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Clavijo protagoniza el primer escrache a un presidente canario

Unas 400 personas increparon al regidor autonómico en su visita al puerto de Gran Tarajal, adonde acudió para ver el vertido de aceite y combustible tras el hundimiento de 4 gabarras
Fernando Clavijo atendió a los medios en Fuerteventura rodeado por unas 400 personas que le gritaban y pitaban insistentemente durante su visita. DA
Fernando Clavijo atendió a los medios en Fuerteventura rodeado por unas 400 personas que le gritaban y pitaban insistentemente durante su visita. DA
Fernando Clavijo atendió a los medios en Fuerteventura rodeado por unas 400 personas que le gritaban y pitaban insistentemente durante su visita. DA

Para todo hay una primera vez en la vida y Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias, protagonizó una de esas primeras veces al visitar el puerto de Gran Tarajal, en Fuerteventura, el pasado viernes. Clavijo se convirtió entonces en el primer presidente canario en sufrir un escrache. El presidente visitaba el puerto de Gran Tarajal para conocer de primera mano las labores de contención que se están desarrollando después de que, a causa del fuerte temporal de viento, el pasado miércoles se hundieran cuatro gabarras, provocando un derrame de combustible. Lo que no esperaba el presidente, y como parece evidente, tampoco su equipo de comunicación, es que los vecinos que allí se concentraron lo hicieron no para ver de cerca al presidente, sino para gritarle cosas como “llévate las gabarras a Tenerife” o “fuera, fuera”, y “responsables, dimisión”. Así lo recogieron publicaciones como ABC o Canarias Ahora, en las que también se puede ver el vídeo con los abucheos y pitidos que recibió Clavijo de las cerca de 400 personas que se concentraron en el lugar.

Y es que el presidente no es, precisamente, uno de los políticos que más cariño despierta entre los majoreros, principalmente por su apoyo público a Repsol cuando pretendía hacer sondeos frente a las costas de Fuerteventura en busca de petróleo. Aunque ya han pasado unos años, a los majoreros no se les olvida el poco cariño que Clavijo les demostró entonces.

El presidente canario hizo frente a la situación como buenamente pudo. Incluso, a pesar de que inicialmente no iba a hacer declaraciones a los medios ante una ambiente tan hostil, al final se aventuró a decir que “no es el momento de buscar culpables”, en referencia a la negativa de la Capitanía Marítima a que las gabarras se fondearan fuera por el temporal, tal y como había solicitado la empresa propietaria.

Recalcó Clavijo que los trabajos que se van a realizar en el puerto tras el hundimiento de las cuatro gabarras tendrán como prioridad la seguridad, “porque ya habrá tiempo para las responsabilidades”. Los vecinos, por el contrario, dado su recibimiento, entendieron que sí que era el momento, máxime cuando llevaban semanas demandando que ese tipo de embarcaciones salieran del puerto de Gran Tarajal. Según detalló la agencia Efe en su crónica de la visita del presidente, Clavijo no rehuyó el encuentro con los manifestantes, sino que se acercó a ellos y conversó con personas que le mostraban las firmas que habían recogido contra la presencia en Gran Tarajal de ese tipo de embarcaciones, que denominan “barcos chatarra”, mientras algunos le gritaban “¡La basura, a tu casa!”. El presidente de Canarias aseguró después a los periodistas que, desde que supo los daños que el temporal estaba causando en el puerto de Gran Tarajal, la prioridad de las decisiones que se han tomado ha sido “la seguridad de las personas”, para garantizar que no hubiera ninguna víctima.

Clavijo remarcó que, ahora, los esfuerzos se van a concentrar en evitar que el combustible y el aceite que han derramado las gabarras salgan del puerto. Ayer el Gobierno de Canarias informó de que las cuatro barreras de contención colocadas han conseguido ese objetivo, que el vertido no salga del puerto, lo que ha hecho posible iniciar ya la recogida del material contaminante.

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