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Clavijo acepta “trabajar” con Podemos para abrir una oficina anticorrupción

El presidente del Gobierno regional rebaja el tono con Santana, dos meses después de que abroncara a la portavoz de la formación morada por “hacer chistes de mal gusto” sobre una “corrupción inexistente”
El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, durante su discurso de ayer en el Parlamento de Canarias. Fran Pallero
El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, durante su discurso de ayer en el Parlamento de Canarias. Fran Pallero
El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo. Fran Pallero

Dos meses después de que abroncara a Noemí Santana por “hacer chistes de mal gusto” sobre una corrupción “inexistente” en Canarias, Fernando Clavijo aceptó ayer la invitación de la portavoz de Podemos, con quien charló amigablemente antes del pleno, para impulsar la creación de “una oficina antifraude” a fin de “luchar contra la corrupción”, similar a la que ya funciona en la Comunidad Valenciana.

La expresión “recoger el guante” procede de las normas del duelo. Era una señal de que no se rechazaba un desafío, porque lo contrario significaba caer en el deshonor. Tal metáfora está muy en boga en la política y en la boca de Clavijo. En la primera pregunta de la sesión de control, Santana le lanzó el reto de “trabajar conjuntamente para responder a los problemas y preocupaciones de la ciudadanía”. Y ofreció al jefe del Ejecutivo regional su colaboración para activar un mecanismo que sirva “no solo para combatir la corrupción, sino también como un antídoto para prevenirla”. Podemos se puso a su “disposición” para poner todas las herramientas necesarias. Clavijo le agradeció el gesto y se avino a reunirse con los portavoces de los seis grupos parlamentarios al objeto de estudiar una “propuesta constructiva” que ayude a “recuperar la credibilidad de los cargos públicos”. El mandatario insistió, no obstante, en que “la inmensa mayoría” se afana en pro de “una tierra mejor” y recalcó que su Gobierno reniega de la corrupción y del favoritismo político. Con datos del Consejo General del Poder Judicial y de la Comisión Europea, Santana sentenció que la corrupción es un “problema gravísimo” en Canarias.

El 6 de febrero, Fernando Clavijo instó a la diputada de la formación morada a “hacer el esfuerzo” de no confundir entre procesado y condenado. El presidente acusó a Podemos de “saltarse los derechos legales de los ciudadanos”, en alusión al vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria que no ha sido readmitido en la organización “a pesar de que una resolución judicial concluye que se vulneraron sus derechos fundamentales al ser expulsado del partido”. Y afeó a los representantes de Podemos que “liquiden” la presunción de inocencia del ordenamiento jurídico o “frivolicen” con un asunto del calibre de la corrupción, donde “la tolerancia es cero” por parte de los instituciones autonómicas.

En un tono más crispado que el de ayer, Fernando Clavijo exclamó entonces que le entristecía que alguien que ejerce responsabilidades públicas sea capaz de “denigrar el nombre de Canarias, de funcionarios y de compañeros, independientemente del partido en el que militen”. E inquirió: “¿Cuándo les van a pedir perdón a esa familia y a esos ciudadanos por lo que les han hecho pasar durante estos tres años? ¿Eso no es corrupción?”. Noemí Santana apuntó que Canarias “amanece cada día con escandalosas noticias sobre la corrupción, como el caso Faycán, el caso Grúas, el caso Teresitas y el caso Unión”, y sobre personajes que “han dañado mucho la imagen de la política” en el Archipiélago. Mencionó al exministro José Manuel Soria y a Domingo González, el marqués de La Oliva. Una ironía exaltó los nervios de Clavijo: “La plataforma Netflix se está planteando grabar aquí una secuela de la serie Corrupción en Miami”. Ahora, Podemos sacó a colación un informe encargado por la Comisión Europea a la Universidad de Gotemburgo. Se trata del tercer Índice Europeo de Calidad de Gobierno, elaborado sobre la base de unas 78.000 encuestas, que evalúa la “imparcialidad en la prestación de servicios públicos, la calidad institucional de los gobiernos regionales y nacionales y el nivel de corrupción”. En España, Andalucía (32,2) es la comunidad autónoma que registra las peores notas, a diferencia del País Vasco (63,6) y Navarra (60,3). Canarias está en el penúltimo lugar, con 33,9 puntos. En términos globales, España (42,04) figura en el puesto número 18 de 27, por delante de Polonia, Letonia, Eslovaquia, Italia, Hungría, Croacia, Grecia, Rumanía y Bulgaria.

En lo que respecta al nivel de corrupción, País Vasco y Navarra superan el 50 sobre 100. El farolillo rojo es Canarias (35,2), por debajo de Galicia (35,70) y Baleares (35,90).

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