Guía de Isora, con el mercado local

Alcalá y Playa de San Juan acogen cada semana la producción hortofrutícola de la zona
El municipio tiene unas 30 explotaciones orientadas a la agricultura ecológica, que en la mayoría de los casos las llevan mujeres. Comercializan una variada oferta, con productos, en muchas ocasiones, innovadores.

POR ANASTASIO CABRERA

La agricultura y la ganadería han acompañado a las gentes de Guía de Isora en el transcurso de su devenir histórico. El municipio contó hace décadas con amplias plantaciones de tomates, consolidándose en ese periodo como referencia señera en el cultivo, y se ha situado últimamente como el término con mayor extensión de plátanos de Canarias.

La deriva que ha tomado la agricultura de exportación ha despertado entre los agricultores isoranos una inmediata respuesta, interesandose cada vez más por una oferta variada de productos hortofrutícolas.

El cambio se percibe desde hace siete años en el Mercadillo Agrotradicional, organizado por el Ayuntamiento. Allí, los lunes en Alcalá y los miércoles en Playa de San Juan (en horario de 8.00 a 13.00 horas), se aprecia su crecimiento y vitalidad.

Aunque no es un mercadillo excesivamente grande -acoge por lo general una veintena de puestos-, ofrece al aire libre gran variedad de productos que abarcan una amplia gama de hortalizas, frutas, miel, queso, flores y hasta pan, repostería, y productos artesanales elaborados a partir de la producción agraria: mermeladas, licores, etc. Se suman otras producciones artesanales, como calados, jabones, o accesorios hechos con cera, entre otras.

Recorriendo los puestos del mercadillo isorano, el consumidor puede intercambiar impresiones con los productores que defienden su oferta y conocer el proceso que se sigue y la intrahistoria que acompaña a cada caso. Por lo general, muchas de estas personas, en su mayoría mujeres, han vuelto a la actividad agraria, asumiéndola como alternativa a la crisis económica y a la falta de empleo en otros sectores.

Los ejemplos abundan. Uno de ellos es el de Ana, que tras superar los 40 años se quedó sin el empleo que venía desempeñando toda la vida y optó por arriesgarse con una finca que puso a su disposición un hermano. Comenzó con poca ayuda y dedicó desde un principio todo su esfuerzo para abordar la nueva tarea. En la actualidad dispone en sus huertas en Chío de más de 30 variedades de frutas y verduras, algunas comunes y otras no tan habituales en la zona: litchis, zapotes, calabacines, remolachas, limones, y diversos tipos de lechuga… Cuando mira hacia atrás, aprecia los logros cosechados, pero se detiene lo justo, pues su meta es seguir. “Me he decantado por el policultivo, orientado al mercado local. Tengo casi de todo: poca cantidad, pero variada, tratando de ser innovadora”. Cada año hace cambios, ubicando las especies que ha elegido en la zona que resulta óptima: “Para que cada cosa elija en cierto modo su lugar”. Su finca está en fase de conversión a la agricultura ecológica: entiende que es a esa modalidad de cultivo donde quiere orientar todo su esfuerzo.

En otro de los puestos nos encontramos con Julia, madre de Yaniré. Hace unos años esta joven invirtió todo lo que tenía en una plantación de tabaco. No le fue bien y con algunas ayudas se arriesgó de nuevo para poder mantener a su familia. Ahora comercializa tomates y calabacín italiano, tipo zucchini, que cultiva a gran escala en fincas que ha arrendado en las medianías de Vera de Erques y de El Pozo. Nos muestra los tomates, que lucen una calidad excepcional. “Vigilo mucho el cultivo y no les echo nada más que azufre; tienen que estar en perfecto estado para vender a la cooperativa. Entre eso y lo que puedo colocar en el Mercadillo, vamos tirando”.

La agricultura ecológica se está abriendo camino en Guía de Isora. Desde la costa hasta las medianías encontramos fincas de mayor y de menor tamaño dedicadas a esa modalidad productiva. La iniciativa se debe a un grupo de agricultores locales, como Faustino (Piedra Hincada), Raúl (La Mangla) o María del Mar (Finca Las Dulces). A ellos se suma un grupo de ciudadanos extranjeros que se han establecido en el municipio, donde han iniciado sus proyectos atraídos por la bondad climática y las características de nuestros suelos. Se estima que pueden existir una treintena de explotaciones de agricultura ecológica, incluyendo en ello a las cooperativas. Algunas de esas explotaciones comercializan su oferta en el Mercadillo y otras cuentan con puntos de venta propios.

Entre los proyectos que se han desarrollado en el municipio cabe mencionar a La Calabacera Ecología Gourmet, en Playa de San Juan, que se ha convertido en referente ecológico. Dulce, su propietaria, heredó en la década de los 90 parte de una gran extensión de terrenos; junto a su marido no dudaron en coger las riendas de la plantación y convertir lo que durante años fue un monocultivo de plátano en una finca con más de 50 variedades de frutas y verduras, algunas poco comunes, como el cítrico mano de buda o los frutales lili-pili y canistel. Desde 2006 la producción la dirigen al mercado, amparada en el certificado ecológico.

El Ayuntamiento de Guía de Isora respalda la iniciativa del Mercadillo de fomentar el consumo, ofertando tan amplia variedad de productos. El Área de Desarrollo Local trabaja para incentivar a otros agricultores en el fomento de los cultivos, de manera que la agricultura se consolide como modo de vida.

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