“El plátano canario se enfrenta a una bomba con Ecuador y a un tsunami desde África”

Henry Sicilia, nuevo presidente de Asprocan, no se muerde la lengua, "nos enfrentamos a una bomba y un tsunami a la vez".
Foto FRAN PALLERO
Foto FRAN PALLERO

Nos enfrentamos a una bomba y un tsunami a la vez”. Está a punto de caer una bomba sobre el plátano canario, del que dependen 14.000 puestos de trabajo: la invasión de las bananas de Ecuador en Europa, antes de diciembre, con aranceles preferenciales. Pero eso no es todo. La banana africana crece como un “tsunami”, y entra en los mismos mercados sin barreras. Henry Sicilia, nuevo presidente de Asprocan, no se muerde la lengua. En la entrevista que concedió a DIARIO DE AVISOS explica por qué el sector no va a poder dormir tranquilo de aquí a 2020. El plátano centenario, que irradia una enorme influencia sobre buena parte de nuestra economía, se la juega. Hijo de agricultores palmeros que emigraron a Venezuela, asume la batuta de la organización agrícola más poderosa de Canarias, que agrupa a las seis productoras de plátanos de las Islas, con este toque de queda: “El sector está unido, y debe llevar esa unión más allá”. Se trata de un sector clave que condiciona sobremanera la vida de islas enteras como La Palma. Todas, salvo Fuerteventura y Lanzarote, tienen tradición platanera, y constituyen la principal región productora de Europa. “La crisis del plátano no ha llegado todavía. Está por llegar, y hay que hacer algo antes de que sea tarde”, recalca este discípulo de Leopoldo Cólogan, que hasta abril lideró durante nueve años la patronal agraria regional Asaga, antes de coger el testigo de Santiago Rodríguez al frente de Asprocan.

-Es la primera vez que ponen el acento en la banana de África.

“Se trata del fenómeno más reciente. Empresas de origen francés -Martinica, Guadalupe…- se han ido estableciendo en Camerún, Costa de Marfil…y siembran con una ventaja: esa banana entra libremente en Europa, sin aranceles, cupos ni contingentes.La banana africana crece a pasos agigantados. El año pasado en Camerún aumentó en mil hectáreas nuevas. Están invirtiendo en infraestructuras ferroviarias para exportar a Europa. Estamos seriamente preocupados. Es una competencia tsunami. Nosotros vendemos en el resto del Estado y un poco en Portugal. Somos una marca cotizada, pero corremos peligro. Necesitamos ser más eficientes y nuestra gran baza es la Indicación Geográfica Protegida (IGP), el sello de calidad único en el mundo, que nos ha concedido Europa y que, después de tres años, ya se aplica plenamente”.

-No les ayuda que EE.UU. esté pidiendo a Europa que elimine esas marcas alimentarias en el futuro tratado de libre comercio (TTIP).

“La IGP es nuestra salvación. Ese sello nos permite batallar con los lobos del mercado para que a los consumidores no los engañe nadie con la pegatina de ‘Plátano de Canarias. No podemos permitir que la marca en la que hemos invertido tanto los productores se la puedan cargar. Estamos luchando en reuniones en Europa para no volver a ser moneda de cambio en los grandes acuerdos de libre comercio”.

-¿Ante el 26J, qué demanda a las fuerzas políticas?

“Que incorporen el plátano a las ayudas al transporte de mercancías entre Canarias y la Península, a través del Ministerio de Fomento, con su ficha financiera, para no mermar recursos de otros sectores”.

-¿Con Ecuador empezó la cuenta atrás?

“Estamos en los meses críticos previos a esa decisión crucial. Ecuador presiona para que Europa autorice antes de diciembre que sus bananas entren con aranceles preferenciales, como Perú y Colombia. Entrarían como Pedro por su casa. Es un gigante bananero, que no cumple nuestras exigencias sociales, fitosanitarias y fiscales. El peligro es grave. Nuestros 400 millones de kilos frente a 5.000 millones de Ecuador. Arrasarían. Si Ecuador se sale con la suya, en 2017 nos invade”.

-¿Cómo se están defendiendo ustedes?

