arona

Un joven de 23 años le quita la vida a puñaladas a sus padres y a su abuelo

Ricardo Ortega Martín confesó el triple crimen cuando la Guardia Civil se lo llevó detenido después de desmontar el “robo con violencia” del que habló tras avisar del suceso en la finca familiar de Guaza
Autorretrato de Ricardo Ortega de sus redes sociales, e imagen del momento en el que la Guardia Civil se lo lleva detenido de la finca familiar. Andrés Gutiérrez
Autorretrato de Ricardo Ortega de sus redes sociales, e imagen del momento en el que la Guardia Civil se lo lleva detenido de la finca familiar. Andrés Gutiérrez
Autorretrato de Ricardo Ortega de sus redes sociales, e imagen del momento en el que la Guardia Civil se lo lleva detenido de la finca familiar. Andrés Gutiérrez

Ricardo Ortega Martín, un joven de 23 años recién cumplidos, con problemas de toxicomanía, confesó el crimen de sus padres adoptivos (Carmen Martín Marante, natural de San Andrés y Sauces, de 59 años, y Antonio Ortega, de 68 años, nacido en Barlovento) y del padre de la madre (Luciano Martín López, de 86 años y también natural de La Palma), tras apuñalarlos en la madrugada de ayer en la finca familiar de Guaza, en el municipio de Arona, un lugar apartado en donde los vecinos más cercanos no pudieron oír nada, ni siquiera a las dos perras.

El juez decano de Arona, Nelson Díaz Frías, se trasladó sobre las diez de la mañana hasta el lugar de los hechos y al mediodía decretó el secreto del sumario, tras el levantamiento de los tres cadáveres, que fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense de Santa Cruz de Tenerife para realizarles las correspondientes autopsias, mientras el todavía sospechoso era evacuado en un coche camuflado por la Guardia Civil.

Triple crimen en Guaza. / Andrés Gutiérrez

Según fuentes policiales consultadas por DIARIO DE AVISOS, Ricardo Ortega, que había regresado en enero de la Península donde cursaba Formación Profesional, alertó al Cecoes 1-1-2 de que se había producido un robo con violencia en el domicilio con el resultado de tres muertos. Eran las cinco y media de la madrugada, y media hora más tarde una pareja de la Policía Local se trasladó hasta la finca, en medio de unos grandes invernaderos, donde se encontraron al joven Ricardo Ortega, que, con evidentes signos de nerviosismo, casi sin poder hablar y con algunas heridas en la mano, les indicaba a los agentes la ventana por donde supuestamente, según él, había saltado el ladrón y el asesino de su familia en su huida.

La patrulla de la Policía Local, tras observar la macabra escena del crimen, con el matrimonio desangrado en el piso inferior y el cuerpo del abuelo degollado en el segundo piso, avisó a la Guardia Civil, mientras crecía entre los agentes la sospecha de que el joven estaba mintiendo, ante sus contradicciones y la evidencia de que no había ninguna huella en la ventana por la que, según él, había huido el supuesto criminal. Tampoco ninguna maceta caída o huellas en el toldo que cubría la piscina, justo debajo de ese ventanal. Pese a todo, realizaron una batida por la zona en busca del supuesto ladrón y criminal vestido de negro que resultó ser, finalmente, el propio Ricardo Ortega. Pasadas las doce de la mañana, más de seis horas después de su macabra acción, confesó los hechos en el cuartel de la Guardia Civil de Playa de las Américas, quedando detenido y a la espera de ser puesto a disposición judicial en el plazo de 72 horas.

El joven Ricardo Ortega, que fue adoptado por Carmen y Antonio cuando tenía cuatro años, era introvertido, apenas hablaba con nadie. Desde que salió del colegio Luther King comenzó a tener problemas con las drogas, lo que le llevó a robar a sus propios padres e incluso a agredir a su madre, profesora del CEIP Pérez de Valero, de Los Cristianos, en donde vivía el matrimonio hasta que se trasladó a la finca de Guaza. Una finca propiedad del padre de Carmen (Luciano), un palmero que hizo fortuna en Venezuela y que con ese dinero construyó los invernaderos de plátanos y la vivienda donde ayer encontró la muerte, al igual que su hija y su yerno, este último, conocido en todo el Sur como Antonio el Palmero o el de los puros, que él mismo fabricaba.

TE PUEDE INTERESAR