“Lo insólito de la noticia no es el ataque de las orcas a los calderones, que entra dentro de lo normal, sino que se haya producido tan cerca de la costa y que, por suerte, fuera avistado por seres humanos”. Quien así se expresa es el decano del Colegio de Biólogos de Canarias, el herreño Matías Fonte-Padilla, recién llegado a dicho cargo, dado que su nombramiento se produjo el pasado día 4.
Como quiera que el propio Matías Fonte trabajó en su juventud como guía turístico en el avistamiento de cetáceos en el Sur, se interesó especialmente por la noticia ofrecida ayer por DIARIO DE AVISOS gracias a las imágenes facilitadas por Marítima Acantilados, y que hoy se renueva con otro vídeo facilitado por Marco Cherubino. En estas imágenes se ve, parcialmente, el ataque de dos manadas de orcas, compuestas por al menos ocho ejemplares, a dos calderones (también conocidos como ballenas piloto) que tuvo lugar en la tarde del pasado sábado a unas cinco millas de distancia de la costa tinerfeña, concretamente frente a Alcalá (Guía de Isora).
“En los dos años que trabajé como guía para el avistamiento de cetáceos nunca tuve la oportunidad de avistar orcas en esta zona, pero es normal el paso de este tipo de depredadores por Canarias, como al igual ocurre con los tiburones”, explicó ayer Fonte a este periódico. “Cuando eso ocurre, los calderones se percatan del peligro gracias a su sistema de detección, y eso suele justificar el súbito sumergimiento del grupo en cuestión”.
“Tampoco es raro que las orcas ataquen a los calderones -continúa este biólogo marino-, pero por lo general es en alta mar; por eso la novedad radica en que fuera tan cerca de la costa, y más la suerte de que tuviera como testigos a tantas personas”.
Algo similar ya explicó a DIARIO DE AVISOS el responsable de Marítima Acantilado, una empresa pionera en el avistamiento de cetáceos en el Sur de Tenerife y en la recogida de turistas en la playa de Masca que lleva operando en la zona nada menos que desde 1985: “Ya habíamos visto orcas, pero nunca presenciamos nada parecido a lo de hoy con los calderones”, declaró.
“Las orcas acorralaron a, al menos, dos calderones, los mataron y luego los descuartizaron”, continuó el empresario con su relato. “Vimos que alguna de las orcas tenía en la boca algún pedazo de uno de los calderones, concretamente la aleta, pero daban la impresión de estar jugando. Cuando, para grabarlo mejor, nos acercábamos con el barco a donde estaba lo que quedaba de alguno de los calderones, un macho adulto de orca lo alejaba de nosotros y volvía para rondar el barco. Por prudencia, optamos por no presionarles. Desde que nos quedábamos quietos, el macho se sumergía y volvían las orcas más pequeñas a jugar con los restos de la presa”, relató el testigo de tan singular espectáculo natural.
Precisamente, en el vídeo de Marco Cherubino se puede observar los restos de unos de los calderones cazados por las orcas, y cómo una de ellas juega con este pedazo del animal junto a las embarcaciones de recreo allí presentes.
El biólogo Matías Fonte-Padilla quiso resaltar el tesoro natural que tiene Canarias con la presencia fija de varias colonias de cetáceos junto a sus costas. Sobre los calderones, explicó que “el grupo que habita junto al Sur de Tenerife está integrado, según estimaciones, por 400 o 500 ejemplares, que se alimentan de un ecosistema existente en el océano que se eleva de noche a unos 300 metros de profundidad.
Eso lo aprovechan los jóvenes machos calderones para sumergirse (su tope está calculado a unos 800 metros) y cazar calamares y peces en lo que se denomina ‘capa de reflexión profunda’, mientras las hembras se quedan cuidando de las crías”. Además Fonte detalló un dato escasamente conocido: “Hay otra colonia de calderones junto a las costas de Tenerife, concretamente frente a Santa Cruz, pero los avistamientos son menores porque allí el mar suele estar más movido”, manifestó.
Fonte también explicó a DIARIO DE AVISOS cómo suelen protegerse los calderones. “Son cetáceos muy familiares, que viven en grupos. Por lo general, las crías son situadas en medio de la manada y, junto a ellas, están las hembras. A su alrededor se ponen los jóvenes machos y, en el perímetro exterior, vigilan los adultos. Aunque son pacíficos, no es recomendable bañarse junto a los calderones si hay crías cerca”, aconsejó este experto.
Los calderones tropicales (Globicephala macrorhynchus) son viejos vecinos de esta zona del Atlántico, y forman parte de un género de cetáceos odontocetos de la familia Delphinidae (delfines oceánicos) al que también pertenecen las orcas (Orcinus orca).
Mientras los calderones más grandes apenas superan los seis metros, las orcas pueden pasar de nueve. Ambas especies tienen en su dieta a los calamares, los pulpos y peces, pero las orcas también se comen a otros mamíferos marinos, especialmente focas, por lo que también se las suele llamar ballenas asesinas.
🐳🐳🐬🐬 Espectáculo singular en Tenerife: Ocho orcas acorralan y matan a dos calderones. Los predadores iban en dos manadas y jugaron con sus presas, aunque no consta que se las comieran . #MedioAmbiente #whales #tenerife #canarias #oceans #wildlife #killerwhales
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