“Más unidos que nunca. Las seis OPP que formamos Asprocan (Coplaca, Agriten, Llano de Sardina, Cupalma, Eurplátano y Plataneros de Canarias) estamos dando la batalla, y esa unión hay que llevarla más allá. Hay medidas compensatorias y de corrección que estamos negociando. Ecuador empezó en 2010 pagando un arancel de 148 euros por tonelada: ahora ya va por 117, y el descreste iba a concluir en 2020 en 114 euros, pero aspiran, con muchas posibilidades, a pagar en diciembre 96 euros y que en 2020 queden en 75. Esta semana me voy a Bruselas. Si no actuamos rápido, en 2020 puede venir la auténtica crisis del plátano”.

-¿Qué pasará, exactamente, en 2020?

“Es el año clave, culmina el programa agrícola en vigor (2014-2020), las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC) a todos los subsectores. Nuestro objetivo es salvar la ficha financiera de 141 millones anuales de ayudas al plátano. Ahora me reúno con la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea y con eurodiputados. En septiembre habrá una cumbre de la Asociación de Productores Europeos de Bananas (APEB), de la que soy vicepresidente, con la comisaria de Agricultura, probablemente en Alsacia. En 2020 nos la jugamos”.

-¿Corren peligro las ayudas al plátano?

“Pueden ser duraderas, pero tenemos que poder decirle a Europa, ‘oye, hemos hecho todo lo que estaba de nuestra parte”.

-¿España, el Gobierno de Rajoy, está con ustedes?

“Tenemos el apoyo del eurodiputado popular Gabriel Mato, y la ministra García Tejerina está al corriente. Pero las multinacionales europeas (algunas españolas) presionan para acceder a esos países a cambio de concesiones. La eurodiputada liberal francesa De Sarnez elabora el informe clave que se votará el 26 de septiembre. Le estamos dando nuestra información. Es una carrera contrarreloj”.

-¿Tras casi una década al frente de Asaga, coincide con el presidente de Cajasiete, Fernando Berge, en que hay un boom agrícola de inversión y tecnología?

“El viernes se celebró la Asamblea General de Asaga, con su nueva presidenta, Ángela Delgado. ¿Qué está pasando? Un cambio de modelo y de generación: de una agricultura artesanal que yo conocí a otra con I+D. Hay tres veces menos agricultores y se produce tres veces más. La primera vez que mi familia, que es de campo, compró papas en su vida fue en Venezuela. Aquí era de vagos tener que comprarlas. Hay un auge de frutas tropicales, como papayas y aguacates, que ya se exportan. Antes se enviaban a la Península en guacales las piñas de plátanos envueltas en pinocha y ahora un robot monta los palés. Tenemos potencial. ¡La tierra está ahí! Y llega gente universitaria al sector, que no significa que el mago sea una especie en extinción”.

Foto FRAN PALLERO
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-Defina al mago.

“Yo soy un mago que habla inglés. Y digo que soy un mago con orgullo. El mago trabaja y tiene palabra, estrecha la mano y vale más que una firma. Mis padres y abuelos han sido magos. Mi madre, con 82 años, se mete en la huerta a escarbar, a producir sus lechugas y acelgas”.

-¿El intermediario “en el negocio frutero” de la polka sabandeña ya es historia?

“Aún sigue ahí. El intermediario es el operador de maduración entre el productor y el distribuidor. Toda esa infraestructura todavía no está en manos del sector”.

-Por fin las dos marcas se hermanan: Plátano de Canarias y Turismo de Canarias. ¿Con qué fin?

“Traer turismo y vender plátanos en verano, cuando llegan frutas más frescas. Es una unión natural e inédita. La cuota de mercado de Plátano de Canarias es un 75%; la de Coca-Cola es del 55%. Todas las semanas entramos en 16 millones de hogares. Del 27 de este mes al 27 de julio sorteamos siete viajes en familia a Canarias con el ticket de compra en 7.000 puntos de venta, bajo un eslogan que nos aúna: El sabor que te lleva al mejor clima del mundo. Aprovecho DIARIO DE AVISOS para hacer un llamamiento a la coherencia: que cuando esos turistas lleguen encuentren plátanos de Canarias en los hoteles y restaurantes. No siempre es así”.

-En casa de herrero, cuchara de palo.

“Yo hago la prueba y en muchos sitios me dicen que no. Ahí nos gana la papaya. El todo incluido nos hace daño”.

