
Los vecinos de La Florida lograron que el puchero de este año dejara otra vez un buen sabor de boca a todas las personas que ayer se acercaron desde distintos puntos de la Isla, de España, y del mundo, al barrio orotavense a disfrutar con ellos de una de las actividades más multitudinarias de las fiestas en honor a San Antonio Abad y la Virgen de La Esperanza.
La celebración gastronómica, la mayor de Canarias, es un reclamo turístico que se consolida cada vez más, y prueba de ello es que desde Alemania y diversas regiones de España piden a través del facebook de la Asociación San Antonio Abad Fiestas de las Tradiciones la confirmación de la fecha.
Este año el puchero también tuvo un toque internacional, ya que a los preparativos del viernes, en los que participaron unos 130 vecinos y 128 niños del colegio Leoncio Estévez Luis, se sumaron ciudadanos italianos y húngaros pelando verduras para poder cocinarlas el sábado desde primera hora. Estos últimos también colaboraron ayer en el reparto de los platos de comida, confirmó el presidente de la citada asociación, Fermín Sosa Pacheco.
En la organización de este evento también fueron protagonistas la asociación de mayores Maninindra, el colectivo juvenil Jeito y vecinos en general, mientras que La Parranda del Puchero se encargó de amenizarlo.
Desde el mediodía los vecinos se agolparon y esperaron en largas colas para conseguir un plato del delicioso guiso, elaborado con 600 kilos de papas, 350 coles, 120 gallinas, 300 kilos de calabaza, 50 de cebolla, 218 de tocino y unos 300 de carne de cochino, además de otras verduras y hortalizas como calabacines, puerros y zanahorias, muchas de ellas donadas por los vecinos y 250 kilos de gofio.
La jornada comenzó a las 10.00 horas con la 47 edición de la feria de ganado, organizada y subvencionada por el Ayuntamiento. Durante el día también se sucedieron diversos actos religiosos, como la procesión de San Antonio Abad y de la Virgen de la Esperanza hasta el recinto ferial, la celebración de la santa misa, y la posterior bendición del ganado. Una vez que finalizó la entrega de premios y varios sorteos entre los ganaderos asistentes, el público pudo disfrutar del puchero.
El primero de los 60 calderos que se cocinaron salió pasadas las 13.00 horas y fue repartido entre las personas que trabajaron en la organización ya que debían coger fuerzas para el reparto posterior. También para los vecinos mayores del barrio y las personas enfermas que no se pudieron acercar. En su lugar lo hicieron sus familiares, que buscaron sus raciones para llevarlas a casa y compartirlas en familia. Luego se fueron sacando uno tras otro, sin parar. Los comensales se agolpaban y a los coordinadores no les alcanzaban las manos para entregar los platos.
A las 18.00 horas ya no había más puchero. En total se distribuyeron 5.355 raciones y todos los asistentes pudieron disfrutar de su plato de puchero, según afirmó el presidente de la Asociación San Antonio Abad.
En la jornada no faltó música, actividades para los más pequeños y exhibición de fuegos artificiales. Luego del traslado de las imágenes hasta el templo, se celebró misa, se renovó la promesa de los miembros de la Hermandad de Labradores San Antonio Abad, y en la plaza del barrio se organizó una gran cena canaria y baile de magos. Los vecinos no descansaron y quisieron vivir con intensidad los últimos días de las fiestas que culminan hoy con la romería.