Nuevos problemas judiciales complican aún más la construcción del Telescopio de Treinta Metros (TMT) en Hawái. Mientras se celebra el contencioso que trata de revertir la anulación por parte de la Corte Suprema de la licencia para la realización de las obras en el volcán Mauna Kea, un auto judicial del Tribunal de Hilo (ciudad bajo cuya jurisdicción se encuentra este espacio, considerado sagrado por los nativos) ha dejado ahora sin efecto el subarrendamiento de los terrenos donde iría esta instalación científica a la Universidad de Hawái.
Una resolución de la que se ha hecho eco el diario hawaiano Hawaii Tribune Herald, donde informa que “el juez Greg Nakamura dictaminó oralmente que la Junta Estatal de Tierras y Recursos Naturales también debería haber celebrado una audiencia para ese acuerdo”, vaciando así de contenido el acuerdo de este organismo en 2014 por el que cedía 6 acres de terreno (más de 24.200 metros cuadrados) en Mauna Kea para la instalación del TMT. Desde 2014, el Observatorio Internacional TMT ha estado pagando 300.000 dólares al año por este subarriendo, según recoge el citado periódico hawaiano.
Aunque el auto va a ser apelado por el Fiscal General del Estado, no cabe duda de que esta decisión supone un nuevo revés para la implantación de este telescopio en Hawái, acercándolo un poco más a la ubicación alternativa que eligió el consorcio que dirige el proyecto, el Observatorio del Roque de Los Muchachos, donde lejos de hallar trabas legales, han encontrado todo tipo de facilidades para su implantación.
La decisión judicial, según informa el Hawaii Tribune, fue a raíz de una apelación por parte de un ciudadano, E. Kalani Flores, representado por la Native Hawaiian Legal Corporation, una entidad que trabaja en la defensa de los intereses de la comunidad nativa de Hawái.
El tiempo corre y este nuevo revés judicial va en contra de su instalación en Hawái, teniendo en cuenta que este año tomarán la decisión definitiva. El próximo mes de octubre es la fecha que ha dado el comité de este proyecto para adoptar una decisión definitiva, es decir, si se quedan en Hawái o lo trasladan a La Palma.
En la intervención del gerente del proyecto, Gary Sanders, durante la vista que se está celebrando para determinar si le otorgan o no la licencia, defendió su instalación en Hawái, pero también confirmó que están tramitando los permisos para su construcción en La Palma. De hecho, concretó que se encuentran “en la etapa inicial para obtener los permisos del Gobierno de España.” La intención de los responsables del proyecto es comenzar la obra en abril de 2018, en uno u otro lugar.
Los promotores del proyecto han tenido que escuchar durante la audiencia duras críticas de los opositores, como el caso de Mehana Kihoi, que fue detenida junto a otro grupo de personas cuando bloquearon el acceso al Mauna Kea en 2014. En su intervención, como recoge este periódico hawaiano, recordó el carácter sagrado de esa montaña para los nativos, advirtiendo de que la construcción del TMT crearía “daños emocionales, mentales y espirituales irreparables e irreversibles ” tanto para la comunidad nativa como no nativa hawaiana.
Sanders, por su parte, aseguró que el proyecto está diseñado para generar el menor impacto posible y defendió sus bondades para la comunidad hawaiana, como el hecho de haber invertido 2,5 millones de dólares en apoyo de proyectos educativos en la Isla.