Carmen Luisa Castro está dispuesta a dejar impronta, a través de monumentos, y de pequeñas obras -las grandes no se las dejan hacer, dice ella- de su paso por la Alcaldía de Güímar. Tras la rehabilitación de la escultura El Jordán de Tenerife y alzar Los Guanches del Socorro y el Canal de agua, ahora llega La Avioneta, y si por ella fuera, también vendría la gran escultura de Juan de Ávalos conocida popularmente como el Monumento a Franco que se encuentra en Santa Cruz pendiente de si esquiva la Memoria Histórica o no.
El último monumento que trae Castro a su municipio será inaugurado el 9 de noviembre coincidiendo con la segunda Bajada Lustral de la Virgen del Socorro y los 60 años que se cumplen de la lucha contra la plaga de langostas que azotó a Tenerife y especialmente a toda la comarca sur. El monumento que llevará por nombre La Avioneta estará situado en el enclave de El Socorro, o para ser más concretos en una rotonda cercana al caserío al lado de la empresa Martínez Cano en el Polígono Industrial Valle de Güímar.
Según la alcaldesa, Luisa Castra, la avioneta, su rehabilitación y montaje “han costado unos 23.000 euros, porque conseguimos el aparato a muy buen precio”, sin que fuera necesario “ningún patrocinador, porque lleva solo las siglas del Ayuntamiento y el nombre de la Virgen del Socorro”.
El nuevo monumento que se inaugurará en Güímar tiene diversas connotaciones, destacando el papel que tuvo la zona de El Socorro en la historia de la aviación en la Isla, tal y como relata el cronista oficial de Güímar, Octavio Rodríguez, y que se remonta al año 1935, con la redacción de un proyecto para construir allí el aeropuerto de Tenerife, proyecto que contaba con el respaldo del Cabildo, que finalmente fue descartado por la lejanía de la capital, optándose por ubicarlo en Los Rodeos (La Laguna), entre otras razones por una mejor comunicación de carretera’, aunque El Socorro se mantenía como campo auxiliar, con una pista de 600 metros de largo por 100 de ancho, que nunca se llegó a construir.
Sin embargo, fue en 1958, hace ahora 60 años, cuando El Socorro jugó un papel fundamental en la aviación tinerfeña, al conformarse como un enclave de especial importancia para el aterrizaje y despegue de las avionetas que combatían la mayor plaga de langostas que hasta se momento se conocía en las Islas.Entonces se procedió a ensanchar el tramo del Camino de El Socorro más próximo al caserío,
transformándolo en una improvisada pista de aterrizaje para las avionetas que, durante varios días, fumigaron con insecticida (DDT) las mayores concentraciones de aquel insecto en el Valle de Güímar y buena parte de la comarca sur, hasta su total extinción.
El monumento La Avioneta será inaugurado la tarde del día 9 por el párroco Pedro José Pérez, aprovechando un alto de la Virgen del Socorro haga un alto en su peregrinación al sitio histórico de Chinguaro para descubrir la placa conmemorativa de tan singular monumento.
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