Río serán los segundos juegos olímpicos para Alicia Cebrián tras finalizar undécima en Londres 2012 en Laser Radial. La tinerfeña fue la última en clasificarse, ya que la selección tuvo que dirimirse en la semana de Kiel, en Alemania.
Cuestionada por las diferencias entre la Alicia que participó en Londres a la actual de Río, la competidora aseguró que “la gran diferencia es que ahora sé a lo que me enfrentó en muchos aspectos. En el mediático, por ejemplo, los juegos olímpicos son el mayor evento deportivo que existe, por lo que toda la prensa mundial está pendiente de todo lo que sucede. A mí me impactó bastante, pues no estamos acostumbrados a que los periodistas estuvieran cada día encima queriendo saber hasta el último detalle, y desde el varadero ya tenía un montón de micrófonos para saber cómo me había ido el día y cómo me encontraba. He participado en mundiales, europeos y, en este sentido, nada tienen que ver con los Juegos Olímpicos. En lo referente a la competición, también resulta diferente, pues aunque intentas pensar que todo es igual a cualquier otro campeonato, y que te enfrentas a rivales con las que has coincidido, el aire que se respira es diferente. Banderas enormes de los países y aros olímpicos por todos lados, cámaras de televisión, helicópteros sobre el campo de regatas, uniformes de las diferentes delegaciones, etc. Ahora ya no soy novata, pero es facilísimo envolverte en este ambiente. Vivir esto es único, inigualable, alucinante, increíble y muy especial”.
La experiencia que atesora en competiciones de alto nivel podrá ser un punto a su favor. “Daré el 200% y disfrutaré al máximo. Morderé cada metro, sacando el máximo de velocidad a mi barco y solo así podré estar lo más arriba posible. En los campos de regatas tan difíciles en los que vamos a navegar va ser importantísimo la regularidad. El regatista que consiga la mayor subirá al podio”.
Alicia Cebrián ha realizado un gran trabajo de aclimatación a las condiciones que se encontrará en Río. “Vamos a tener seis campos de regatas, tres dentro de la bahía de Guanabara y tres en mar abierto. Los campos interiores tienen la particularidad de que la corriente es fuertísima y además no es lineal. En pocos metros puede cambiar de dirección e intensidad formándose remolinos, lo que unido a la bocana estrecha, la presencia de un islote y que desembocan varios ríos por lo que se mueve más masa de agua, influye muchísimo a la hora de pensar y desarrollar la estrategia. Por su parte, fuera de la bahía la corriente también es un factor a tener en cuenta, pero aquí lo que más se caracteriza son las olas. Algunos días son enormes, lo que hace que se tenga que llevar una técnica totalmente diferente para poder desarrollar buena velocidad. En cuanto al viento, dentro de la bahía también es bastante peculiar, porque es racheado y con cambios de dirección debido a las altas montañas que la rodean. Además, hay que estar muy pendiente de ir mirando continuamente al mar y no pasar por encima de ningún plástico que se te pueda enganchar y frenar. Aún así, navegar tanto dentro como fuera de la bahía es precioso, pues las vistas son muy bonitas”.
Por tanto, es casi imposible marcarse una táctica previa. “Para cada día, regata y momento puntual hay que llevar una táctica. La vela es bastante compleja porque hay que tener en cuenta muchos factores: viento, olas, corrientes, nubes, posición respecto a los otros barcos… Hay mucho que estudiar y pensar, pero una vez que empiezas la regata la estrategia puede cambiar radicalmente”.
Aunque todo el mundo piensa en el virus del Zika, lo que verdaderamente preocupa a los regatistas es la contaminación. “Lo más importante es no hacerte un corte y que se pueda infectar la herida. Aunque el agua está mucho más limpia que el verano pasado, pues cada día hay barcos que limpian la basura que flota, los valores bacteriológicos no son los mejores, pues, además de la basura que traen los ríos, gran parte de la ciudad de Río no está alcantarillada”.
El equipo nacional se hospeda cerca del mar. “La Villa Olímpica está muy lejos del Puerto Olímpico. La guagua tarda demasiado -de hora y media a dos horas-. No puedes perder tanto tiempo en transporte, y tampoco te aseguran que llegues a la hora prevista. Río es una ciudad caótica con muchísimo tráfico y unas colas tremendas. Han hecho un carril olímpico, pero hay muchas zonas en obras”.