Por Francisco M. Hernández Martín (investigador)
LA FITOTOPONIMIA
Al grupo de los fitotopónimos corresponden todos aquellos lugares que tienen como referencia arboles o plantas, tanto de forma individual como colectiva: Los Sauces,La Palma, El Lentiscal, Gran Canaria. En la isla de Tenerife por ejemplo este tipo de toponimia está muy presente en el territorio, aunque no es la que más registros tiene.
En cuanto a uno de los árboles más emblemáticos de Canarias: la palmera,(Phoenix canariensis) tiene dos registros de gran importancia: San Miguel de La Palma y Las Palmas de Gran Canaria; hay otras formas como El Palmar, Buenavista del Norte o El Palmital en Gran Canaria.
En cuanto a la toponimia asociada al drago existen unos 23 registros en todas las islas, siendo la forma más abundante El Draguillo. El pino es otro de los árboles de nuestra flora que contiene una buena cantidad de topónimos: Cruz de Tea, Pinalete, Pinoleris, Pinalito y unos 82 registros más en todas las islas. Del cedro existen unos 17 registros toponímicos, aunque suceda como en el Monte del Cedro en La Gomera que carece de ellos.
Sabinar, Sabinita, Sabinal o Sabinosa son algunos de los registros relacionados con uno de nuestros árboles que fueron más abundantes en otros tiempos: la sabina (Juniperos phoenicea). El sauce canario (Salix canariensis) está bien representado en las islas de Tenerife y La Palma: Los Sauces y El Sauzal. En cuanto a la higuera (Ficus carica) ya aparece documentada a principios del siglo XVI: Valle de Las Higueras o Figueras, actual San Andrés. La Higuerita, La Laguna etcétera.
Existen otro buen número de topónimos relacionados con plantas canarias: El Jaral, El Gamonal, Tabaiba, Tabaibilla, El Cardonal, El Berodal, Punta de Orchilla, El Retamar, Juncalillo, El Carrizal, Tarajalillo, El Escobonal, El Lentiscal, La Zarza, Zarcita etc.
LA CROMOTOPONIMIA
El color es un elemento fundamental en el paisaje, y cuando un tono destaca sobre el resto del conjunto, se convierte en topónimo. Puede sorprender que en un territorio volcánico donde dominan los basaltos oscuros, sea el blanco el color más utilizado en la toponimia, aunque no el único. Esto podría explicarse por el contraste que ofrecen otros colores con el resto del paisaje, salvo en el sureste de la isla de Tenerife donde predominan los materiales pumíticos blancos. La necesidad de ubicarnos en el territorio y saber puntos de referencia del lugar donde habitamos, nos ha llevado a crear la toponimia, que no es más que un grupo de nombres que le damos a estos lugares donde vamos a desarrollar nuestra vida.
Uno de los casos cromáticos son los que se refieren a casas blancas que destacan en el paisaje, y este topónimo se ve reflejado en la cartografía en más de una ocasión. La Casa Blanca en Icod de los Vinos está representada por partida doble, y Las Casas Blancas las encontramos en Anaga cerca de Roque Bermejo. En los tiempos en los que la construcción tradicional canaria sólo eran paredes de piedra seca, cuando alguien algo más pudiente enfoscaba y blanqueaba su casa, ésta ya era conocida en el lugar como La Casa Blanca, denominación que perdura y queda impresa en la cartografía. Una construcción en Icod de los Vinos conocida como Casa Blanca, dota al lugar de dicha toponimia. Cuentan las personas mayores que cuando aún dicha casa se encontraba aislada del resto y destacando en el paisaje, era utilizada por marinos y pescadores como punto de referencia al navegar por la costa.
En otro lugar de la isla aparece el topónimo Casas Blancas, y se refiere a la hacienda de la Familia Ossuna que a mediados del siglo XX dio sede al Obispado de Tenerife. Hoy de la hacienda ya no quedan sino ruinas, pero el topónimo quedará para siempre en el paisaje.
De ‘Abycore’ a ‘Imoque’ (I). Orígenes de la toponimia canaria
De ‘Abycore’a ‘Imoque’ (II). Orígenes de la toponimia canaria
De ‘Abycore’a ‘Imoque’ (III). Orígenes de la toponimia canaria
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