santa cruz de la palma

La historia naval insular recupera una leyenda

Alrededor de las tres de la tarde, la silueta de la réplica de la carabela colombina Santa María se dibujó en el horizonte de la costa norte de Santa Cruz de La Palma y, como cada cinco años, cuando baja la Virgen de Las Nieves desde su Santuario a la ciudad, los cañones del Castillo

Alrededor de las tres de la tarde, la silueta de la réplica de la carabela colombina Santa María se dibujó en el horizonte de la costa norte de Santa Cruz de La Palma y, como cada cinco años, cuando baja la Virgen de Las Nieves desde su Santuario a la ciudad, los cañones del Castillo, dispararon salvas dando la bienvenida a la nao, que trae a bordo un pedacito de la valiosa aunque algo olvidada tradición marinera de la capital palmera: la campana del legendario velero La Verdad, que se hundió en Las Bermudas hace 120 años cuando regresaba de una de sus travesías a Cuba.

Después de una semana de navegación desde lugar de origen, Huelva, la embarcación entró en el puerto de Santa Cruz de La Palma con las velas recogidas y mecida por el viento y el ligero oleaje que moteaba de blanco el intenso azul del Atlántico. La Palma, que no estuvo en la ruta del descubrimiento de América, con la llegada de esta embarcación, que en unos días comenzará su travesía transoceánica, entra también de alguna forma en esta red colombina, que tiene al Archipiélago canario como un enclave determinante en el viaje que dio paso a la modernidad.

Alrededor de un centenar de personas se acercaron al Puerto de la capital palmera para dar la bienvenida a la réplica colombina y a la campana de La Verdad, que llegaba alojada en un lugar visible de la embarcación, que acaba de ser terminada de construir por la Fundación Nao Victoria con motivo del 525 aniversario del primer viaje de Colón .

Entre el público se encontraba la mujer que había hilvanado toda esta singular historia que ha hecho posible el regreso de la campana a La Palma, Carmen Concepción, directora del Museo Naval, que esta tarde recibirá oficialmente esta pieza, que ocupará un lugar destacado en la exposición permanente de estas instalaciones ubicadas en el Barco de la Virgen.

“He sentido muchísima emoción. Ha habido pocos momentos en mi vida que me he sentido como hoy”, reconoció Concepción, que agradeció a la ciudadanía y a las instituciones públicas y privadas que contribuyeron en hacer posible este feliz regreso, que viene a rematar aquel viaje en el que tristemente se hundió en 1899 la afamada bricbarca.

Las condiciones meteorológicas aplazaron el viaje hasta La Palma dos semanas sobre el tiempo previsto, lo que provocó que el abogado norteamericano, que adquirió la campana en un anticuario, y que la donó al Museo Naval de forma altruista, Thomas Cox, no pudiera presenciar el regreso a su isla natal de esta pieza con la que convivió cuarenta años.

Lo cierto es que la campana regresa 120 años después a la capital palmera en las mismas condiciones de navegación que había en su época. “Ha sido una navegación muy bonita, dura, la mar nos ha puesto a prueba y el barco se ha comportado muy bien”, destacó José Luis Hernández, responsable de formación y recursos humanos de la Fundación Nao Victoria, a la llegada de la carabela a La Palma, que viaja capitaneada por Manuel Murube Fernández, con una tripulación de 18 personas.

A las cinco de la tarde de hoy está prevista la entrega oficial de la campana al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, en un acto que contará con la intervención de los miembros de la asociación de recreación histórica Los doce de Su Majestad, que la escoltarán hasta su nueva casa, el Museo Naval.

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