La entrada de banana de Ecuador en la UE coloca ‘contra las cuerdas’ al plátano canario

El acuerdo de libre comercio que entrará en vigor en enero de 2017 permitirá al país latinomericano aumentar su producción el 5%
Presidente de Asprocan. / Fran Pallero
Presidente de Asprocan. / Fran Pallero

 

El pasado viernes se firmó en Bruselas el protocolo de adhesión de Ecuador al acuerdo de libre comercio de la Unión Europea (UE) con Colombia y Perú. Se trata de un acuerdo que, entrará en vigor el próximo 1 de enero, y que supone la apertura bilateral de los mercados por ambas partes. Esto incluye la eliminación de los aranceles para todos los productos industriales y de la pesca, incrementando el acceso al mercado de los productos agrícolas, aumentando el acceso a los servicios y a la contratación pública y reduciendo los obstáculos técnicos al comercio.

Esto significa que, a partir del próximo año, el mayor exportador de banana del mundo, Ecuador, podrá introducir la fruta en Europa en unas condiciones preferenciales y pagando el arancel a 75 euros la tonelada. Esto le permitirá ahorrar, con las cantidades que exporta actualmente a Europa hasta 248 millones de euros en aranceles cada año. En cambio, lo que se ahorrará Europa en aranceles e impuesto al instalarse en Ecuador no llega a los 106 millones de euros.

¿Cuál es el problema para los productores europeos y, especialmente, para el plátano de Canarias? Pues muy sencillo. La llegada de la banana de Ecuador a Europa, donde Canarias representa el 55% de la producción, en unas condiciones impositivas preferenciales y sin tener en cuenta los requisitos exigidos por la propia UE en materia de medio ambiente, seguridad alimentaria y protección laboral, supone una verdadera competencia desleal que pone en peligro la producción europea.

[su_pullquote]Sicilia: “Europa ha ofrecido al sector platanero europeo como moneda de cambio para que empresas españolas se instalen en Ecuador”[/su_pullquote]

El presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (Asprocan), Henry Sicilia, explicó que, al final, de lo que se trata es de una “contraprestación”, es decir, “Europa deja que entre la banana de Ecuador con aranceles beneficiosos a cambio de que empresas europeas puedan instalarse en el país latinomericano también en unas condiciones fiscales favorables. Lo que pasa”, prosiguió Sicilia, “es que el acuerdo está descompensado, porque los beneficios son mucho mayores para Ecuador que para las empresas europeas”. Lo peor de todo es que dicho acuerdo, que comenzó con Colombia y Perú, fue liderado por España, por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que ofreció al sector platanero europeo como moneda de cambio para que empresas, como Telefónica o Repsol, pudiera instalarse en estos países.

En este marco de David contra Goliat, hay que tener en cuenta no solo que las bananas entrarán en Europa de forma más barata, sino, sobre todo, la doble moral de europea, ya que los estándares de seguridad alimentaria exigidos a sus propios productores no se le pide a los productos de terceros países. “En Canarias, por ejemplo, sulfatamos con mochilas mientras que en latinoamérica va el avión y y sulfata, esté quien esté”.

Además, las condiciones laborales existentes en estos países son totalmente diferentes a las europeas. “No hay pequeñas explotaciones, sino grandes multinacionales. Para que se haga una idea”, explicó Sicilia, “solo Canarias produce 400 millones de kilos, mientras que Ecuador supera los 5 millones de toneladas al año. Una cantidad que el propio Ecuador ya ha anunciado que aumentará en un 5% con la bajada de los aranceles”. Europa justifica este acuerdo en el desarrollo social de estos países, sin embargo, “no hay intención alguna de obligar a estos países a llevar a cambo reformas para la protección social, laboral y medioambiental”.

Lo que reclaman los productores europeos para suavizar el impacto de la banana ecuatoriana  en Europa no es dinero, ni subvenciones, sino una cláusula de salvaguarda que haga que cuando Ecuador supere la cantidad que tiene asignada para entrar en Europa en condiciones preferenciales, el resto de la producción se fije al arancel anterior. “Este mecanismo ya existe para controlar las producciones de Colombia o Guatemala, pero no se aplican, y no se aplican porque la Comisión no está por la labor”. En opinión de Sicilia, la Comisión quiere ser ella quien tome la decisión en estos casos y no que se aplique, como piden los productores, por mandato y de manera automática.
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“El Gobierno debe asumir la responsabilidad de las decisiones que toma, y si apoya este acuerdo, no puede dejar a 30.000 familias en el paro”[/su_pullquote]

Otra medida que reclaman desde Europa es el “aviso temprano” y es que cuando se llegue al 80% de la cantidad asignada para arancel preferente se avise al país y se tome la decisión.
Por último, la tercera condición que reclaman los productores es la creación de un observatorio de precios, como el que hay con la leche o la carne, para que todas las partes cada cierto tiempo se reúnan y analicen como está el mercado. “El problema con este asunto es que la Comisión realiza un análisis global del mercado europeo, y esto no nos sirve, porque nuestro mercado es el de España, y el de Madeira, Portugal. Puede pasar que en Alemania no haya desviación de precios, pero si se satura el mercado allí y la banana viene a España, habrá efecto rebote”.

Sicilia insistió en que lo que quieren los productores no son compensaciones sino herramientas para poder defenderse y pide que Europa y España, que lideró este acuerdo, “asuman la responsabilidad” de las decisiones que toman. “Si llegan a estos acuerdos no puede ser a cambio de abandonar a 30.000 familias que en Europa se dedican a la producción del plátano. Es un tema de responsabilidad, porque dejarnos a todos en el paro sale bastante más caro”. El plátano, además, es el único producto canario que no está incluido en las ayudas al transporte de mercancías, “pues ahí puede ser responsable el gobierno de España y asumir las decisiones, porque esto nos haría más competitivos”.

Sicilia se mostró preocupado con la situación que se avecina a partir de enero y señaló que si Costa Rica se ha mostrado preocupada por la posible saturación del mercado de la banana ecuatoriana, “imagínese cómo deberíamos estar nosotros”.

[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]El ‘efecto multiplicador’ de las grandes cadenas de distribución
Una de las medidas que puede tomar el Gobierno español, según Henry Sicilia, es procurar que la gran distribución no dispare los precios entre la banana y el plátano de Canarias. “No se justifica tanta diferencia de precios. La banana la venden a 1,20 euros y el plátano a 1,77 euros, cuando lo adquieren por solo 10 céntimos de diferencia a 0,60 la banana y a 0,70 el plátano. Esto nos hace mucho daño porque la gran distribución usa la fidelidad al producto para subir los precios, marginando el producto local”. Sicilia apunta que estas decisiones hacen que se retire producción[/su_note]

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