Dejar de luchar no fue una solución, sino un problema más

La imagen de la lucha está tocada de muerte. Por tanto, todos y todas tenemos que reflexionar de lo ocurrido para que no suceda nunca más y, así analizar lo sucedido. Que se depuren responsabilidades porque la lucha canaria no se merece para nada lo ocurrido en Valle de Guerra
Pancho Camurria Valle de Guerra (

La Federación Insular de Lucha Canaria de Tenerife ha emitido una nota de prensa aclarando lo ocurrido en el Pancho Camurria y la postura de la Federación Insular de Lucha Canaria de Tenerife al respecto.

Dejar de luchar no fue una solución, sino un problema más

La última edición del Torneo Pancho Camurria, a medio celebrar el pasado fin de semana en Valle de Guerra, estuvo marcada por la improvisación y los despropósitos. Deprisa y corriendo tuvimos que improvisar el almuerzo de nuestros luchadores porque el comedor de la instalación hotelera estaba cerrado, cuando nuestro bregadores llegaron a comer. Tuvimos que buscar una alternativa: varios taxis y los desplazamos a un Centro Comercial para que allí comieran. Muy mal hecho por parte de la organización, pero puede ocurrir. El sábado más y, durante la semifinal entre La Palma y Fuerteventura se lesionó en la fase decisiva del encuentro un luchador de La Palma. La Federación de Lucha Canaria no tenía previsto éste contratiempo y durante más de 20 minutos Alberto Castro estuvo sin atención médica y a la espera que llegara la ambulancia.

El domingo fue todo mucho peor, hasta el punto que las decisiones tomadas seguro que tendrán consecuencias graves para la lucha. La Palma y Gran Canaria se solidarizaron con el luchador lesionado y como protesta por la falta de previsión de la Federación de Lucha Canaria y no disputaron el tercer y cuarto puesto. Más tarde ocurrió lo mismo con Fuerteventura, que si saltó al terrero, pero entendió que no tenía que luchar en señal de protesta y el Pancho Camurria se quedó sin final. Desde la Federación de Tenerife entendemos que hay muchas formas de protestar y de plantarse ante la falta de organización y previsión de la Federación de Lucha Canaria, pero no dejar nunca de luchar porque de esa manera se le faltó el respeto al público presente, en las gradas del terrero Chaval I de Valle de Guerra, al que nos debemos y también a los patrocinadores y a las instituciones de Canarias, que de una u otra manera apoyan a nuestro deporte.

Por tanto, como Federación de Lucha Canaria de Tenerife, mostramos nuestra total disconformidad por la manera de gestionar este problema por parte de las Federaciones de Lucha de La Palma, Gran Canaria y especialmente por parte de Fuerteventura. Mención, a parte tiene la Federación de Lucha Canaria, que erró desde el minuto cero. Además, la organización debe siempre cuidar los pequeños detalles para que un torneo de estas características brille por sí solo, y cuidar todas las cosas para no cometer errores de bulto como los ocurrido en esta última edición del Pancho Camurria

Entendemos que la final tenía que disputarse, al igual que el tercer y cuarto puesto; quedando claro que tanto los luchadores, cuadro técnico y junta de gobierno de la Federación de Tenerife no solo se solidariza con sus homólogos palmeros con lo que le ocurrió a Alberto Castro, sino que también quiere denunciar la mala gestión de la Federación de Lucha Canaria, que no estuvo a la altura de las circunstancias que requiere un torneo de tanto prestigio social y deportivo como es el Pancho Camurria. Más allá del papel de los comités y de la resolución de los mismos, la imagen de la lucha está tocada de muerte. Por tanto, todos y todas tenemos que reflexionar de lo ocurrido para que no suceda nunca más y, así analizar lo sucedido. Que se depuren responsabilidades porque la lucha canaria no se merece para nada lo ocurrido en Valle de Guerra.

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