El Consumer Electronic Show (CES) da el pistoletazo de salida cada año en enero para marcar el camino que seguirán los fabricantes del sector tecnológico, mostrando sus novedades con mayor o menor acierto.
Pero esta importante feria es también un escaparate para los más inverosímiles y disparatados productos que en muchos casos no pasan de ser un prototipo, otros resultan en un fracaso estrepitoso y algunos terminan siendo un éxito, como los relojes inteligentes.
Este año no ha cambiado y por los pasillos del evento celebrado en Las Vegas (EEUU) los asistentes vieron con asombro el Kohler Numi 2.0, un inodoro inteligente que incorpora altavoces y el asistente de voz Amazon Alexa para pedirle que ponga música, que active el asiento calefactable o que encienda las luces de ambiente que lleva en los laterales mientras el usuario hace sus necesidades. Eso sí, para tener un WC tan avanzado en el baño hay que desembolsar la friolera de 7.000 dólares.
Siguiendo con las necesidades fisiológicas, Monit Smart Diaper es un pequeño sensor Bluetooth que se adhiere a los pañales para bebés y envía una alerta al móvil en caso de que detecte que el mismo necesita un cambio; el sensor lleva a la venta en Corea del Sur desde 2018 y sus creadores esperan internacionalizarlo este año.
Para completar este trío de productos está Dfree, un sensor diseñado para ayudar a las personas que sufren de incontinencia detectando con ultrasonidos los cambios de tamaño en la vejiga y avisa de que es hora de ir al baño.
Enero es también el mes de enfrentarse a los kilos de más subidos durante las fiestas navideñas y la marca Welt quiere ayudar con la nueva versión de su cinturón inteligente de 200 dólares para hombres, que luce como otro cualquiera pero incorpora numerosos sensores para indicar mediante una aplicación móvil cuánto mide la cintura, la cantidad de veces que se come al día, las horas que se pasan sentado y el número de pasos dados diariamente por su portador.
Los relojes y pulseras inteligentes pusieron de moda los llamados weareables: tecnología aplicada a los complementos de vestir. Una definición que algunas empresas como Spartan llevan hasta el extremo presentando una versión nueva de sus calzoncillos para protegerse de la radiación y el calor emitidos por los portátiles al colocarlo sobre las piernas.
Los electrodomésticos tienen un apartado especial en el CES, con muchos fabricantes incorporando todo tipo de tecnología para hacerlos diferentes y que den una sensación futurista a los clientes. Buena prueba de ello es una campana extractora de la marca GE que lleva una gran pantalla con Spotify y Netflix incluido, algo perfecto para ver las series favoritas mientras se corta cebolla, aunque distraerse con un cuchillo en la mano no parece lo más seguro del mundo.
POLÉMICA POR EL VETO A UN VIBRADOR
El evento no ha estado exento de polémica este año y ha sido el premio al juguete sexual Osé desarrollado por la startup Lora DiCarlo, un vibrador con tecnología micro-robótica capaz de adaptarse por sí solo a distintas acciones y adquirir formas diferentes. La Consumer Technology Association (CTA), organización detrás del CES, había informado a sus creadores el pasado octubre de que se les haría entrega de un premio a la innovación pero sólo 20 días después la organización les retiró el galardón por ser un producto “inmoral, obsceno, indecente y profano”, una actitud que ha sido tachada de machista y misógina por muchas voces del sector tecnológico porque considera la sexualidad de las mujeres un tema tabú.