La patada

Por fin le han dado la patada a un mentecato, con afanes de grandeza, que lideraba una presunta asociación empresarial en el sur, gobernada a su antojo y destinada a perjudicar a los empresarios que no le eran simpáticos

Por fin le han dado la patada a un mentecato, con afanes de grandeza, que lideraba una presunta asociación empresarial en el sur, gobernada a su antojo y destinada a perjudicar a los empresarios que no le eran simpáticos. A otros, no. Ya era hora. Esperemos que esa asociación se ponga a trabajar, que el afectado pague lo que debe -está denunciado en los juzgados de Arona por no haber liquidado las cuentas de un concierto con una empresa que le arrendó el lugar de celebración- y que no vuelvan a aparecer por el sur pájaros de esta calaña que lo que hacen es desprestigiar y joder al empresariado. Claro que han existido algunos empresarios que lo han apoyado y que tienen la culpa de que se sintiera tan crecidito. Podría dar el nombre, y a lo mejor lo doy, pero por fin quien corresponde le pegó la patada en el culo, aunque él vaya diciendo por ahí que se fue porque quiso. No, mijo, te echaron. De vez en cuando aparecen por aquí personajillos sin oficio ni beneficio, pero que pueden hacer mucho daño, porque se saben colar por entre el sebo de rendija de ciertas organizaciones, que deberían tener más cuidado a la hora de elegir a sus dirigentes. Yo he visto nacer y caer a muchas de estas asociaciones, montadas no con el ánimo de ayudar a todos los empresarios a crecer, a crear puestos de trabajo, a generar riqueza, sino para favorecer a unos en perjuicio de otros y con la indisimulada afición de salir en los periódicos contando mentiras o verdades a medias, que son peores que las mentiras. Me cansan estos tipos. Menos mal que este personaje ya está fuera y se va a tener que buscar la vida en otro sector, porque los empresarios del sur tinerfeño -al menos la mayoría- no lo quieren ver ni en pinta. Ya era hora.

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