El Cabildo de La Palma, a través de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, y el Ayuntamiento de la Villa de Garafía, rinden homenaje al poeta verseador Severo Martín (Garafía, 1913-1989), en cuya memoria se ha instalado una escultura en el barrio de Catela.
La escultura erigida en memoria de Severo Martín es una obra de Chano Navarro (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) compuesta de un módulo de acero corten que lleva calado un poema de Severo Martín y el busto en bronce del propio poeta popular.
Este viernes, a las 17:00 horas, tendrá lugar el acto de descubrimiento de esta obra escultórica con la presencia del consejero de Cultura del Cabildo de La Palma, Primitivo Jerónimo; el consejero de Medio Ambiente y Servicios, Juan Manuel González; el alcalde de Villa de Garafía, Martín Taño; Talio Noda, autor del libro Décimas de Severo; el escritor y poeta Ricardo González, el escultor Chano Navarro y Zebensui López, responsable de LeCanarien Ediciones. Además, estarán presentes en este encuentro los descendientes y amigos con los que Severo Martín convivió y que prestaron todo su apoyo y entusiasmo para que sus décimas fueran recordadas en el tiempo.
El consejero de Cultura, Primitivo Jerónimo, señala que con esta escultura –instalada en una parcela propiedad del Cabildo, donde se proyecta la construcción de un parque recreativo- se pretende realizar “un merecido homenaje a un hombre sencillo que supo trasmitir a sus convecinos sus conocimientos y vivencias de la mejor manera que sabía expresar: a través de la décima tradicional”.
El alcalde de Villa de Garafía, Martín Taño, ha significado que Severo Martín es un referente para la ciudadanía de esa localidad. “Severo Martín ha sabido transmitir como pocos el sentir de los garafianos en una época muy dura, y además lo hizo como amante de la poesía y de las tradiciones de su municipio transmitiendo alegría desde una tierra mágica como es Garafía”.
De padres tijaraferos, agricultores de posición humilde, Severo Martín fue el último varón de ocho hijos, si bien se crió solo con tres de sus hermanas en el barrio, por haber muerto o emigrado a Cuba el resto. No asistió a la escuela y no aprendió ni a leer ni a escribir hasta bien entrada la juventud, en circunstancias especiales, según lo ha relatado su propia esposa.
Quienes conocieron su manifestación popular aseguran que el casi analfabetismo, del que el propio Severo presumía en sus décimas, le da un valor mayor a su obra, guardada íntegramente en su cerebro (existen apenas cinco o seis décimas escritas de su puño y letra).
Que se conserve su legado ha sido posible gracias a las grabaciones efectuadas por diferentes entrevistadores, puesto que él nunca facilitaba manuscritos. Todo lo más, algunas personas interesadas tomaban copia de aquellas décimas que más les gustaban, le pedían o lograban recordar. Quienes lo conocieron confirman los rasgos de comediante que aparecen en su vida y obra: llorar a voluntad, fingirse enfermo, presumir…