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El Parlamento de Canarias certifica otro fracaso: la reforma electoral

El Pleno debatirá en la penúltima semana de mayo el dictamen que la comisión habrá aprobado el día 14 y que servirá de base para la modificación en el marco de la tramitación del Estatuto de Autonomía
Última reunión de la ponencia sobre la reforma del sistema electoral por el que se rige el Parlamento de Canarias. Sergio Méndez

Todavía queda margen, muy estrecho, para que en las elecciones autonómicas de 2019 se aplique un sistema “más representativo y proporcional” que el vigente. Sin embargo, tal y como ya se había deducido del propio devenir de los hechos, ayer se oficializó que la reforma habrá de acometerse en el marco de la tramitación del nuevo Estatuto de Autonomía de Canarias en las Cortes Generales a través de una disposición transitoria.

La última reunión de la ponencia no fue precisamente una mañana de transistores -o su equivalencia moderna-, porque solo faltaba certificar un fracaso que no es el único de esta accidentada novena legislatura. De la sala salió un acuerdo unánime sobre la existencia de un desacuerdo que divide el hemiciclo en tres porciones: una mayoría de 39 escaños a favor de una propuesta de mínimos frente a las 18 actas del grupo que sustenta al Gobierno (CC-PNC) y las 3 del Mixto (ASG). Definitivamente, la inercia de la mecánica parlamentaria ha puesto cruz y raya a una hipotética, y utópica, ley regional. La siguiente cita en el calendario será la convocatoria de la comisión, el día 14 de este mes, para consensuar el dictamen, que llegará al pleno de los días 23 y 24 con dos votos particulares: de CC y de ASG. Posteriormente se enviará a Madrid una posición común, del PSOE, el PP, Podemos y NC, sobre la base de las dos opciones trasladadas a Coalición Canaria.

Descartado el colegio de restos, el debate se dirime ahora entre una Cámara de 63 diputados elegidos en las siete circunscripciones insulares además de 7 de una lista regional y 61 escaños insulares y 9 de carácter autonómico. Se trataría, en cualquier caso, de una Asamblea de 70 asientos, algo por lo que los interlocutores de CC-PNC y ASG se echan las manos a la cabeza y se rasgan las vestidura. Por eso, se rajan. En lo que no hay discusión es añadir un electo (de 7 a 8) por Fuerteventura, justificado en el incremento de la población. También habría que concretar la rebaja de los topes de acceso: del 30% al 15%, el insular, y del 6% al 3% (el 4% o el 5%), el regional.

El turno de comparecencias ante los medios de comunicación lo inauguró el portavoz del Grupo Nacionalista Canario, José Miguel Ruano. “El aumento de 10 diputados resulta desmesurado y contrario a la moderación que la sociedad hoy demanda”, insistió. “Nuestra idea de sumar tres diputados daba respuesta a las variaciones demográficas de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura, y con ello se mejoraba la proporcionalidad con el resto de las islas. Junto a una reducción de las barreras, se contribuiría a la construcción de Canarias desde el equilibrio y la solidaridad entre islas muy pobladas, como Tenerife y Gran Canaria; medianamente pobladas, como Fuerteventura, Lanzarote y La Palma, y poco pobladas, como La Gomera y El Hierro”. Ruano contrastó dos modelos contradictorios: “El que construye Canarias desde la isla hacia el Archipiélago, y uno superestructural que no contempla esta realidad”. En nombre de la oposición, sin contar a ASG, tomó la palabra Noemí Santana (Podemos). “Nuestra voluntad es continuar unidos [en el Congreso]”, apuntó. Aunque reconoció que los plazos son “ajustados”, se declaró optimista en cuanto a que se despliegue en los comicios del próximo año. “¡Que no cunda el alarmismo!”, exclamó. Menos convencidos se mostraron José Miguel Ruano y Casimiro Curbelo, que sembraron dudas. “La ruptura de equilibrio atenta contra la realidad canaria”, reiteró el portavoz de ASG. En su opinión, no es un momento oportuno para afrontar una modificación que “resta voz a las islas no capitalinas con la pretensión de articular Canarias bajo el interés de algunos partidos”.

Fuera del corrillo, el portavoz adjunto del Grupo Socialista, Gustavo Matos, lamentó el “portazo” de CC a “una propuesta de reforma electoral para que en 2019 podamos votar con un sistema electoral más justo y donde todos y todas nos sintamos representados”. En similares términos, Luis Campos (Nueva Canarias) censuró que el “inmovilismo” impida “materializar la actualización del régimen electoral después de 37 años”.

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