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Álvaro Arvelo: “En mi primera luchada con público me impresioné tanto, que estuve a punto de echarme a correr”

El próximo 25 de enero, en el Real Casino de Tenerife, tendrá lugar un reconocimiento a la figura de Álvaro Arvelo Hernández, por su contribución, apoyo y trayectoria en favor de la lucha canaria
Álvaro Arvelo visitó la redacción de DIARIO DE AVISOS. /Andrés Gutiérrez

El próximo jueves, 25 de enero, a partir de las 20.00 horas, en el Real Casino de Tenerife tendrá lugar un reconocimiento a la figura de Álvaro Arvelo Hernández, por su contribución, apoyo y trayectoria en favor de la lucha canaria. El homenajeado, una de las figuras más destacadas del deporte vernáculo, luchador y fundador del histórico Santa Cruz, es ahora reconocido por su encomiable labor en pro de la lucha canaria desde CajaCanarias, cuando ostentó el cargo de presidente. Con Álvaro Arvelo, y la inestimable colaboración de Rosendo González, hemos trazado la trayectoria en el deporte vernáculo, al que él considera “como un sentimiento que se lleva dentro y que no tiene explicación”.

-Su afición por la lucha canaria comenzó con dos nombres y un escenario: Domingo Cruz, Pollo de los Campitos, y Francisco Marrero, Pancho Camurria, que fue su primer entrenador. El escenario donde empezó a practicar el deporte vernáculo fue en el Frente Juventudes, donde ahora está situado el Parque Bulevar.
“Sí, ese fue mi inicio en la lucha canaria. Estaba estudiando en la Escuela de Comercio con Domingo Cruz, Ricardo Díaz y César Pérez Viera. Allí nos enteramos de que Camurria iba a empezar a enseñar lucha en la Ciudad Juvenil. Nos apuntamos, nos admitieron, nos dejaron una ropa de brega y empezamos a hacer las primeras agarradas de nuestra vida. Fue una situación muy emocionante el encuentro con Camurria, y con otros luchadores muy capacitados que estaban allí”.

-En aquella época de juventud no existían en la isla terreros específicos. Los solares y las huertas se convirtieron en improvisados terreros para practicar la lucha.
“Esa situación se dio al comienzo, porque la lucha canaria estaba en horas bajas, prácticamente desaparecida en Santa Cruz, y en el resto de los municipios. Le pongo un ejemplo. Una vez fui con el equipo del Santa Cruz de Segunda a Pedro Álvarez, en Tegueste, y había allí un equipo modesto, pero que luchaba muy bien. El terrero era el patio de una casa particular. Teníamos que entrar por la casa, al igual que los espectadores, para acceder a un improvisado terrero”.

-¿Recuerda su estreno como luchador en un terrero con público?

“Mi primera luchada fue en un encuentro entre un combinado de Los Campitos y otro de Valle Jiménez. Yo estaba en el de Los Campitos. Fue un momento de emoción indescriptible, y sentí mucho orgullo de que mi nombre apareciera en los carteles junto al de luchadores famosos que reforzaban ambos bandos. El día de la luchada, el terrero de los Campitos estaba abarrotado de público y me impresioné tanto, que estuve a punto de echarme a correr, porque no me veía preparado para luchar delante de tanta gente. Aguanté, salí a competir, tire a un par de adversarios y recogí dinero del público. Este inicio en los terreros hizo que la lucha canaria me cautivara”.

-¿Cómo se definiría como bregador, y cuáles eran sus mañas predilectas?
“Nací en la lucha con Camurria muy cerca. Fue mi maestro. Lo que él enseñaba era una forma de comportarse en el terrero muy equilibrada. Él no tenía un gran cuerpo, ni mucho peso, y además era corto de estatura, pero tenía una potencia increíble. Yo aprendí mucho de Camurria, porque luchaba por medias caderas, y hacía toda clase de mañas. También aprendí de Domingo Cruz, Pollo de los Campitos, y de Luis Rodríguez, Pollo del Estadio. Íbamos a la casa particular de Luis Rodríguez, en Valle Tabares, porque era un auténtico artista de la lucha. Traté siempre de aprender de los mejores. Uno de los fundamentos de aquellos entrenamientos era luchar con rapidez, con agilidad, no ir a separarse, ni a forcejear. Yo me ponía muy nervioso cuando transcurrían unos minutos y no se iniciaba ninguna lucha, ni por el contrario ni por mi. Las luchas que practicaba eran el remolino, la media cadera, que provocaba el descontrol del rival para quitarle la posición, y luego rápidamente practicar la lucha. A partir de esa situación salen otras mañas, como los garabatos, las burras… lo que es el luchar con los pies”.

-Usted siempre dijo que los luchadores tenían que realizar mañas bonitas y desterrar la pasividad en la lucha, para que el público saliera del terrero con ganas de volver.
“Eso fue básico para que la lucha canaria tuviera más resonancia en Santa Cruz y en el resto de la Isla. Era fundamental que los luchadores no fueran a pasar el tiempo, sino a luchar con rapidez y agilidad, porque eso son para mí los principios básicos de la lucha canaria, y era lo que enganchaba al espectador”.

