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Rezos y plegarias: una reflexión sobre las armas, a debate en España

Tan solo 24 horas después del tiroteo en una mezquita de Nueva Zelanda, la primera ministra de ese país, Jacinta Ardern, actuó de forma inmediata decidida a poner punto final a un comportamiento que tristemente es tan común en los Estados Unidos, y lo hizo de forma valiente, prometiendo que las leyes sobre armas en Nueva Zelanda iban a cambiar
Venta de armas
Venta de armas
Venta de armas. / El Español

Tan solo 24 horas después del tiroteo en una mezquita de Nueva Zelanda, la primera ministra de ese país, Jacinta Ardern, actuó de forma inmediata decidida a poner punto final a un comportamiento que tristemente es tan común en los Estados Unidos, y lo hizo de forma valiente, prometiendo que las leyes sobre armas en Nueva Zelanda iban a cambiar.

Y así lo hizo. No había pasado una semana cuando anunció las nuevas medidas que cambiarían su nación y que entrarán en vigor en abril.

Poniendo las cosas en perspectiva, Nueva Zelanda ya tenía leyes sobre el control de armas más estrictas que los Estados Unidos (y honestamente, tampoco es tan difícil, prácticamente el resto del mundo desarrollado las tiene). Por ejemplo, Nueva Zelanda requiere una licencia para comprar y poseer armas de fuego -un estándar que pocos estados tienen en la unión americana-.

Aun así, las leyes de Nueva Zelanda tenían vacíos legales que algunos críticos habían descrito como parches, particularmente cuando se trataba del registro y y regulación de los rifles semiautomáticos, conocidos como rifles de asalto.

Entre los cambios, Nueva Zelanda, a partir de hora prohibirá todas las armas semiautomáticas y rifles tipo militar, dijo Adern. El país, además, pondrá en marcha un plan para la recompra con el fin de confiscar armas prohibidas, y la mandataria prometió dar los pasos necesarios para que la gente no se apresure a comprar armas antes de que entre en vigor la nueva ley.

El plan se asemeja al que Australia adoptó en respuesta a un tiroteo en masa en 1996. Los cambios se han relacionado con una disminución de muertes por crímenes cometidos con armas de fuego desde entonces.

AUSTRALIA

La primera ministra dijo que cuando Australia hizo reformas similares, el plan consistía en permitir excepciones para los granjeros que podrían utilizarlas para el control de plagas y la seguridad de sus animales, añadiendo que en el caso de Nueva Zelanda es una acción similar con el fin de identificar las armas que se son necesarias en ese sector para poder exceptuarlas de la prohibición.

El anuncio del jueves es el primer paso en esta nueva tendencia. Entre las innovaciones se espera que se tapen esas brechas legales para evitar masacres como la reciente.
Hay muchas cosas que yo amo del país americano, no solo maravillosos recuerdos de dos décadas viviendo allí y de oportunidades excepcionales, sino, sobre todo, porque me dio una familia que me hace sentir muy afortunada.

Pero hay cosas que no me gustan, y una de las que más me desagrada y menos entiendo, está recogida como derecho fundamental en la Constitución de Estados Unidos: el derecho a portar armas. Viviendo en Estados Unidos y trabajando en informativos, he vivido muy de cerca el horror de los asesinatos, de las víctimas circunstanciales, de la violencia sin razón, y de muchas, muchísimas masacres en colegios.

Mientras los adultos piensan que están protegiendo a sus hijos, con los simulacros en las escuelas en caso de individuos armados, no se dan cuenta de que estamos creando una nueva clase de niños asustados, preocupados y con pocas esperanzas de futuro. Los simulacros en los colegios son frecuentes. En caso de un pistolero, los niños deben esconderse debajo de sus pupitres, cerrar la puerta del aula si pueden con llave, apagar las luces y estar en silencio. Si se encuentran al asesino en un pasillo y no se pueden esconder, tratar de correr, y en el peor caso, enfrentarse a quien posiblemente los va a matar. Esto lo aprenden los niños de preescolar, de primaria, de secundaria…

