microalgas en canarias

Desmienten al subdelegado: “No existe relación entre vertidos y microalgas”

El consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, declara aptas las playas canarias; el portavoz del Ejecutivo, Rosa Dávila, pide a la población que no fomente los bulos en las redes sociales, y el consejero insular de Medio Ambiente, José Antonio Valbuena, acusa a Díaz Guerra de mentir, pero este se reafirma

El Gobierno canario y el Cabildo de Tenerife coincidieron ayer en desvincular totalmente los vertidos de aguas residuales de la proliferación de las comúnmente llamadas microalgas (para los científicos, cianobacterias) en las costas de varias islas, en especial de las vertientes de Tenerife a sotavento. Así lo manifestaron ayer tanto la viceconsejera de Medio Ambiente, Blanca Pérez (CC), como el consejero del área en el Cabildo tinerfeño, José Antonio Valbuena (PSOE), para quienes, citando cada uno sus fuentes científicas, este fenómeno está causado por el cambio climático.

Ambos discreparon así de la opinión del subdelegado del Gobierno, Guillermo Díaz Guerra (PP), quien, como también sostuvo el pasado jueves, ayer se ratificó en que, además de ese factor, han incidido también los vertidos. Valbuena criticó que “se está generando de alguna forma una alarma social innecesaria, no es digna del representante del Estado en Canarias”. Y se apoyó el consejero en que el catedrático de Química de la Universidad de La Laguna (ULL) Manuel Norte ha sido “tajante” al explicar que las cianobacterias no precisan de los residuos para desarrollarse.

“La cianobacteria es efecto del cambio climático, del incremento notable de las temperatura en el mar, del calentamiento de la superficie terrestre”, reiteró Valbuena. “No vayan a buscar efectos donde no los hay, lo mismo sucedió en Galicia, que tuvo una marea roja que afectó a los mejillones, pero que nada tenía que ver con los residuos”, apostilló. Añadió que estas condiciones climatológicas se van a seguir produciendo y “no tienen nada que ver con los vertidos, ni están relacionados con casos de hepatitis A, como se ha dicho por ahí, algo que constata el estudio del propio catedrático”.

Con igual tesis, la viceconsejera de Medio Ambiente señaló que, a su juicio, “ha habido mucha desinformación, y aunque es verdad que hay un problema de vertidos en todas las islas, no es cierto que este fenómeno de las microalgas tenga nada que ver”. Sobre el criterio expresado por el subdelegado, apuntó que ella no es quien para comentarla, pues él tendrá sus fuentes científicas, pero que las de la Viceconsejería son “el Banco Español de Algas, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Universidad de La Laguna y los científicos del propio Gobierno canario”.

Indicó Pérez que el Ejecutivo autonómico “lleva mucho tiempo haciendo un seguimiento de estos fenómenos” asociados al cambio climático. Admitió que el censo de los afluentes al mar se está actualizando y estará listo “probablemente” en noviembre. En el último censo, de 2007, se llegaron a inventariar hasta 378 puntos de vertidos al océano sin autorización, el 74% del total de conducciones. En la actualidad, el Gobierno canario tramita la autorización de 91.

Guerra se reafirma

Lo cierto es que ayer el representante del Gobierno estatal en la provincia no solo no se retractó de su opinión de que esta marea de microorganismos tiene entre sus causas las aguas residuales sino que la desarrolló aún más. Así, manifestó que los vertidos “han sido un coadyuvante definitivo para que este fenómeno se dispare y tengamos este bloom” [término que se da a las floraciones masivas de estos microorganismos], afirmación, precisó, que hacía no solo “como subdelegado”, sino basándose en sus conocimientos en la materia, dado que es licenciado en Farmacia e inspector de Sanidad del Gobierno canario. “Podría darse este fenómeno sin vertidos, sí, pero los vertidos han coadyuvado, sin ninguna duda”, por el aporte extra de nutrientes. Previno además de que “esto va a ir a peor por el cambio climático, y en lo que verdaderamente se puede actuar con eficacia a escala local es reduciendo el volumen de aguas residuales arrojadas al océano, muy ricas en nitrógeno, fósforo y materia orgánica”.

Es más, para Díaz Guerra “existe relación directa entre la aparición de este bloom y aguas residuales”, como, según sostuvo, pudo comprobar con una de las manchas que surgió frente a Cabo Llanos, en la capital tinerfeña, y que las corrientes locales se llevaron hasta la costa de Anaga (llegaron Igueste y Antequera). “Eso no quiere decir que en las analíticas que se hacen de las playas haya aguas residuales”, aclaró el subdelegado, “aunque sí ha llegado una especie de espuma por la degradación de esas cianobacterias”.

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