tribuna

Plan de vuelo

Después de leer el análisis de María Rozman en DIARIO DE AVISOS sobre la guerra fría y la amenaza nuclear, surge la reflexión sobre las opciones personales ante esta situación.

La aporofobia fue aceptada como palabra por la Real Academia Española y fue nombrada la palabra del año en 2017 por su capacidad transformadora. Significa fobia a las personas desfavorecidas.

La aporofobia, el miedo a los pobres, es, en lo profundo, el miedo al otro, el miedo al que es diferente a mí, el miedo al que no tiene lo que yo tengo y el miedo al que tiene lo que yo no tengo pero no lo veo favorable. Esta palabra puede llevar a la humanidad al umbral de cambio.

Un avión que va a despegar tiene dos opciones al llegar al umbral de la pista. Puede despegar y continuar o despegar y regresar a aterrizar. La velocidad alcanzada y el remanente de pista ya no le permiten un aborto de despegue.

La humanidad ha recorrido una distancia en la evolución de la conciencia y ahora es posible despegar hacia la paz, despegar hacia la integración de personas con amor a lo social, amor a la individualidad, respeto a la diferencia y capacidad de integración. Si logramos transformar la aporofobia interior en aporofilia (amor a los pobres), convirtiendo en amor lo que antes nos daba miedo y rechazo, podremos entender al otro y aceptar no solamente que existe, sino que tiene derecho a existir.

Respetar al otro construyendo a la vez un respeto a mí mismo y una posibilidad de ofrecerle al otro los medios para que me respete. Esto es lo que construyó Alfonso García Robles, mexicano que obtuvo el Premio Nobel de la Paz con el Tratado de Tlatelolco que prohíbe la fabricación y utilización de armas nucleares en Latinoamérica y que fue firmado en 1967 y entró en vigor en 1969.

En el mundo hay gobernantes que promueven la fabricación de armas nucleares y poblaciones que se comprometen a la no fabricación y no utilización de armas atómicas.
Pero hay algo más poderoso que las armas nucleares, y es la paz nuclear, a la que yo defino como la paz que se construye en el núcleo de cada corazón y de cada sistema personal de significación.

La Paz Interior es posible, y existen siete mil millones de personas que pueden convertirse en agentes del cambio. Yo solamente puedo lograr una transformación interior. La mía propia.

La generación de paz interior se convierte en acción para la paz mundial. Generar la paz interior es un cambio mayor que el cambio climático. Reconocer y aceptar la paz interior es despegar en un plan de vuelo diferente. La paz interior es la única que puede promover una paz social.

Cambiar el sentido de mi vida, actuar con amor en lugar de miedo, puede hacer la diferencia entre la guerra y la paz.

Elegir la vida, la aceptación de la existencia, mía y del otro, y del respeto, a mí mismo y al otro, es volar hacia la paz personal y ayudar a la paz internacional.
Respetar y favorecer el respeto del otro.

¿Qué elegimos? Tenemos dos opciones: aporofobia o aporofilia (amor a los desfavorecidos). Cada quien puede decidir en su interior y desde ahí dirigir su actuación exterior.
¿Despegamos?

TE PUEDE INTERESAR