El presidente del Cabildo no aprende. CARLOS ALONSO lleva años empeñado en hacer lo que sea y comprar lo que haga falta con el fin de aparentar cercanía, sabedor de que el Señor no le llamó por el camino del carisma ni de la popularidad.
Ayer volvió a derrapar en la primera curva en plena procesión de la Virgen de Candelaria a La Laguna con su aparición ante la Patrona de Canarias para distinguirla como Presidenta Honoraria y Perpetua de la Corporación, un acto que chirrió a propios y extraños por el descarado uso político de un símbolo de todos los tinerfeños y canarios con las elecciones a la vuelta de la esquina.
Después de intentar ponerle la camiseta de Coalición Canaria a la Virgen, ¿cuál será el próximo numerito con el que nos sorprenderá? ¿Dirigir el tráfico en la autopista del Norte?