kick boxing

“Cuando fui a pelear con Buakaw me dijeron que era un suicida”

Risco, en el entorno del Auditorio de Santa Cruz, durante la entrevista. / Sergio Méndez

Puntual a la cita como el tañido de la campana que anuncia el comienzo de las hostilidades, Jonay Risco llegó al punto de encuentro mostrándose como siempre, cercano, accesible y humilde. Ya se maneja igual de bien ante los micrófonos que ante los rivales, es lo que tiene la experiencia.

-Se le acabó el 2018, posiblemente el más exitoso de su carrera deportiva…

“Sí que ha sido uno de los mejores años de mi carrera y de mi vida deportiva. Fue un gran año, lo recordaré siempre. Fue un año muy duro, empezamos fuerte peleando ante Buakaw con el que todo el mundo me daba por perdido, me decían que era un suicida, que era misión imposible después de haber estado casi un año sin pelear. La verdad es que salió bien porque a mí me gustan los grandes retos, las cosas difíciles y mi entrenador apostó por mí y yo también lo hice. Salió todo bien”.

-Ese año de parón al que se refiere viene después de la derrota frente a Redouan Laarkoubi, que pudo ser la más dolorosa de su trayectoria por dónde y cómo se produjo, en Tenerife y en el último asalto de un combate que tenía ganado…

“Veníamos de un año malo, con alguna injusticia en combates complicados, peleando siempre fuera de casa, con decisiones muy polémicas y Laarkoubi fue la gota que colmó el vaso. Peleaba en casa y para mí iba ganando bien y había dominado y en aquel último asalto no me noqueó, me cortó y el médico me paró el combate. Es muy duro querer seguir y que no te dejen por un corte. La pelea estuvo bien parada obviamente, pero me generó mucha frustración. Estaba allí toda mi gente, mi familia, mis amigos… fue muy duro”.

-Ahí es donde está lo que no se ve de un deportista, el trabajo mental de levantarse después de una derrota tan cruel, tener que reponerse de un palo tan duro…

“Es que lo peor de este deporte es la cabeza, es muy duro, es un deporte que es ingrato. Es individual, cuando salen las cosas mal te afecta mucho y te planteas muchas cosas. Para mí es mucho peor lo mental que lo físico, porque cuando tú no estás bien y no tienes la motivación suficiente, poder mantener ese nivel de exigencia es muy complicado y ahí arriba no te puedes subir si no estás bien porque esto no es un juego”.

-Es que al cuadrilátero sube uno solo, todo el apoyo se queda por fuera, la soledad debe ser muy grande dentro de un ring…

“Desde fuera se ven las cosas de una forma y desde dentro se ven y, sobre todo, se sienten, de otra manera muy diferente. Tampoco es que me afecten mucho las críticas y que todo el mundo opine, hasta el que no sabe, pero es entendible porque al final hemos llegado a un punto y a un nivel donde hay que convivir con ello, aprender a vivir con la crítica constructiva y destructiva. A mí es verdad que en su momento me afectó mucho y me pudo un poco, pero el pasado es pasado. Ahora intento evadirme y quedarme con lo bueno”.

– Pero usted se recuperó de una forma más que sorprendente de aquella derrota. Venía de sufrir su peor tropiezo y no eligió un combate de rodaje precisamente para su regreso al cuadrilátero…

“Yo siempre he amado este deporte. Lo amo y lo respeto y para mí lo es todo, me considero un verdadero kickboxer, un amante de lo que hago. Tienes razón que esos retornos se hacen de una forma más progresiva, pero ya tengo experiencia, no hay nada que experimentar, yo ya estoy rodado y hay que buscar buenos retos y buenas motivaciones. Cuando me ofrecieron pelear con Buakaw, siendo el ídolo de toda la vida junto a Andy Souwer, y estando al cien por cien de motivación tras aquel parón, no podía decir que no. La verdad es que te da miedo y tuve miedo, me preguntaba si no era un poco locura aceptar esa pelea, pero era la pelea que siempre había soñado. Siempre quise pelear con ellos y posiblemente si no lo hubiera aceptado en ese momento nunca hubiera podido pelear con él. Son esas oportunidades que pocas veces te ofrecen en la vida y acepté y salió bien. Y si hubiera salido mal hubiera quedado como un gran punto de inflexión en mi carrera.

Risco, con uno de sus tres cinturones de campeón de Enfusion Live. / Sergio Méndez

-¿Fue esa pelea con Buakaw la experiencia más bonita de su carrera hasta este momento?

“Sin duda. Yo lo había visto pelear en directo, en la época del K1 Max, en Japón, que perdió en un extra round con Andy Souwer. Sí es la pelea más bonita que he vivido, es la que más he disfrutado, con menos presión… lo veía saliendo por la pasarela y no olvidaré nunca esa sensación de estar viviendo un sueño. Fue la más bonita por todo, por la magia que había alrededor, el lugar, el rival… disfruté la pelea de verdad”.

– La experiencia con Kiria vino después, en casa, defendiendo título, con un montaje espectacular y ¿con más presión que nunca?

