Lorenzo y el estupendismo

Más o menos emparentado con el afán de quienes se vacían mostrándose exitosos aunque vengan mal dadas, el estupendismo desborda el territorio de los comportamientos para desembarcar en la política como línea maestra de argumentación.

Más o menos emparentado con el afán de quienes se vacían mostrándose exitosos aunque vengan mal dadas, el estupendismo desborda el territorio de los comportamientos para desembarcar en la política como línea maestra de argumentación. Ocurra lo que ocurra, aciertos o errores, triunfos o fracasos, se logren o no los objetivos, el estupendismo dicta que hay que atrincherarse en lo maravillosamente bien que se han hecho las cosas. Buscando que la apariencia silencie los hechos objetivos, la vecina, el compañero del trabajo o la consejera de Turismo a la que endilgaron Cultura se empadronan en una realidad alternativa, en hechos alternativos propios de la tropa de Donald Trump, en el infantil e inútil intento de deshacer lo que pasa en el edificio, en la oficina o en un festival de música que ha pinchado. El pecado de la consejera ha sido querer escapar de la realidad negando la mayor, desmintiendo lo obvio. Resistirse a reconocer que quienes le llevan el negociado se equivocaron mayúsculamente, que patinaron con la propuesta alternativa que hicieron en esta última edición, ha sido letal. Perdón, nos hemos equivocado y no volverá a pasar, debió decir monárquicamente.

No lo hizo. Incendió con su descripción estupendista la situación, error que ha aprovechado la tribu más jíbara de Coalición para caerle encima. El festival nació por encima de nuestras posibilidades (¿cuánto se invierte en educación musical para que los niños vayan al festival cuando crezcan?), y ahora lo entierran por debajo de otras posibilidades. A la consejera cabe reconocerle que de tanto ofrecer cifras de ocupación turística es inevitable venirse arriba por defecto, pero refugiándose en el estupendismo se lo ha puesto sencillo a quienes dentro del Gobierno, y de CC, van a por ella, es decir, a por la Consejería.

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