-¿Es verdad que la fruta de postre tiene sus ‘lobos’ particulares: los lácteos envasados?

“Esa es nuestra pesadilla. A los jóvenes se les van los ojos a los yogures y natillas. Hay una guerra de hábitos entre frutas y plastificados.Nos ayuda la pirámide demográfica invertida, porque la gente mayor sigue consumiendo fruta de postre. Y en Navidad intentamos que los Reyes Magos y Santa Claus traigan plátanos, no solo turrón”.

-“Que tu alimento sea tu medicina”, decía Hipócrates, el amigo de las frutas. ¿Es tan rica la dietética del plátano?

“Voy a darle una noticia. Antes de un año,vamos a tener un dictamen científico al más alto nivel de todas las propiedades que contiene el plátano,a través de universidades especializadas en cáncer de colon y aparato digestivo, y otras disciplinas. El plátano tiene potasio, fibra, vitamina B6, manganeso y algo extraordinario: el aminoácido triptófano para la liberación deserotonina,que es un relajante cerebral, un antiestrés y sirve para el insomnio. Yo a veces bromeo diciendo que el plátano hay que venderlo en las farmacias”.

-¿A Hawking le van a regalar una manilla de plátanos? En Gran Canaria lo cubrieron de frutas y hortalizas.

“Por qué no, siempre buscamos oportunidades de impacto. ¡Y al Papa habría que enviarle plátanos también! Todos recordamos a los grandes tenistas con un plátano canario en el descanso de un Roland Garros”.

-Y a Dani Alves comiéndose un plátano lanzado por un aficionado racista, que desató una campaña viral.

“Para nosotros fue una reacción muy positiva, a partir de un motivo indeseable”.

-Cuando se le buscan los tres pies al plátano se dice que consume mucha agua. ¿Qué aportan a cambio?

“Eso era antes cuando se regaba a manta; ahora se ahorra. ¿Qué cosas aportamos en silencio? El abaratamiento de las importaciones. Gracias a que existe el plátano, son un 10% más baratos los productos de alimentación que se importan y un 4,8% el resto. El plátano hace que un colchón importado cueste un 4,8% menos. Porque los barcos no bajan vacíos. Según las universidades canarias, aportamos 171 millones de euros a otros subsectores económicos. El plátano crea 14.000 empleos directos e indirectos y mueve una masa salarial anual de 148 millones de euros. En el PIB parecemos nada, pero somos un montón de personas haciendo un montón de cosas en el mundo de la economía real”.

-¿Están justificadas las ayudas que reciben?

“Si hay algo en lo que Europa se puso de acuerdo fue en la Política Agrícola Común (PAC), el mayor presupuesto europeo, porque es un sector estratégico: producir comida. La PAC reparte 52.000 millones de euros anuales entre 15 millones de agricultores y ganaderos europeos. A España corresponden 3.680 millones anuales, y a Canarias 282 millones. El plátano recibe la mitad, 141 millones, porque es el 50% de la producción, con 400 millones de kilos al año desde el 88. Dependemos de la climatología. Este año, sin invierno, ha sido complicado: el cuatrimestre de mayor producción del último decenio, y hemos logrado vender 18 millones de kilos más que el año anterior, gracias a un gran producto y un sector organizado”.

-Y a costa precios más bajos y quizá un año sin beneficios.

“Es la ley de la oferta y la demanda, pero hay que hacer cuentas al final del ejercicio, porque también has vendido más”.

-¿El cliente peninsular es fiel al plátano canario?

“Tenemos un cliente fidelizado, que pide nuestro plátano con pintas aunque cueste 60 céntimos más que la banana. Los chinos meten bananas en sus tiendas de cercanía hasta que el cliente les reclama plátano canario”.

-¿Qué piensan hacer si la producción sigue en aumento?

“Teniendo una cuota del 75% del mercado peninsular, daríamos pasos en el extranjero a sitios no lejanos con redes de maduración. Los mercados hay que mantenerlos las 52 semanas del año. Porque los lobos están en la puerta con la banana del área dólar o la africana, y se meten. Vamos a ver qué nos dicen los expertos en mercados internacionales. De momento, es un escenario de excedentes”.

-¿Ya no se tiran plátanos a los barrancos?

