El Bar París de San Antonio, en el mismo centro del Breña Baja, celebró por todo lo alto uno de los quintos premios de la Lotería de Navidad. “Como si hubiera tocado el Gordo”, decían las dos jóvenes mujeres que tuvieron, aseguraban entre risas, “la fortuna de venderlo”.
Cinco décimos del número 22.253 que convirtieron en una jornada memorable y llena de alegría lo que hasta mediodía había sido una larga mañana de espera más para el administrador y sus trabajadoras. El 22253 cantado a las 12:30 horas en el segundo alambre de la octava tabla, fue el último quinto premio dado por los niños de San Ildefonso a la Isla. Este quinto premio, agraciado con 60.000 euros a la serie y 6.000 euros al número, dejó entre cinco anónimos compradores 30.000 euros.
El administrador y propietario del Bar París, Juan Carlos de la Cruz Pérez, aseguraba que “no necesitamos, sino quieren, que los premiados pasen por aquí a celebrarlo porque entendemos que igual quieran hacerlo en la intimidad y eso lo respetamos”. Agregaba que “para nosotros es una ilusión muy grande haber vendido felicidad, un dinero que llegué a quien llegue es una satisfacción muy grande dar”.
Vecinos,clientes y amigos. Un numeroso grupo de personas se sumaron a una celebración en la que coreaban la felicidad y el regocijo y que, inevitablemente, recordada el sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad del año 2001, cuando la Isla recibió nada menos que el último Gordo en pesetas, quince mil millones de las antigua moneda. Vendido por máquina, los cinco boletos se mantuvieron a buen recaudo y a última hora de ayer aún no había aparecido ninguno de los agraciados.
Juan Carlos, al frente de este punto de venta, asegura que “esto, además de la felicidad que uno tiene por la venta de un quinto premio, es la ilusión que nos da para los próximos años porque quién nos dice que no venderemos el próximo año el Gordo de la Lotería de Navidad”. Saltos, gritos, risas y brindis con champán. Hubo quien recordó y hasta expresó la esperanza frustrada de que “hubiera caído de nuevo el Gordo en La Palma este año, cuando ha faltado el administrador de Santa Cruz de La Palma”. Se refería a León Cobiella, el dueño de la administración de Lotería número 1 de la capital palmera que en el año 2001 repartió repartió el último Gordo en pesetas y que es recordado con un enorme cariño por la isla de La Palma.