Ampliar círculo

Es cierto que no necesitamos nadie para ir al gimnasio, para ir a la playa, para ir al cine, para tomar una copa, pero sí es verdad que las relaciones sociales nos facilitan el ser feliz

Es cierto que no necesitamos nadie para ir al gimnasio, para ir a la playa, para ir al cine, para tomar una copa, pero sí es verdad que las relaciones sociales nos facilitan el ser feliz. Aunque es importante aprender a estar solos y disfrutar de nuestros momentos en soledad, somos primordialmente seres “sociales”.
Son muchas las personas que acuden a consulta angustiadas por un sentimiento de soledad. Bien porque sus amistades tienen su familia y su vida, bien porque la relación deja de sumar y empieza a restar, o bien porque tras una ruptura sentimental de larga duración donde se perdió el contacto con amistades de toda una vida, estas personas sufren por soledad y echan de menos el tener con quien compartir sus momentos, conversaciones, risas, e incluso llantos. Se les hace un mundo ampliar el círculo, o siendo más exactos, desconocen cómo hacerlo por falta de habilidades sociales.

1. Lo primero que tienes que saber es que no solo te ocurre a ti. Son muchísimas las personas que en este mismo momento se sienten igual que tú. Solo tienes que hacer tu vida con predisposición a conocer gente nueva. Acaba con las expresiones “a donde voy yo con mi edad”, “voy a parecer que estoy loco”, “la gente ya tiene su círculo formado”. En el mundo hay muchas personas como para estar solos. Solo hay que aprender a conocerlas.

2. Apuntarte en actividades donde tengas que relacionarte con otros te va a facilitar ampliar el círculo pero, repito, se trata de tener predisposición y generar oportunidades. Si vas al gimnasio no solo vayas a quemar calorías. Si vas siempre a la misma hora, te encontrarás casi siempre a las mismas personas por lo que, comienza un día a saludar, a preguntar por un ejercicio y a entablar conversación desde que puedas. De la misma manera si te apuntas en un taller o matriculas en otra actividad, esfuérzate en conocer con quién compartes esos momentos para, luego, intentar llevar esa relación fuera de esa actividad (por ejemplo: tomar un cortado a la salida de clase).

3. Ten paciencia. Es cierto que las relaciones no nacen de un día para otro pero si te implicas, con un poco de tiempo lo consigues.
4. La escucha activa es una habilidad comunicativa a la que le puedes sacar muchísima rentabilidad a la hora de entablar una conversación con una persona desconocida. Se trata de escuchar para entender y para esto se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona y expresar al otro que le escuchas con comunicación verbal (ya entiendo, me imagino, ajá, buff, etc.) y no verbal (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo, sonrisa, etc.). Escuchando con toda tu atención lo que te cuenta otra persona puedes sacar información relevante para poder hacer una pregunta y así la otra persona se siente cómoda al percibir que su conversación es de interés y continúa la conversación. Si tienes dificultad a la hora de entablar conversaciones con personas con las que no tienes suficiente confianza, realiza preguntas abiertas, es decir, que la contestación a recibir no sea sí, no, quizás sino algo más extendido. Procura no hablar en exceso, pero tampoco estar todo el rato callado. En el término medio está la excelencia.

Si quieres conocer gente nueva tendrás que hacer algo diferente

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