valois, Zamora, Iriarte, Cólogan, plaza de la iglesia, Quinatana, San Juan, Doctor Ingram, Pérez Zamora, José de Arroyo, Nieves Ravelo y termina en la plaza del Charco. Aunque en estos años el municipio no llegó a sustituir a los centros de moda en la Riviera francesa, como Niza, Cannes, o Menton, sí compitió con Funchal que se había convertido desde hacía décadas en el centro turístico terapéutico, donde muchos europeos iban escapando del frío para curarse de sus dolencias, acaparando a un turista. Gracias a su beneficioso clima, su paisaje, el Teide, y las mejores muestras de arquitectura doméstica de Canarias el Puerto se convirtió en un afamado destino para la alta burguesía europea.

La segunda etapa, en la que se consolida la industria turística, abarca el periodo comprendido entre 1950 y 1975. La ruta se inicia y termina en el mismo punto que la anterior pero recorre la Avenida Aguilar y Quesada, playa Martiánez, avenida Colón, San Telmo, Santo Domingo, Las Lonjas, muelle de Santa bárbara y La Marina.

La apertura del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, en 1953, y del Lido San Telmo, en 1957, fueron dos instalaciones claves. El primero era el centro del turismo escandinavo y el segundo, del inglés y alemán de los 60. Los sábados por la noche muchas familias de prestigio de La Orotava, La Laguna y Santa Cruz llenaban el Lido. En sus piscinas se bañaron las esposas de Winston Churchill y Aristóteles Onassis, además de los beatles, Paul McCartney, Ringo Starr, y George Harrison, Sofía y Juan Carlos de Borbón, cuando visitaron la ciudad en marzo de 1973.

A mediados de los años 70 la segunda edad de oro del turismo llega a su fin, igual que la calidad del visitante, motivada por diversos factores, explica Nicolás González Lemus. Entre ellos, la entrada de las cadenas hoteleras peninsulares, la apertura del aeropuerto Reina Sofía, el crecimiento turístico en el Sur, y el desarrollo inmobiliario, que en pocos años “destruyó” muchos inmuebles históricos del casco antiguo.

A partir de ese momento se pasa de un turismo de élite a uno denominado “de sol y playa” o “democrático” porque está al alcance de la clase media y trabajadora y comienza una nueva etapa que en la actualidad también se quiere cambiar apostando por una oferta de experiencia.

[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]La publicación permite hacer al turista un recorrido por los inmuebles más emblemáticos
La publicación, que cuenta con unas 120 fotos y más de quince mapas, orienta a cualquier turista a descubrir la historia, el turismo y el patrimonio de Puerto de la Cruz ya que se detiene en los inmuebles más emblemáticos. Desde establecimientos hoteleros hasta esculturas; bustos; encantos naturales como la ladera y los acantilados de Martiánez; y las obras que se realizaron y que tienen una proyección destacada, entre las que se encuentra la construcción de la Avenida de Colón, han formado y forman parte del paisaje de la ciudad que ha ido cambiando durante el transcurso del último siglo.
Así se puede ver como La casa Antonia Dehesa, un chalé construido en 1850, fue destruido para construir el hotel Martiánez, “que actualmente se encuentra en un estado pésimo y abandonado”, apunta Nicolás González Lemus. El investigador prevé retomar en breve el tour histórico de la ciudad, suspendido por sus problemas de salud.[/su_note]

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