La misma pollabobada

El PSOE está a punto de cometer la misma pollabobada que ha obligado a celebrar nuevas elecciones: negarse en rotundo a un pacto con el PP. El PP va a ganar las elecciones y el PSOE, probablemente, no va a pasar de 80-90 diputados. Si la extrema izquierda se une, el PSOE se convertirá en un islote pancreático. No podrá contar ni siquiera con el ambiguo Ciudadanos, que aspira a formar parte del futuro Gobierno. Si las encuestas le dan al PP 129 diputados, el que no pacte con el PP no gobierna. Así de claro. ¿A qué aspira Sánchez, a volver a tener que reconocer que se equivocó? ¿A dejar al PSOE en el esqueleto? Mejor que empiecen ya a hablar de la gran coalición. En vez de facilitar al Frente Popular que se convierta en la fuerza real de la izquierda, marginando a los socialistas, muévanse. O el PSOE hace profesión de fe socialdemócrata o se va a tomar por saco. No hay más, porque el voto del 26 de junio no va a diferir demasiado del voto del 20 de diciembre. Ya lo ha dicho hasta el CIS y lo repiten los analistas y los sociólogos. Mejor que Sánchez no diga más pollabobadas y que empiece a hablar con Rajoy y con Rivera, antes de que estos dos se pongan de acuerdo solitos y dejen a los socialistas flotando en un lago y con el salvavidas pinchado y el culo al aire. Y el que avisa no es traidor. Miren que yo sé más por viejo que por diablo, aunque no me hayan dado nunca ni un gabinete de prensa, ni la medalla de oro de mi pueblo. Ni siquiera me han ofrecido el puesto de conserje de la Oficina Canaria de Madrid.