santa cruz

El Templo Masónico retoma la senda de la rehabilitación

El área de Patrimonio del Ayuntamiento de Santa Cruz, tras el expediente de Urbanismo, convocará un nuevo concurso para iniciar las obras en 2019 si no lo impiden los tribunales
Estado ruinoso del Templo Masónico de Santa Cruz | FOTO: Andrés Gutiérrez
Estado ruinoso del Templo Masónico de Santa Cruz | FOTO: Andrés Gutiérrez
Estado ruinoso del Templo Masónico de Santa Cruz | FOTO: Andrés Gutiérrez

En septiembre de 2017, la Gerencia Municipal de Urbanismo de Santa Cruz procedió a anular el concurso abierto para adjudicar la redacción del proyecto que marcará las líneas maestras para la rehabilitación del Templo Masónico. Casi nueve meses después de esa decisión, Urbanismo, que tras la anulación desistió de la encomienda que le había hecho la Sociedad de Desarrollo en el mandato pasado, ha remitido por fin todo el expediente a la Concejalía de Patrimonio, que será ahora la que se encargue de redactar los nuevos pliegos del concurso.

Así lo confirmó a DIARIO DE AVISOS el concejal de Patrimonio municipal, Juan José Martínez, quien señaló que “ya hemos recibido en los últimos días la devolución por parte de Urbanismo de la encomienda sobre el proyecto de rehabilitación del templo masónico de Santa Cruz”. Según detalló Martínez, “a partir de ahora, hay que empezar de cero y emprender un nuevo procedimiento de contratación con el objetivo de que antes de que finalice el mandato esté adjudicado y en marcha, dejando encauzado el proyecto en la confianza de que la recuperación de uno de los inmuebles de mayor valor patrimonial e histórico de Santa Cruz se haga realidad, como deseamos todos”.

El proyecto de restauración del Templo Masónico, uno de los edificios más singulares de Santa Cruz de Tenerife, vuelve a sufrir un nuevo retraso con esta medida. Fran Pallero
El Templo Masónico que se ubica en la calle San Lucas de la capital se considera único en Europa por sus características egipcias. Sergio Méndez

Desde el área que dirige Martínez se recuerda que la de Urbanismo desistió el otoño pasado del procedimiento de licitación del contrato para la redacción del proyecto de restauración del Templo Masónico debido a vicios de nulidad que infringían el principio de igualdad en la valoración de las ofertas presentadas. A resultas de aquella decisión, el Ayuntamiento acordó la devolución de la encomienda por parte de Urbanismo y la redacción de unos nuevos pliegos de cláusulas administrativas que permitan iniciar un procedimiento de licitación nuevo, en condiciones de plena seguridad jurídica y evitando cualquier vicio de nulidad. Y es que, precisamente, responder a las alegaciones presentadas por los distintos licitadores es lo que ha hecho que se retrase la entrega del expediente al área de Patrimonio municipal, para que esta inicie un nuevo procedimiento de licitación. Fueron dos los recursos que se presentaron y que Urbanismo ha terminado
desestimando.

Un concurso que anuló alegando un desencuentro entre la mesa de contratación y la de expertos, que se había incluido para apoyar la decisión que se tomara, dada la importancia del inmueble y su particular arquitectura. Queda por ver si las dos empresas que han decidido presentar los citados recursos de alzada deciden conformarse y esperar a un nuevo concurso o acudir al juzgado y hacer inviable que se saquen nuevos pliegos. Los recurrentes llegaron a calificar como “esperpento” o como “locura autoinfligida” la licitación, tal y como se recoge en el expediente, al que tuvo acceso DIARIO DE AVISOS.

El expediente que ahora ya se encuentra en el Ayuntamiento de Santa Cruz, siguiendo el eje temporal de este concurso, refleja cómo los problemas empiezan nada más abrirse el sobre número dos, el que contenía los proyectos. Se habían presentado siete ofertas, que debían pasar a ser examinadas por el comité de expertos. Sin embargo, se decide que este órgano asesor de la mesa de contratación, formado por seis personas, no es el adecuado, puesto que no cuenta con arquitectos capaces de valorar de forma apropiada las ofertas, algo que, por otra parte, nadie recurrió inicialmente, a pesar, incluso, de que el citado comité admitió carecer de conocimientos técnicos. Un comité del que era miembro el entonces soberano gran comendador del Grado 33, con una amplia experiencia en la rehabilitación de monumentos tanto en España como fuera, experiencia que, parece, no bastó para avalar conocimientos técnicos suficientes. El comité se modificó sobre la marcha y tampoco nadie lo recurrió.

Lo que sí alegaron cuatro de las empresas es que había otras que no cumplían con los requisitos de la convocatoria. Exactamente, que se habían pasado en el número de páginas que resumían sus currículos y/o experiencia, una de las cláusulas que viene recogida en el pliego, por lo que pidieron su exclusión de la licitación. La mesa de contratación, una vez que verifica que, efectivamente, cuatro de las ofertas tienen más páginas, decide remitirlas a la nueva comisión técnica, ya con dos arquitectos, pero se les indica que las empresas que se han pasado justificando su currículo y experiencia no recibirán puntuación por ese apartado y sí por el resto.

El 27 de julio del año pasado, el comité de expertos finalmente decide no emitir valoración alguna sobre las ofertas, por “no compartir” el criterio de exclusión apuntado por la mesa de contratación. “Se falla de forma contraria al criterio de proporcionalidad y de forma, dicho respetuosamente, lesiva a los intereses de esta institución”, reza el acta de ese día, proponiendo el desistimiento y la redacción de nuevos pliegos.

Ahora es el turno para el área de Patrimonio, de cuya diligencia en la redacción de unos nuevos pliegos dependerá que se intervenga lo antes posible en un inmueble único en Europa y puede que en el mundo, que fue promovido en 1900 por la Logia de Añaza e inaugurado en 1902, obra del arquitecto tinerfeño Manuel de Cámara.
Como reconocen los expertos, su estado de conservación, aunque bueno, podría verse seriamente comprometido si no se actúa en breve. “Si se rompiera un cristal y entraran palomas, las grandes enemigas de los monumentos, podríamos tener un serio problema. Además, hay que añadir que estamos en una isla y los aerosoles marinos dañan la estructura”, explica uno de los máximos expertos en masonería y en recuperación de monumentos, Jesús Soriano, comendador emérito del Supremo Consejo del Grado 33.

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