Telurio: Clavijo y el Gobierno en Babia

Sin duda, el telurio demuestra algo palpable, reconocible en este Gobierno liliputiense, “están en Babia”. Son numerosos los funcionarios de diversas consejerías que me transmiten la extraña sensación de inactividad, de ausencia de objetivos.

Por Chema Hernández

Sin duda, el telurio demuestra algo palpable, reconocible en este Gobierno liliputiense, “están en Babia”. Son numerosos los funcionarios de diversas consejerías que me transmiten la extraña sensación de inactividad, de ausencia de objetivos. No me sorprende. Este Gobierno es casi una vivienda vacacional, a ratos unos, a ratos otros, descansa en la inacción. Además, como el departamento de sostenibilidad es de quita y pon, no hay problema. Y, ciertamente, en Babia, los expertos afirman que Babia hace referencia a la comarca leonesa de Babia. Según relatan, era frecuente que, cuando se interrogaba sobre el paradero de los reyes de León, se respondiera que se encontraban allí, cazando. Qué cosas, parece ser que lo de Botswana tiene tradición real. Pues no sé si cazando, pero en Babia sí que están y no dudo que sean felices. Un decreto para aprovechar los mares. ¡Qué casualidad!

Tengo mis serias dudas de que algunas políticas profesionales estén en lo que realmente es trascendental para Canarias, casi diría que andan más en las reyertas de la Corte española, que en lo que de verdad nos afecta. Hace muy pocos días se publicó el Real Decreto 363/2017, de 8 de abril, por el que se establece un marco para la ordenación del espacio marítimo. Este decreto tiene como objetivo, según se recoge: “…establece un marco para la ordenación del espacio marítimo, y tiene por objeto fomentar el crecimiento sostenible de las economías marítimas, el desarrollo sostenible de los espacios marinos y el aprovechamiento sostenible de los recursos marinos”.

Es extraño, curioso, que este real decreto que ordena los espacios marítimos no haya sido un elemento estratégico y de confrontación del Gobierno de Canarias, entre otras cosas, ya que reduce a la mínima expresión, prácticamente ninguna, la posibilidad de participación de la Administración canaria en dicha planificación y administración. Debe ser que su prioridad es el suelo y el cemento, no el mar. Y no hablamos de minería, se incluye toda actividad que se ejerza en el mar. Enumeremos algunas, contempladas en el artículo 10, que nos afectan: las zonas de acuicultura, zonas de pesca, las instalaciones e infraestructuras para la prospección, explotación y extracción de petróleo, gas y otros recursos energéticos, minerales y áridos minerales, y la producción de energía procedente de fuentes renovables, las rutas de transporte marítimo y el tráfico marítimo, las zonas de vertido en el mar, los espacios protegidos, los lugares y hábitats que merezcan especial atención por su alto valor ambiental y las especies protegidas, las zonas de extracción de materias primas, la investigación científica, los tendidos de cables y de tuberías submarinos, las actividades turísticas, recreativas, culturales y deportivas, el patrimonio cultural submarino. Todo el inventario, que es muy extenso, afecta la protección, a las presentes y futuras actividades económicas en el mar de Canarias. Lo de “rodeadas de agua…” no lo estudiaron. ¡Ay, calamidad, será por mar en Canarias!

Pero quizás lo más preocupante es que responde a una estrategia política y económica de España y la UE muy evidente. La explotación y expoliación de nuestros mares. Este real decreto pretende configurar el marco legal español en lo que se ha denominado economía azul y, especialmente, hacerse de facto con el uso y, si puede, con una soberanía que no le pertenece.

Objetivo: Rodar los mojones

El real decreto recoge en el artículo 3 a): “…en especial en lo que respecta a las regiones costeras, insulares y ultraperiféricas de la Unión, así como a los sectores marítimos, por medio de políticas coherentes en el ámbito marítimo y de la cooperación internacional pertinente”. Es clara la intencionalidad que, unida a la petición de la extensión de la Plataforma Continental más allá de las 200 millas náuticas, presentada ante la Comisión de Limites de las Naciones Unidas en Nueva York en 2014 por España, dejan clara la dirección y los objetivos que se persiguen, rodar los mojones por la vía de los hechos, que no del derecho.

