Toda moneda tiene una cara y una cruz. En estas entrañables fiestas, en las que nos llenamos la boca de palabras grandilocuentes como concordia y solidaridad, imágenes como esta nos llevan de nuevo a la triste realidad diaria en la que viven muchos de nuestros ciudadanos, que, lejos de tener un carro repleto de comida, lo tienen de lo que pueden llevar a cuestas, incluida una maleta.
Es una auténtica muestra de que algo falla en una sociedad que mira siempre para otro lado.