“Gracias a Dios, hemos desterrado la pica. Donamos a bancos de alimentos: cuatro millones de kilos ahora y otros tantos a ganaderos, bajo regulación, con inspecciones de la UE. Te reconocen el volumen en tu histórico de producción para mantener las ayudas. Antes, si había excedentes, se le daba el volquete en los barrancos. Hoy se ha puesto sentido común y social”.

-¿El plátano tiene larga vida pese a la maldición del monocultivo: caña, viña y cochinilla?

“Yo me caracterizo por ser positivo. El enfoque de Europa es lo que ellos llaman el 70-30. Nos dicen a agricultores y productores, sáquenle el 70% al mercado, y el 30% se los podemos dar en ayudas. Esto no va a desaparecer”.

-¿Encuentran apoyo en el Parlamento Europeo frente a los lobos, como usted dice?

“Sí, estamos de guardia permanente con los europarlamentarios. El sector agrario tiene que estar muy pendiente de los despachos, porque decisiones tomadas a miles de kilómetros de aquí nos cambian la vida”.

-De lobos a lobbies. Les tachaban despectivamente.

“El lobby no es algo peyorativo. En Europa se funciona así y es como se mueve nuestra competencia. Decir que tuvimos oficina en Bruselas antes que el Gobierno de Canarias parece una chulada, pero es la realidad”.

-Usted estuvo en las quinielas para ser consejero de Agricultura en el Gobierno de Clavijo.

“Algunos dan tu nombre, a veces para quemarte. Pero la realidad es que yo no tengo el más mínimo interés en entrar en política”.
-Leopoldo Cólogan fue su Vicente del Bosque, el que lo seleccionó.

“Sí, él me sacó de la cantera de líderes del sector, cuando yo era secretario de una cooperativa y asistía a las juntas de Coplaca. Leopoldo fue el gran visionario que las veía venir: la entrada en Europa, la llegada de la gran distribución, el asociacionismo, la APEB… Todo el plantel profesional que ha dirigido Santiago hasta mi llegada en Asprocan es, fruto de esa escuela, de primer nivel”.

-A falta de Alonso Arroyo -jubilado-, Narvay Quintero y Abel Morales cubren las expectativas del sector?

“A Arroyo vamos a rendirle pronto un reconocimiento del sector agrario, que es de justicia. El nuevo equipo del Gobierno canario está
haciendo un buen trabajo. Si hay que ponerles nota, estoy dispuesto a darles un notable”.

-¿Cuál es el talón de Aquiles del sector?

“Si exceptuamos la campañas de publicidad, somos buenos productores, pero malos comunicadores”.

-¿Cuánto pone cada productor para esas campañas de éxito?

“Cada uno pone por cada kilo comercializado un céntimo”.

Los lobos

El plátano, todo un fetiche en el fabulario colectivo, se enfrenta a los “lobos” de la competencia, según el símil del nuevo líder de los plataneros canarios, que defiende una ética del mago -”trabajo y seriedad”

-como la mejor defensa. Hay una querencia rural que se forja en la niñez cuando el abuelo ordeña la cabra con el nieto para que tome leche con gofio antes de ir al colegio en Breña Baja (La Palma). Esas raíces fijaron un talante en Henry Sicilia, pese a que -hijo de palmeros emigrantes- nació en un pueblo costero, Coro, en el istmo de los médanos del estado Falcón (Venezuela), cerca de la península petrolera de Paraguaná, donde el nombre Henry estaba de moda. Henry no les chocaba en la Universidad Tecnológica de Tennessee, donde hizo el posgrado en Comercio tras estudiar Empresariales. Habla inglés, que ayuda a negociar en Bruselas. Cuando en los años 90 murió el padre, don Gelasio, de los cuatro hermanos le tocó a él ponerse al frente de las plataneras familiares, que pronto concilió con el ganado porcino. La madre, María Gloria, le escachaba de niño galletas María con plátanos, cuando no los mezclaba con gofio. Ahora la escena se repite con los nietos en casa. Y otro tanto sucede con Plátano Baloo, la canción que los padres evocan con sus hijos en la nueva promoción de la fruta, tras el reestreno de El Libro de la Selva, de Disney. El pequeño Mowgli ideado por Kipling, no teme a los lobos, que lo protegen. Los del plátano son lobos con piel de cordero.

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