“Ahí sí es verdad que yo no lo disfruté, tenía una gran presión y es cierto que viví una gran pelea, fue de las mejores de mi carrera, me encontré muy fuerte, pero no disfruté tanto como con Buakaw. Pero es verdad que cuando acaba todo y empiezas a ver los videos… fue alucinante. Fue un montaje que igual aquí no se valora tanto, pero a nivel mundial no se ven cosas así sino en los grandes eventos”.

-Lo que también es verdad es que le ganaste a Buakaw y a Kiria, pero los dos se lo tomaron de forma muy diferente, el tailandés fue un señor ¿Y Kiria?

“Tuvo un mal perder. Cada uno asimila las derrotas a su forma. Creo que Kiria perdió, yo me sentí ganador. Y la verdad es que Buakaw se lo tomó de una forma admirable, como la leyenda deportiva que es. Kiria no supo perder”.

-Pero en la primera pelea que hicieron, que fue muy igualada, no protestó la decisión que le dieron a su favor. Igual habría que hacer una tercera para deshacer ese empate…

“Si hay una buena oferta claro que me subiría al ring de nuevo con él, estaría encantado de hacer una trilogía con Kiria. Las dos peleas que hemos hecho fueron guerras y es un estilo que me gusta, vamos de tú a tú, con estilos muy similares… En casa no me apetecería pelear con él, pero si llega una buena oferta la aceptaría”.

-¿Se le hizo muy largo el año 2018 en cuanto a exigencia deportiva?

“Sí, fue un año duro, se hizo largo, pero es que cuando te paras y te dejas dormir un poco te apetece volver a estar ahí. Es este amor y odio que siento yo por este deporte en el sentido de que el nivel de exigencia que me pongo me es adictivo, pero me satura… pero luego cuando no lo tengo lo echo de menos. Al final es verdad que estaba deseando parar y ahora pienso que no tenía que haber parado tanto porque volver a encontrar ese punto de forma ideal es muy complicado. Volver a arrancar es jodido, pero lo vamos a conseguir y en un mes estaremos de nuevo al cien por cien.

– Es que lo que viene ahora son palabras mayores otra vez. Si en 2018 arrancó usted el año peleando contra Buakaw ahora viene Superbon Banchamek, su alumno aventajado…

“Ahora mismo es el top del momento aunque en verdad en este peso hay cinco o seis e incluso hasta diez peleadores que cualquiera le puede ganar a cualquiera y es muy difícil decir quién es el mejor de todos, lo mejor sería salir corriendo del ring antes de enfrentarse a ellos porque son diez asesinos deportivos, pero Superbon es muy bueno. Creo que es un rival que se me puede dar bien, yo me crezco con los grandes y me gusta poder enfrentarme a él y más en casa porque creo que va a ser otra vez un gran espectáculo fuera del ring donde Efraín Medina se encargará de que así sea como dentro del ring donde voy a intentar hacerlo yo”.

– Para alumno aventajado está usted que siendo un chiquillo debutó como profesional en aquel histórico K1 Canarias Max midiéndose a gente de la experiencia de Bouchaib El Bilaly, Juanma Chacón, Dani Montes de Oca en un torneo donde también estaban Manzy Pauwells o Esteban Ramírez El Chino… ¿Aquella fue otra bendita locura?

“Eran los mejores de España, los mejores de ese momento y era arriesgado, pero siempre tuve las ideas claras. Siempre me apasionó este deporte y quería eso y más. No tenía experiencia, pero quería pegarme en las grandes ligas. No se si fui temerario o kamikaze, pero no dije que no. Fue mi primer gran evento en Canarias, venía de los mundiales amateur y a las dos semanas peleé contra toda esa gente. Gané las dos primeras peleas y perdí en la final con Dani de low kick. Fue una experiencia muy dolorosa, pero a la vez aprendí mucho”.

Risco bloquea una patada de Juanma Chacón en su debut profesional en el histórico K1 MAX Canarias. / Sergio Méndez

– Su siguiente paso fue el primer cinturón profesional, el de España que le ganó precisamente a Dani Montes de Oca en un combate en el que muchos le dimos perdedor…

“Es respetable. Hubo controversia, para unos gané y para otros perdí, pero la verdad es que ya ni me acuerdo. Dani era muy fuerte y en esa época, para mí, estaba más hecho que yo. Lo pasé mal y lo sufrí. Recuerdo que fue muy igualada y si esa noche me beneficiaron los árbitros, pues otras veces me han perjudicado”.

– Ese día, en la esquina de enfrente estaba el que es su entrenador ahora, Moisés Ruibal ¿quién lo iba a decir?

“Quién lo iba a decir, es verdad. Yo siempre tuve una buena relación con él, muy buen trato. Estaba en el lado opuesto, pero nunca tuvimos nada en contra. Él es una persona muy pasional, parece que está peleando él y desde fuera se puede ver quizá un poco suyo, porque va a muerte con los suyos, pero ese carácter que tiene me ha hecho llegar a donde estoy. Creo que ha sido clave para que yo llegara tan lejos”.

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