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Los demócratas se harán con la Cámara de Representantes y los republicanos conservan el Senado

Aunque el 'impeachment' parece lejano, previsiblemente habrá una cascada de investigaciones sobre los escándalos de Administración
Los demócratas se harán con la Cámara de Representantes y los republicanos conservan el Senado. / EP
Los demócratas se harán con la Cámara de Representantes y los republicanos conservan el Senado. / EP
Los demócratas se harán con la Cámara de Representantes y los republicanos conservan el Senado. / EP

El Partido Demócrata ha cumplido los pronósticos y se ha hecho con el control de la Cámara de Representantes, uno de los dos órganos que componen el Congreso norteamericano, lo que abre un abanico de opciones contra el presidente, Donald Trump, que en principio no parecen incluir el arranque de un proceso de ‘impeachment’ o juicio político.

Los demócratas llegaban a las elecciones de mitad de mandato o ‘midterms’ lastrados por unos años complicados pero aupados por figuras emergentes y por una aritmética especialmente favorable en el caso de la Cámara Baja. A falta de que concluya el reparto de escaños, el martes por la noche ya habían superado el umbral de 218 que les concede la mayoría.

La Cámara de Representantes será “el nuevo foco de la batalla política”, según The Hispanic Council, que ha descrito este órgano como un “contrapeso” al poder que los republicanos han ostentado prácticamente sin cortapisas en los últimos años.

No en vano, los demócratas ya se venían preparando para este vuelco presentando iniciativas como el endurecimiento de las normas de financiación y ética relativas a campañas electorales, en un aparente mensaje a quienes se sienten desencantados con la forma de hacer política que ha tenido Trump antes incluso de llegar a la Casa Blanca.

La veterana congresista Nancy Pelosi, que ya ejerció como presidenta de la Cámara de Representantes en un periodo anterior, es ‘a priori’ la candidata mejor posicionada para liderar este resurgimiento demócrata. “Mañana será un nuevo día para Estados Unidos”, proclamó durante la noche electoral.

En el marco de este nuevo día, los demócratas podrían lanzar “una larga lista de comisiones de investigación sobre las finanzas del presidente, los miembros de su gabinete o sus relaciones con países como Rusia o Arabia Saudí”, según The Hispanic Council. ‘The Washington Post’ también anticipaba en un reciente análisis “investigaciones agresivas” contra los escándalos que afectan a la Administración Trump.

El congresista Elijah Cummings, que salvo sorpresas asumirá la presidencia de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Representantes, ha advertido en una entrevista a la agencia Reuters de que Trump volverá a estar bajo vigilancia del poder legislativo. “Lo más importante para la Comisión será retomar el orden habitual obteniendo documentos y entrevistando testigos, para que en última instancia la Administración rinda cuentas al pueblo estadounidense”, ha destacado.

EL ‘IMPEACHMENT’ ES POCO PROBABLE

Sin embargo, no parece probable que los demócratas se lancen a un proceso de ‘impeachment’ que agitaría los cimientos de la política de Estados Unidos, en vista de sus pocas posibilidades de éxito y de que, en el mejor de los casos, sólo supondría un baile de caras en el Despacho Oval con el ascenso de Mike Pence, que genera menos recelos en ciertos sectores.

Fuentes de la Embajada estadounidense en Madrid consultadas por Europa Press antes de las elecciones tampoco veían factible el primer paso hacia un potencial juicio político que se seguiría topando con la mayoría republicana en el Senado. En esta cámara sería necesario que dos terceras partes apoyasen el ‘impeachment’ y por ahora los republicanos prefieren no salirse del carril.

La investigadora Carlota G. Encina, investigadora del Real Instituto ElCano, también prevé que los demócratas se queden en el umbral de las investigaciones y que asuma un mayor papel en asuntos clave como puede ser la política exterior, sin pasar al ‘impeachment’. En un encuentro reciente ante los medios, sí abrió la puerta a otro tipo de gestos como una impugnación del juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh.

El también investigador Paul Isbell comparte su escepticismo, en la medida en que considera que un juicio político contra la principal institución de Estados Unidos “sería echar más aceite al fuego desde todos los ámbitos”.

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