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Hapoel: en el nombre de los obreros

Vinculaciones sociales y políticas se funden en una de las entidades más importantes de Israel, fundada a la sombra de un sindicato sociales, con la que deberá verse las caras en Iberostar Tenerife el miércoles, en su temible pabellón
Aficionados del Hapoel en su pabellón| FB
Aficionados del Hapoel en su pabellón| FB
Aficionados del Hapoel en su pabellón| FB

Banderas del Ché Guevara en un ambiente igual al de las pistas griegas de los años 80 y gritos contra las políticas antiárabes del gobierno israelí. Es el ambiente que se respira en cada partido en el Pais Arena, la impresionante casa del Hapoel Jerusalem, rival del Canarias el próximo miércoles en Champions. Un ejemplo más de la estrecha vinculación que existe en los clubes del país hebreo entre deporte, política y sociedad.
Para entender esto hay que conocer lo que sucedía en Israel en la década de los años 20 del pasado siglo. En 1921 nace la asociación deportiva Maccabi World Union con el objetivo de “defender y preservar los valores de Israel”, tomando el nombre de los macabeos, los revolucionarios que lucharon contra los griegos en el siglo I antes de Cristo. Paradójicamente, estos rechazaban la práctica deportiva al considerarla una influencia griega. Los Maccabi de Tel Aviv O Haifa tienen, pues, una raíz común.

En 1926 surge Hapoel (el obrero) al amparo del Histadrut, el principal sindicato de Israel. La intención era que cualquiera pudiera practicar deporte sin importar la clase social, algo que facilitó su expansión por todo el país. Su laicismo fue otro de los rasgos claros apareciendo la hoz y el martillo socialista en la práctica totalidad de los escudos de sus clubes.

Eran dos entidades tan antagónicas que no querían enfrentarse entre sí, desarrollando sus propias ligas para no coincidir. Con el paso de los años, solo clubes como el Beitar (muy vinculado a la derecha más radical y nacionalista) han mantenido un carácter político muy marcado, pero eso solo en lo que se refiere a los clubes, porque los hinchas, orgullosos, se mantienen fieles a sus ideas. Mientras en otros pabellones se profieren insultos hacia los árabes y Palestina, en los de los Hapoel este tipo de gritos son inexistentes.

Nueva pujanza

Sobre esa base crece el Hapoel Jerusalem, siempre a la sombra del Maccabi Tel Aviv, verdadero dominador de la liga israelí. Estos han ganado 52 de las 64 ediciones celebradas hasta el momento. El gran cambio para el club coincidió con la llegada a su presidencia de Arkadi Gaydamak, un empresario de origen ruso sumamente controvertido que trató, mediante el fútbol y el baloncesto, de tender puentes entre judíos y árabes. No le salió bien.
En las temporadas 2014-15 y 2016-17 el Hapoel Jerusalem ganó la liga, todo un hito en la historia de la entidad, que de la mano de Ori Allen, su presidente, que ha hecho fortuna con las nuevas tecnologías, se marcó ambiciosos objetivos. Fue su poca paciencia y su ambición desmedida las que llevaron la pasada temporada a Fotis Katsikaris al banquillo del CB Canarias después de que Allón lo echara de la entidad de los obreros debido a algunos malos resultados en Eurocup.

Amare Stoudemire

Otra llegada marca al club, la del exNBA Amare Stoudemire justo después de haber firmado una renovación con New York Knicks por 100 millones de dólares. “Me siento culturalmente judío”, reconoció el pívot al New York Post, desvelando tener antepasados judíos: “Siento que puedo ser yo mismo en Israel. No tengo por qué sentirme como un paria porque quiera llevar una vida religiosa, algo que sí me sucede en Estados Unidos”.

Así que Amare hizo las maletas, llegó a la capital de Israel, se puso el uniforme rojo y se tatuó una estrella de David y la palabra Dios en hebrero: “Estudio el idioma y sigo visitando lugares como Jericó para seguir aprendiendo acerca de la historia de este pueblo”.

Accionista minoritario del club, cuentan que Amare Stoudamire está muy alejado de la imagen de la súper estrella de la NBA que en su día fue. Dentro del vestuario es uno más en una plantilla de calidad sobrada, la mejor de la Basketball Champions League y que Txus Vidorreta, entrenador del Iberostar Tenerife, ha reconocido que tiene “nivel de Euroliga”.

Sea como fuere, lo que sí parece muy claro es que el Hapoel Jerusalem es uno de los claros candidatos para hacerse con el título final y uno de los mejores ejemplos es que ha sido el club que más se ha interesado, y más dinero está dispuesto a poner, por organizar la Final Four, algo que puede levantar suspicacias de cara a la eliminatoria con los canaristas.

La seguridad no será problema, pues las autoridades del país siempre avalan la posibilidad de que todas las competiciones puedan llevarse a cabo allí, una forma de demostrar su dominación en una de las zonas de más conflicto del mundo. Lo que sí es evidente es que el Canarias jugará el miércoles en un verdadero infierno, en una pista en la que deporte, cuestiones sociales y políticas se dan la mano.

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