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La mujer que mató a palos a su hijastro acepta su culpa y pide perdón a los padres: “Acepto hasta la pena de muerte”

La mujer mató al menor a palos en mayo de 2016 en el domicilio donde el pequeño vivía junto a su padre y el hijo común de la pareja
Juicio mujer mata a su hijastro a palos en Las Palmas| DA
Juicio mujer mata a su hijastro a palos en Las Palmas| DA
Juicio mujer mata a su hijastro a palos en Las Palmas. | DA

La mujer que, tras someter a malos tratos habituales a su hijastro de nueve años, lo mató a palos en mayo de 2016 en el domicilio donde el pequeño vivía junto a su padre y el hijo común de la pareja ha aceptado este lunes su culpa y ha pedido perdón a los progenitores del menor.

La asesina confesa del niño ha hecho uso este lunes de su derecho a decir la última palabra en el juicio ante Jurado que se sigue contra ella en la Audiencia de Las Palmas, en el que se enfrenta a una solicitud de condena de 27 años de cárcel por parte de la Fiscalía y la acusación que representa a la madre del niño.

“Asumo mi culpa, no tengo ningún derecho, me siento muy culpable. Estoy sufriendo porque he hecho daño y no puedo cambiar. Acepto hasta la pena de muerte”, ha exclamado entre sollozos la acusada, Na L. quien, además, ha pedido, en español y en chino, perdón a los padres del niño que golpeó hasta la muerte.

Por su parte, Rongchao H., el progenitor de la víctima, al que las acusaciones pública y particular responsabilizan de un delito de malos tratos por omisión, por el que le piden dos años de cárcel, al estimar que no hizo nada para evitar el trágico final del menor, ha manifestado que al principio llegó a sospechar que su pareja pegaba al niño, aunque no pensó que los hechos fueran tan graves como para no poder resolverlos en casa.

El acusado ha admitido su grado de culpabilidad por no haber hecho nada por evitar la muerte de su hijo, lo que no debe traducirse, según ha precisado su defensa, en la asunción de responsabilidad alguna sobre hechos o lesiones concretas.

Rongchao H. ha recalcado en su alegato final que él sólo quería ganar dinero para cuidar a su familia.

En su informe final, además de ratificarse en su petición de condena por asesinato con alevosía y ensañamiento, el Ministerio Fiscal ha considerado que el caso de Na L. es un paradigma de que “la maldad existe” porque, a su juicio, “no tuvo ni siquiera un sentimiento de lástima hacia el niño, supo lo que hacía y lo hizo porque quiso hacerlo y no ha habido confesión”.

La acusación que representa a la madre del niño fallecido, quien ha seguido el juicio como público sin poder reprimir el llanto, ha insistido en la dejación de responsabilidades en la que ha incurrido el padre del menor y en la inacción administrativa del colegio público al que acudía el niño, que no activó el protocolo de intervención contra el maltrato infantil, lo que hubiera permitido que al niño lo supervisaran médicos, cosa que no ocurrió porque la madrastra nunca le llevó a uno.

La defensa de la procesada ha insistido en que la mujer reconoció los hechos desde el primer momento y ha reiterado que vivía volcada en el cuidado de su hijastro y su hijo porque su ilusión era tener una familia sin que, a cambio, recibiera un gesto de amor o agradecimiento ni de su pareja, que siempre estaba trabajando, ni del niño fallecido, al que reprendía a golpes porque le decía repetidamente que la odiaba o pegaba a su hijo.

“Quería protegerlo y usaba el castigo. Al principio, el niño aceptó y se portó bien, pero luego no le valía con el pequeño castigo. Ella se daba cuenta de que hacía cosas mal, reaccionaba e intentaba buscar remedios y por eso acudía al móvil”, donde buscaba cómo maquillar o curar golpes, ha dicho la defensa de la acusada.

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