medio ambiente

El Cabildo retoma la tramitación del nuevo modelo energético con el Gobierno

El grupo de Gobierno inicia septiembre con la prioridad de conseguir que el Ministerio de Industria elimine la repotenciación de la línea energética por la Cumbre y contemple la inversión para la fotovoltaica y la eólica

El Cabildo palmero retoma, tras el notable descenso de actividad durante el mes de agosto, la tarea de tramitación con el Gobierno de Canarias para que sea esa institución, la interlocutora directa con el Ministerio de Industria a la hora de reformular el modelo de generación y distribuición de energía en La Palma.

La producción de energía eléctrica en La Palma, con la quema de combustibles en Los Guinchos, supone a los palmeros 91 millones de euros, el 200% más de lo que se pagaría por el mismo concepto en la Peninsula.

El  patrón que ahora tiene en sus manos el Gobierno español, asegura el vicepresidente de la institución, José Luis Perestelo, es “obsoleto con respecto a la hoja de ruta que nos hemos marcado en La Palma; ese es un concepto que en la isla de La Palma se ha descartado”. Se refiere así al planteamiento de repotenciación de la línea que cruza la Cumbre, que figura en los planes del Gobierno español a la hora de invertir en transporte de energía para el territorio palmero.

Imagen de la reunión de la Mesa Insular de la Energía. | DA

La institución tiene claro, en sintonía con los miembros de la Mesa de la Energía que se reeditó el pasado año en La Palma, y que contó con un numeroso nivel de participación social y profesional, que la única fórmula que acepten debe permitir que los promotores de energías fotovoltáicas y eólicas en el sur de la Isla no tengan que verter su producción a Los Guinchos, una exigencia que hasta ahora ha hecho totalmente inviable la inversión.

Además del aprovechamiento del ciclo del agua y su embalse como mecanismo generador de energía, haciendo uso de infraestructuras tan importantes como los embalses de Bediesta, Adeyahamen y Montaña de Arco, entre otras, desde el grupo de Gobierno en el Cabildo están decididos a defender “la generación de energía distribuida por el sur, pero de forma que se puedan adaptar las líneas sin grandes infraestructuras de transporte”.

Tras los infructusos intentos del pasado, el Cabildo vuelve a poner la inhabil central hidroléctrica del Salto del Mulato, en San Andrés y Sauces, como un elemento más de este modelo que pasa por el uso de las energías renovables y con el único fin de desterrar, con una buena distribución, los temidos ceros energéticos que la Isla ha vivido, en pleno siglo XXI, periódicamente.

La propuesta de Red Eléctrica, que ya está en manos del Gobierno estatal pasa por un impacto imposible de evadir con la repotenciación con la ñinea de energía que curza la dorsal de la Cumbre. En cambio en el Plan Insular de Ordenación de La Palma, desconocido para el Ministerio de Energía que toma la decisión final al respecto tras la petición del Gobierno de Canarias, existe un anillo insular que incluye Fuencaliente y el Norte, esta última comarca dado que Garafía se contempla como una de los puntos estratégicos para la instalación de plantas eólicas. La estrategia global que quiere poner en marcha el Cabildo trasladándola al Estado a través del Ejecutivo autonómico, persigue la complejta meta del autoabastecimiento que permita reducir costes y una menor contaminación.

El autoconsumo, la instalación de dos grandes parques fotovoltaicos en Fuencaliente y Garafía, el aprovechamiento de la geotermia y otras energías como la termoeléctrica y la solar, que pueden ser almacenadas, son solo parte de la solución a la dependencia energética y a los enormes sobrecostes que la Isla paga por la electricidad en el modelo más tradicional y más costoso también desde un punto de vista medioambiental.

La instalación de dos grandes parques fotovoltaicos en Fuencaliente y Garafía, el aprovechamiento de la geotermia y otras energías como la termoeléctrica y la solar, que pueden ser almacenadas, son solo parte de la solución a la dependencia energética y a los enormes sobrecostes que la Isla paga por la electricidad en el modelo más tradicional y más costoso también desde un punto de vista medioambiental.

 

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