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Identidad e impuestos

Dos hechos recientes ponen de manifiesto las dificultades de Europa para adaptarse a la globalización, las elecciones de Andalucía y los chalecos amarillos de Francia. Los interpretamos bajo las referencias de identidad e impuestos, uno en el entorno español y el otro en el europeo. Ya hemos visto cómo las encuestas no han sido capaces de anticipar los hechos, respondiendo a las inercias del pasado, o al marketing político impuesto. En España la batalla contra la Constitución del 78, pasa al tiempo por cuestionar la economía de mercado y relativizar sus logros, la bonanza económica mayor de la historia.

El conflicto se reviste de un “guerracivilismo de baja intensidad”, lo que complica las soluciones. La triple alianza de un Psoe descentrado, apoyado en rebeldes , terroristas y bolivarianos, bloquea el sistema. Desde el inicio de la crisis, 2008, se produjo en España el fenómeno donde más de la mitad de la población vive del Estado, 13,7 millones de pensionistas, funcionarios y parados, contra los 13 millones que cotizan.

El nuevo Gobierno fomenta la división, e ideas contrarias al pluralismo de la sociedad española emprendedora y abierta. Ejerce una política sectaria y polarizada, inaceptable en una democracia liberal. Se usa el franquismo como recurso identitario, para generar tribus fragmentadas.

Ejercen el sistema antiguo de igualdad coercitiva de derechos, que no de deberes. Retrocediendo en aspectos sustanciales. Como revertir la reforma laboral, volviendo a rescatar a los sindicatos. Elevar el sueldo mínimo. Indiciar las pensiones con la inflación. Socavar el sistema educativo politizándolo. Modificar la Ley de Arrendamientos Urbanos. Universalizar la sanidad sin equilibrios. Descontrolar la inmigración. Y por la puerta trasera, desplazándonos hacia la “plurinacionalidad” asumiendo acuerdos inconfesables con catalanes y vascos. Estatutos de nuevo cuño que bordean la Constitución, renunciando a la obligada coordinación estatal.

Algunos índices nos la describen. El Economic Freedom Index, del banco Mundial, mide las trabas para hacer negocio en 190 países del mundo. España en el puesto 30, por delante en Europa de Francia, Portugal, Bélgica, Italia y Grecia. Dato que vendría corregido por el Índice de Percepción de la Corrupción, de Transparencia Internacional, que coloca a España por delante de Italia y Grecia. Y por último los datos de la Tax Fundation americana sobre la eficacia de los sistemas tributarios, cuya puntuación combina Sociedades, IRPF, IVA, Impuestos de Propiedad y rentas Internacionales. España en el puesto 27 del mundo, por delante de Grecia, Portugal, Polonia, Italia y Francia, que ocupa el puesto 35.

Francia en situación complicada. Cuyo reflejo vimos en la demolición electoral última y ahora con los chalecos amarillos. Negados a las subidas de impuestos en un estado hipertrofiado, que siempre reacciona subiéndolos. Alterando la identidad de las clases agrarias y periféricas de Francia, ajenas a la globalización. Como en la Andalucía rural. Reforzar identidades bajando impuestos, ayuda a impulsar la actividad de todos y su integración social. Italia está hoy gobernada por los homólogos de Vox y Podemos, Abascal e Iglesias, poniendo en riesgo la identidad de Europa.

Necesitamos democracias de más calidad. Los modelos de economías clientelares subsidiados, ya no compiten en la globalización. Avanzar reforzando identidades supranacionales y bajando impuestos.

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