A los que tengan una cierta edad, el triste suceso de la intoxicación masiva del restaurante valenciano, que le costó la vida a una clienta al ingerir setas conocidas como colmenillas, les habrá traído el recuerdo de uno de los lugares selectos de la capital tinerfeña en los años 80, La Riviera, en plena Rambla.
El que se consideraba el mejor restaurante de la ciudad tuvo la desgracia de contagiar salmonela a varios clientes, entre ellos un alto cargo del Gobierno de Canarias. Esa fue su sentencia y se vio obligado a cerrar.