La AN considera la agresión de Alsasua parte de una campaña del “miedo” para aislar a la Guardia Civil

Identifica a 12 personas que participaron en la paliza, tres de ellos miembros de Ospa, y pide a Pamplona que se inhiba
Imagen de la quema de figuras con tricornios en Alsasua | FOTO: YOUTUBE
Imagen de la quema de figuras con tricornios en Alsasua | FOTO: YOUTUBE

La titular del Juzgado Central de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, considera que la agresión que sufrieron dos guardias civiles en Alsasua cuando disfrutaban de un momento de ocio con sus parejas forma parte de una campaña de acoso a los agentes dirigida a aislarles y crear un “clima de miedo” entre los ciudadanos para evitar que entablen vínculos afectivos a de amistad con ellos.

La magistrada, que ha solicitado al Juzgado de Instrucción 3 de Pamplona que se inhiba a su favor de las actuaciones abiertas tras la agresión, precisa que los hechos corresponden a delitos de terrorismo ya que están dirigidos a “atemorizar” a los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado para que abandonen el País Vasco y Navarra.

Lamela cita los informes policiales recibidos y en los que se identifica a 12 de los agresores y precisa que su actitud pudo ir dirigida a intranquilizar a los propios agentes implicados en la pelea pero también a sus compañeros de profesión, sus familias y cualquier otra persona que pudiera apoyarles en Alsasua. También “instar de manera indirecta a los ciudadanos a no entablar ningún vínculo afectivo o simplemente de amistad o cortesía con miembros de la Guardia Civil”.

Vincula a los participantes en la paliza con el colectivo Movimiento Ospa y la campaña Alde Hemendiki (‘fuera de aquí’ en castellano) y precisa que tres de sus promotores –Jokin Unamuno, Adur Ramírez y Edurne Martínez– participaron en el enfrentamiento en el bar Koxka, sucedido en la madrugada del 15 de octubre.

El objetivo –dice la juez– fue, por tanto “despertar la inquietud y el desasosiego” y perturbar el pacífico y normal desarrollo de la libertad en actividades tan cotidianas como tomarse algo en un bar.

Asegura también que entre los planes del colectivo a través de la citada campaña está influir de forma negativa en la calidad de vida de los agentes y hacerles sentir objetivo continuo de grupúsculos violentos. También “condicionar su vida diaria” y provocarles temor cuando van a comprar, disfrutan de su tiempo libre o apuntan a sus hijos a actividades.

APOYO DE BILDU, SORTU Y ERNAI

La campaña fue promovida en sus inicios por las organizaciones ilegalizadas Gestotas Pro-Amnistía, Jarrai, Haika y Segi y persiste “a través de plataformas populares vinculadas al entorno abertzale radical, agrega el auto. “Actualmente cuentan con apoyo de Bildu, Sortu y Ernai”, agrega.

El auto reproduce los hechos reflejados en los informes policiales y precisa que sobre las dos y media de la madrugada los dos agentes y sus parejas entraron en el bar Koxka estando de paisano y fuera de servicio.

Tres cuartos de hora después uno de los 12 identificados, Unamuno, entró en el establecimiento acompañado de Nahia Bengoetxea y, dirigiéndose al sargento le espetó que no tenía derecho a estar allí.

“Entre tanto la gente del bar, entre 20 y 25 personas, se iba acercando rodeando a los agentes y a sus parejas, comenzando a insultarles y amenazarles con expresiones como ‘esto os pasa por venir aquí’, ‘tenéis lo que os merecéis”, ‘iros de aquí’, ‘hijos de puta’, ‘cabrones fuera de aquí’, ‘perros’, ‘putos pikoletos’, ‘txakurras’, para a continuación comenzar a golpearles”, dice el auto.

Además de las tres personas mencionadas, la Policía ha identificado a Aratz Urrizola; Julen Goicoetxea; Jon Ander Cob; Iñaki Abab; Oihan Arnanz; Aitor Calleiras; Ainara Urquijo; Aritz Urdangarin y Nahia Bengoetxea. Cuando los agentes y sus parejas intentaron abandonar el bar se encontraron con otro grupo de 15 o 20 que se unieron a las anteriores.

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