-¿Cuáles son su mejor y su peor recuerdo de su etapa de luchador?
“Para mí luchar en las fiestas del Cristo de Tacoronte era algo especial, porque allí fue donde nací. Se celebraban luchadas importantes y yo participé en unas cuantas. En una de ellas me fue muy bien, tiré a varios contrarios, como el Pollo de La Esperanza, que era en ese momento un puntal importante. Luego me tocó Juanito de la Rosa, que me tiró. Viví sensaciones muy bonitas, pero también tuvo su parte no tan agradable tras caer con él. Eso hizo que se organizara posteriormente un desafío a cinco luchadas en la Plaza de Toros con Juanito de la Rosa. Yo esperaba resarcirme de lo que me había hecho en las fiestas de mi pueblo. En el desafío me tiró la primera, me tiró la segunda… Estaba francamente decepcionado. Pero sin encontrar una explicación, las tres siguientes luchas lo tiré y gané el desafío en un ambiente exquisito y deportivo. La verdad es que es un recuerdo entrañable. No tengo malos recuerdos de la lucha canaria. Todos son magníficos. Tenía muy claro que debía haber un ganador y un perdedor, y respetar mucho al rival”.

-A Álvaro Arvelo se le conocía con el apodo del Pollo de la Capital. ¿Cómo surgió esa denominación?

“Ese apodo vino como consecuencia de que en Santa Cruz cuando empezamos la lucha estaba muy mal. Los aficionados que estaban en el entorno nuestro y nos animaban pensaron que era bueno que saliera un luchador de la capital, y como yo sobresalía como promesa, me pusieron ese nombre, que es un poco raro, pero que a mí no me disgustó, y a los aficionados tampoco. Las personas que me pusieron ese nombre, a los que la lucha les debe mucho, son los hermanos Juan Jerónimo y Ventura Pérez”.

-En la década del 60 al 70 la lucha canaria vivió su época dorada, con un Santa Cruz casi invencible, compuesto por luchadores de la talla de Perico Perdomo, José Santana, Vidal Martín, el Pollo de Máguez y Nino Morales. La Plaza de Toros se abarrotaba con alrededor de 10.000 personas para ver al Santa Cruz. ¿Un maravilloso recuerdo, verdad?
“Sí, claro. El Santa Cruz ya estaba a un nivel muy alto por la plantilla de luchadores que se logró configurar. Esa fue la época de oro del Santa Cruz, hasta el punto de que la Plaza de Toros se llenaba de gente y competía en número de aficionados cuando el CD Tenerife jugaba en el estadio. Ellos nos pidieron que hubiera un poco de coordinación con los horarios, porque la lucha canaria le restaba afluencia de público al fútbol. En aquella época competíamos con rivales muy fuertes, como el Hespérides de La Laguna, que contaba con luchadores de la talla del grancanario Orlando Sánchez el Estudiante, Felipe del Castillo, Antonio Alonso, que después luchó con nosotros, o Mateo Rodríguez. Tenían un equipazo”.

Álvaro Arvelo y CajaCanarias fueron los impulsores de una enciclopedia denominada La historia gráfica de la Lucha Canaria en Tenerife. Además, fue editada y difundida por DIARIO DE AVISOS. Fue una obra de gran calado social, compuesta con fotografías de todos los equipos de la Isla.
“Ese libro es la historia de la lucha canaria en Tenerife. Es un libro precioso en el que DIARIO DE AVISOS tuvo una participación impagable. Se trata de una publicación amplia con mucha información. Yo lo tengo como un tesoro porque hay muchas reflexiones, historias puras, análisis de situaciones especiales en barrios, pueblos, y de la Isla en general. Fue mérito de CajaCanarias la publicación de esta obra tan importante desde el punto de vista documental”.

-El próximo jueves se le hará un merecido reconocimiento en el Real Casino de Santa Cruz de Tenerife por su contribución a la lucha canaria. Imaginamos que estará emocionado.
“Hay un grupo de personas que han tomado esta iniciativa, de la que yo me mantengo al margen. No me han dicho nada del desarrollo del acto. Estoy seguro de que ese día estaré nervioso y me emocionaré. Es un acto que se le ha ocurrido a un grupo de personas extraordinarias, que espero que salga muy bien, y lo más importante es que con este reconocimiento gane la lucha canaria”.

Se presentó ayer en el Real Casino de Tenerife el reconocimiento a Álvaro Arvelo

La Sala de Proyecciones de los Salones Miguel Duque del Real Casino de Tenerife acogió ayer la presentación del acto de reconocimiento a Álvaro Arvelo por su contribución, apoyo y trayectoria en favor de la lucha canaria. Un reconocimiento que se hará en la sociedad capitalina este jueves, a partir de las 20.00 horas.

En la rueda de prensa celebrada ayer intervinieron José Alberto Muiños Gómez-Camacho, presidente del Real Casino de Tenerife; Juan Manuel Díaz, expresidente de la Federación de Lucha Canaria de Tenerife, director del programa Al terrero en brega, y miembro de la comisión organizadora, y Mateo López, también integrante de la comisión organizadora. No se adelantaron detalles de lo que será el acto, ya que los organizadores desean que sea una sorpresa.

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