Los responsables del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han expresado este jueves su “preocupación” por las restricciones fronterizas impuestas para quienes desean salir de Venezuela y han instado a Ecuador y a Perú a revertir estas medidas.
La ONU estima que 2,3 millones de venezolanos viven fuera de su país, de los cuales 1,6 millones han emigrado desde el estallido de la crisis política y social de 2015. El 90 por ciento de ellos ha recalado en otros países de Sudamérica, por lo que el jefe de ACNUR, Filippo Grandi, y el de la OIM, William Lacy Swing, han reclamado apoyo para estas zonas de acogida.
Así, aunque han reconocido la “generosidad” de los países fronterizos con Venezuela, también han expresado su preocupación por medidas como las impuestas por los gobiernos de Ecuador y Perú, encaminadas a limitar y controlar el flujo migratorio.
“Admitimos los problemas crecientes derivados de la llegada de venezolanos a gran escala, (pero) es clave que cualquier nueva medida siga permitiendo que quienes necesitan protección internacional puedan llegar a una zona segura y pedir asilo”, ha subrayado Grandi en un comunicado.
En esta misma línea, Swing espera que “las muestras de solidaridad” de los países vecinos a Venezuela “sigan en el futuro”, en aras de la “seguridad, apoyo y asistencia” de estas personas.
La ONU ha recordado que existen colectivos en situación especialmente vulnerable como pueden ser los adolescentes, las mujeres, las personas que intentan reunir a sus familias o los menores no acompañados, que pueden tener más problemas a la hora de reunir la documentación requerida para pasar al otro lado de la frontera.
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