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Colección OFF: el corazón en la mirada

El Cabildo de Tenerife ha recibido una importante donación de obras fotográficas y audiovisuales de la Colección Ordóñez-Falcón (COFF), la colección privada de fotografía más importante de España y una de las mejores de Europa
Gilberto González, Enrique Ordóñez, Carlos Alonso y José Luis Rivero. DA

“El corazón en la mirada”. Así describió Enrique Ordóñez su colección de fotografías y material audiovisual que lleva desde los años 70 coleccionando junto a su mujer, Isabel Falcón, la colección privada más importante de España y una de las mejores de Europa, la Colección COFF. Ahora han querido donar parte de ella a TEA Tenerife Espacio de las Artes, centro museístico del Cabildo de Tenerife, donde ya se encontraba depositada desde 2009. “No hay ningún sitio como TEA para poner en valor la colección. Durante estos 10 años solo hemos tenido satisfacciones con su trabajo. Es vital”.

El almacén de TEA fue el escenario de la rueda de prensa donde Carlos Alonso, presidente del Cabildo; José Luis Rivero, director insular de Cultura, Gilberto González, director artístico de TEA, y Enrique Ordóñez presentaron ante los medios este acuerdo.

Alonso agradeció la generosidad de la familia Ordóñez-Falcón. “Tener esta colección en la Isla, en TEA, es una herramienta prodigiosa que va a permitir que este centro de arte siga ofreciendo en el futuro numerosas posibilidades, tanto a la hora de hacer exposiciones como a la de realizar intercambios con otros centros”.

En cuanto a los detalles de esta donación, José Luis Rivero explicó que que está valorada en más de ocho millones de euros. Durante su intervención detalló que los propietarios han donado al Cabildo un conjunto de obras fotográficas y audiovisuales, por un valor total de 3.443.000 euros. El acuerdo contempla la cesión en depósito para su uso en los distintos tramos expositivos y actividades de TEA otro lote de obras por un valor de 2.560.000 euros y una última donación de un tercer bloque de obras audiovisuales valoradas en 414.700 €. Por último, el Cabildo adquiriría, en un plazo de diez años, un último bloque de esta importante colección de fotografía y vídeo, valorado en 2.300.000 euros.

Por su parte, Gilberto González afirmó que es una colección vital para entender el sigle XX. “A través de las obras de la Colección COFF podemos trazar una genealogía histórica de lo que somos como sociedad”. González adelantó que algunas de las obras de esta colección formarán parte de la exposición Crisis?, What Crisis? Capítulo 3, que se podrá ver próximamente.

Casi un siglo en imágenes

En líneas generales se aprecian en la Colección COFF varios ejes que la vertebran: la fotografía experimental y de vanguardia, los nuevos realismos, el retrato contemporáneo y la fotografía de arquitectura. Junto a estos grupos temáticos cabría subrayar los discursos que abordan el alcance de la fotografía y de la imagen contemporánea como lenguaje en el contexto del mundo contemporáneo, entre os que destacan los trabajos de Joan Fontcuberta y Pere Formiguera.

En la Colección COFF se encuentran representadas las principales corrientes fotográficas del siglo XX y de sus protagonistas. En este sentido destaca la presencia de varios fotógrafos de las vanguardias europeas de los años veinte y treinta como Robert Disraeli, Jaroslav Fabinger o Alexander Rodchenko; los surrealistas Brassai, Georges Hugnet y el checo Styrsky; piezas que actualmente no se encuentran en el mercado del arte como las de Dora Maar, Sasha Stone o el vanguardista Catala Pic; y una representación importante de las fotografías experimentales de Man Ray, que vienen a sumarse a las otras tres existentes en la colección TEA que fueron adquiridas en su momento en el discurso de la contextualización de la Colección Óscar Domínguez y la Exposición Internacional del Surrealismo celebrada en la parisina Galerie de Beaux-Arts (1938).

Asimismo, constituye un capítulo de excepción la presencia de la fotografía norteamericana, desde los artistas de los años treinta Berenice Abbot y Evans Walker; la contribución del fotógrafo del medio siglo William Klein, hasta llegar a otros destacadísimos nombres de la tradición norteamericana, entre ellos Stephen Shore -quien expuso en el MoMA con tan solo 24 años y cuya influencia de sus escenas norteamericanas no ha dejado de condicionar nuestra percepción de aquel país-; el espiritualista de la Naturaleza Ansel Adams, o la ya clásica serie de fotografías de Richard Prince. También destacan en esta misma tradición -y en los autores que integran esta colección- los nombres de la espectacular serie mínima de Duane Michals, The fallen angel (1968); las obras de Evelyn Hofer o, incluso, las sorprendentes fotografías de Joel-Peter Witkin; tradición a la que se podría sumar la presencia de fotógrafo norteamericano de origen inglés Paul Graham.

Por otra parte, es muy significativa la presencia de diversas obras de los fotógrafos de la Escuela de Diisselorf: Andreas Gursky, Candida Höfer, Axel Hitte, Sigmar Polke, Thomas Struth, e incluso Thomas Ruff. Asimismo, llama la atención la presencia de los fotoconceptualistas de la Escuela de Vancouver, de la que se encuentran representados en esta Colección importantes obras de Roy Ardey, Ken Lum, Jeff Wall e lan Wallace.

A todo ello se suma otro capítulo realmente excepcional, protagonizado por la fotografía española, representada por diversos nombres, de entre los que podríamos destacar fotógrafos de la categoría de Gabriel Cualladó -Premio Nacional de Fotografía en 1994- y otros de reconocido prestigio internacional como Jorge Ribalta, Xavier Rivas, Andrés Serrano, Valentín Vallhonrat o la también pintora Carmen Calvo. La presencia de Joan Fontcuberta resulta más que remarcable, representado en la Colección COFF con varias series fotográficas de gran relevancia. Otro episodio es el que se refiere a un grupo de autores de un indiscutible prestigio internacional como son el nórdico Esko Mánnikkó, de quien esta colección posee una muy buena representación.

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