El antiguo horno de la cal de Playa San Juan recupera todo su esplendor

En el núcleo costero isorano de Playa San Juan luce ya restaurado uno de sus símbolos: el viejo horno de la cal
El horno de la cal se encuentra junto a la Playa Grande. / DA
El horno de la cal se encuentra junto a la Playa Grande. / DA

En el núcleo costero isorano de Playa San Juan luce ya restaurado uno de sus símbolos: el viejo horno de la cal. Esto ha sido posible tras las obras llevadas a cabo por la empresa Geocan, contratada por el Ayuntamiento de Guía de Isora, que tuvieron una duración de unos dos meses.

El edil de Urbanismo y Desarrollo Turístico isorano, José Miguel Mesa, explica que “el proyecto, con un presupuesto de 31.574 euros, consistió en la reposición o recolocación de las piedras desgastadas o rotas por el efecto de las mareas y la aplicación final de un barniz protector que funcione además como repelente del agua marina, con el objetivo de que este importante símbolo e icono para los playeros se mantenga en buenas condiciones”.

Mesa recuerda que “fueron las obras de construcción del actual paseo marítimo de Playa San Juan, impulsadas por el Gobierno presidido por el alcalde Pedro Martín en el año 2000, las que permitieron recuperarlo hace ahora 15 años”. Pero los embates del mar estos últimos tres lustros han sido implacables con el viejo horno y ya se hacía necesario actuar en él para que la historia quede a salvo detrás de sus muros de tosca.

El horno de la cal, actualmente en desuso, se encuentra debajo de un pequeño acantilado al final del paseo marítimo junto a la zona de baño principal de Playa San Juan, también conocida por la Playa Grande. Este paseo marítimo, que es otro de los encantos de Playa de San Juan, tiene como elemento singular de la historia del pueblo al antiguo horno de cal, que data de mediados del siglo XX. En la década de los años 30 del siglo pasado se inicia la industria de la fabricación de cal, que tuvo como precedente dos hornos anteriores al que actualmente conocemos. Solo se recuerda la ubicación de uno de ellos, que se encontraba situado en el barranco de San Juan o de Guaria, a la altura de Lomo El Balo, que fue derruido.

Según ha relatado una familiar del antiguo propietario del horno de la cal que aún se conserva en Playa San Juan, Carlota Cobo Hernández, fue en 1950 cuando se acomete la construcción del actual, propiedad de Antonio Hernández Santana.

En 1951 el horno ya producía cal que se obtenía de la piedra que venía en barco desde Fuerteventura. Por el gran calado del barco que transportaba la piedra caliza, fondeaba en la costa e iban descargando la mercancía paulatinamente mediante una lancha que la acercaba a la orilla de la playa donde, algunos de los trabajadores que habían participado en la construcción del horno, la descargaban a hombros para depositarla en un camión que, una vez lleno, se dirigía hacia la zona donde se encontraba el horno. Una vez allí, se picaba la piedra, introduciéndola por la parte superior en la cuba de carga, alternando capas de carbón con capas de piedra. En la parte inferior, se encontraba la hornilla con unas parrillas que descansaban sobre un puente de hierro y una puerta de acceso que servía para prender el fuego y extraer la cal una vez calcinada la piedra. La altura del horno, uno de los mayores que se conocen, permitía una gran producción de cal, que se distribuía en camiones a distintas zonas de la Isla para emplearlo como material de construcción para enjalbegar e impermeabilizar.

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