Los que me conocen saben que no simplemente estoy a favor del control de armas, sino que estoy en contra de la posesión de las mismas. Una de las anécdotas que suelo contar cuando me preguntan cómo es volver a vivir en Tenerife, es una que siempre termina por sacarme alguna lagrima de tristeza… Llegamos a Tenerife en verano, y fuimos con mis dos hijos adolescentes a un festival, una verbena de pueblo. En un momento de alegría por la fiesta, lanzaron algunos petardos, unos cohetes. Mientras unos se reían y otros daban un salto por el susto inicial, mis hijos se agacharon atemorizados convencidos de que eran tiros. ¡Tiros! En Tenerife, en mi tierra, donde crecí feliz y sintiéndome segura… Me costó un momento entender su reacción, y luego me di cuenta con dolor de que es a lo que estaban acostumbrados.

Creo que ese fue uno de los momentos en los que más me he alegrado de mi decisión de volver. No quiero que mis hijos crezcan con miedo a morir en la calle en un país tan “civilizado” y tan insensibles a este tipo de actos de barbarismo.

Los estadounidenses están acostumbrados a reaccionar a estas masacres de una forma muy diferente a los neozelandeses, y francamente, a cualquiera con sentido común. “Thoughts and prayers”: buenos pensamientos y plegarias. Recemos todos juntos y todo olvidado. Las familias que perdieron a un ser querido, las víctimas que quedan postradas en una cama, en una silla de ruedas, el trauma…. “Thoughts and Prayers”….

¿Por qué?

Estados Unidos no ha cambiado sus leyes en cuanto al control de armas desde la década de los 90, y es muy poco probable que lo haga ahora. No porque la mayoría de los americanos no lo quiera. De hecho, un estudio del prestigioso Pew Research Center determinó que son muchos los que apoyan la revisión de antecedentes penales, una base de datos federal para poder hacer seguimiento de las ventas, la prohibición de la venta de armas de asalto y las recámaras de alta capacidad.
Sin embargo, no hay cambios.

Parcialmente, la culpa la tiene la NRA, la Asociación Nacional del Rifle, que ha manipulado por medio de sus lobbys el debate del control de armas a su favor en la nación. Estados Unidos no quiere renunciar a su derecho a portar armas, y no lo hará, pese a que los tiroteos en masa se den prácticamente a diario, aunque aquí en España casi no nos enteremos.

La culpa también la tiene el sistema legislativo que no permite cambios rápidos como en el caso de Nueva Zelanda, y naturalmente, una gran parte recae también, en que la gran mayoría de americanos poseen armas, y están muy orgullosos de ello. Las leyes sobre el control de armas son de las más débiles en el mundo desarrollado, una de las razones por las cuales las tasas de crímenes por armas de fuego son mucho más elevadas. ¿Quiere esto decir que se cometen más delitos en Estados Unidos que en otros países desarrollados? No. Quiere decir que se cometen más crímenes mortales que en el resto de países desarrollados.

Y es que no hace falta mucho para que se desencadene una masacre.

En Nueva Zelanda murieron 50 personas, con un saldo adicional de numerosas víctimas en estado crítico. Antes de que un loco decidiera acabar con la vida de personas inocentes de forma tan cobarde, el país solo había visto 8 homicidios por arma de fuego desde 2015. Solo hizo falta un hombre armado para que ocurriera la tragedia.
En comparación, Estados Unidos tiene aproximadamente 13.000 homicidios al año…

SEGURIDAD EN LUGARES COMO TENERIFE

Aquí en Tenerife, nuestra capital puede presumir de que tenemos el Carnaval más seguro del mundo, y con razón.
Podemos tener a 400.000 personas bailando en la calle sin que pase nada, al menos nada grave.

Es cierto que se da alguna que otra pelea en la calle, a lo mejor algún “piñazo”, pero los amigos separan enseguida a los autores del percance, que suelen estar casi siempre algo intoxicados. Quizás intervenga la policía, quizás haya algún arresto…

¿Pero qué pasaría si, como ha propuesto recientemente algún partido político de extrema derecha, los españoles diéramos un gigante paso atrás copiando del sistema americano el derecho a portar armas? Desde luego si en cualquier pelea de borrachines en Carnaval alguien saca un arma y empieza a pegar tiros, dudo mucho que todo se solucione en nuestra tierra con un simple: “Thoughts and Prayers”.

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