No hay duda alguna, la Convención de 1982 no reconoce a los archipiélagos de Estado los derechos que sí le corresponden a los Estados archipielágicos. La delimitación de los espacios marítimos del archipiélago canario es inviable si Canarias no es Estado. No hay fundamento jurídico alguno. Apostar por la economía azul, por el siglo XXI, demanda nuestra soberanía. La prospección petrolífera realizada por Repsol, cuestión no resuelta, sólo aplazada, ya que veremos qué hace España si el petróleo alcanza más de 100 dólares por barril, fue una primera incursión en la estrategia “rodar los mojones”.

El Gobierno de Canarias se deja camelar por el Gobierno de España y mira hacia otro lado. Consiente con sentido. Cambullonea con nuestro futuro. No sé si fue un informe o un whatsapp, pero lo de los resultados obtenidos “no son concluyentes”, tiene miga. Además añaden: “No tiene por qué haber” extracción, aparte de que al ser en fondos marinos, hay “más complejidad técnica”. ¿Se puede extraer? No seré yo quien me atreva a contestar a esa pregunta, pero recojo la siguiente información: “La empresa canadiense Nautilus Minerals, la primera empresa del mundo especializada en la extracción de minerales del lecho marino, tiene previsto comenzar las operaciones en la mina de oro, plata y cobre de Solwara 1, una explotación a algo más de 1.000 metros de profundidad cerca de la costa de Papúa Nueva Guinea”.

No es el único proyecto que tiene en marcha la compañía radicada en Toronto, que también desarrolla una futura mina submarina cerca de la costa de México”.

La revista Oroinformación (19 de abril de 2017) titula su artículo: El futuro de la minería está en el mar. Añaden que entre la maquinaria que desarrollan están perforadoras de roca del tamaño de una vivienda pequeña capaces de triturar las rocas más duras. Mientras, nuestras universidades, convenientemente aisladas por la Administración española, al margen. Diáfano, pero la siguiente información lo complementa. Casualidad, como la de que sale el sol cada día. ¿Y la UE? Europa tiene en marcha el ITI Azul, cuyo objetivo es desarrollar una Estrategia Atlántica
La Estrategia Atlántica tiene, entre otros objetivos, potenciar el crecimiento azul y el desarrollo de la economía azul en la UE. La Dirección General de Asuntos Marítimos (DG Mare) de la Comisión Europea ha desarrollado varias Estrategias en las diferentes cuencas marítimas de la Unión Europea. Entre ellas se recoge la explotación sostenible de los recursos naturales del fondo oceánico atlántico, se proponen realizar estudios cartográficos o mapeos de fondos marinos, reservas de pesca o reservas de minerales.

Patente queda que el descubrimiento del telurio no es un hecho casual, se integra en una estrategia europea y española de explotación de todo tipo recursos que se puedan extraer en nuestros mares.

La explotación terrestre minera ha alcanzado cotas de sobreexplotación; de hecho, se comienzan a abrir antiguas minas para intentar extraer recursos que antes no se podían obtener debido a la tecnología, pero, como el petróleo, sus tiempos y su futura escasez tienen ya fecha. Nuestros mares ofrecen inmensas posibilidades en muchos ámbitos, desde la pesca hasta los minerales. Mientras, discutimos cuotas de atún rojo en mares que nos pertenecen.

Prosperidad, redistribución de la riqueza, sostenibilidad y soberanía están asociadas. Sí hay de qué vivir y vivir generosamente, las posibilidades de desarrollo y diversificación de nuestras islas son inmensas. Incrementemos nuestro zoom. Corta visión del que sólo ve telurio.

*Profesor y blogger. Enlacolonia

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